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VICE: ¿Cómo os enterasteis de que la reina de España había comprado vuestro libro?La Felguera: Una espía de la editorial nos pasó la información. Una amiga suya, de incógnito, había seguido los pasos de la reina en su visita a la Feria del Libro. Nos lo dijo casi a tiempo real. No existía testimonio gráfico, pero al preguntar por la caseta en que había comprado el libro nos remitieron a Atom Cómics, una estupenda librería de cómic y novela gráfica. Fueron ellos quienes nos lo confirmaron: "¿Como os habéis enterado? Acaba de suceder hace unos minutos", preguntaron asombrados. Lo que ellos desconocían es que tenemos decenas de agentes secretos en todo el país, incluida la Feria del Libro en Madrid.Señalan que el libro de la Reina Letizia recibe influencias de Crowley, obsesionado con el sexo y el diablo, creador de una secta para aniquilar al cristianismo y "uno de los seres más pervertidos y perversos del momento".
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¿Cómo creéis que recibiría Moore la noticia?Imaginamos que se quedaría atónito. Existe una fascinación histórica de reyes y emperadores por el ocultismo. Creemos que se debe a una lógica de hechizo y contrahechizo. Letizia quiere deshacer el hechizo que la ha llevado hasta allí. Sueña con estar en otro lugar, pero el poder del Oscuro es mucho más poderoso en los salones reales. Luchar es inútil. Le recomendamos una filosofía más zen.Estamos hablando de Alan Moore, según Infovaticana "un escritor anarquista que define su obra como una llamada a las armas".La reina lo tenía claro. Ella sabe dónde está el peligro. Y Moore es peligroso, sin duda. Yo mismo escribí el prólogo de la obra. Se titula 'El hermoso hechizo de los magos anarquistas', lo que me recuerda a otra frase, esta vez de Malcolm McLaren: "Sólo los anarquistas son hermosos". Los reyes y las reinas, por el contrario, no lo son. Sueñan con ello, pero no.Esto es claramente un tratado de magia y artes oscuras. ¿Sois sospechosos, como Letizia, de flirtear con el paganismo y el ocultismo?Todo el sentido del arte tiene ese objetivo: reencantar el mundo y la vida misma. Lamentablemente, la magia por sí sola no cambia el mundo. Hay que poner mucho más de uno mismo en esa tarea. Sembrar la duda es ya una victoria. Lo que Moore propone en 'Ángeles Fósiles' es que cada uno debe hacerlo por sí mismo y que en lo cotidiano está la clave de todo. Que cada cual lo aplique a su mundo particular, tal y como lo hacemos nosotros, o lo intentamos. Letizia ya sabrá cómo hacerlo ella, pero ¡cuidado! la magia existe y debe ser tomada en serio.Cuidado vosotros con las influencias de Aleister Crowley, uno de los padres del satanismo. Un tipo que, tras una sesión de espiritismo con su primera mujer, decidió denominarse a sí mismo 'La Gran Bestia'.Crowley, aunque a mucha gente se lo pueda parecer, no era satánico. Él creó su propia filosofía, pero no adoró a Satán, sino que se interesó por muchas otras deidades, tanto masculinas como femeninas. La Aurora Dorada, la organización mágica en la que participó durante años, tampoco lo era. No debemos confundir paganismo, ocultismo o gnosis con satanismo. Para el catolicismo todos los cultos que lo han impugnado o que han propuesto otras deidades o filosofías espirituales han sido considerados como satánicos o demoníacos, desde los rosacruces en el siglo XVII, hasta la psicodelia en los sesenta o la wicca. Satán es solo una parte de una cosmovisión mucho más amplia. Lo que no se conoce, se teme.Entonces ¿eso de que fundó la satánica Orden-Abadía Thelema para aniquilar al cristianismo y bautizó a una rana y la crió para crucificarla y quemarla pensando que así destruiría al Hijo de Dios?Todo debe ser matizado. Cuando se fundó la abadía de Thelema Crowley buscaba crear su propia filosofía, casi su propia religión, pero no un culto a Satán. Sus raíces están en Rabelais, escritor, médico y humanista francés, pero él tampoco era satánico. La filosofía oculta tiene su base en el sistema de deidades egipcias, con lo que Satán aquí no entra en juego. La inmensa mayoría de ocultistas, Crowley incluido, eran seguidores de este tipo de filosofía oculta. Los cristianos durante siglos quemaron a miles de personas en hogueras, pero no respondían a un culto demoníaco sino supuestamente todo lo contrario. Lutero denominó al Papa 'El Anticristo'. La cábala, base de las ideas de Crowley, no tiene absolutamente nada que ver con el demonio. Estos son dos ejemplos de que todo es más complicado. Con respecto a Crowley se puede pensar que, como muchos han defendido, su filosofía era un 'fascismo místico', pero eso no supone adorar a Satán. Lo más sencillo es reducir las creencias a un juego de contrarios, pero afortunadamente todo es mucho más complejo.Es lógico que algunas webs muestren cierto escándalo, o que en programas del corazón se hable de que este tipo de lecturas incitan a devorar niños pequeños.