Ilustración de un adolescente sentado dentro de una caja, con la mirada triste y soli. Duocromo azul y violeta
Ilustración: Bambi
Identidad

Cómo reaccionó mi familia cuando les revelé que era trans

Los adolescentes trans, que a menudo lidian con escuelas o padres que no los apoyan, están en una carrera contra sus propios cuerpos.
Tilke Wouters
Ghent, BE
ÁG
traducido por Álvaro García

Artículo publicado originalmente por VICE en neerlandés.

Cuando eres adolescente, tu relación con tu cuerpo puede ser estresante incluso si no estás cuestionando tu identidad de género. Combina eso con iniciar tu transición mientras vives con tus padres y la situación puede ser aún más difícil, especialmente si tus padres o la escuela no te brindan apoyo.

A pesar de estos desafíos, los datos en ciertos países sugieren que más adolescentes que nunca se sienten cómodos identificándose como transgénero. Por ejemplo, el Servicio de Desarrollo de Identidad de Género del Reino Unido —una clínica del Servicio Nacional de Salud que atiende a menores de 18 años— ha reportado un crecimiento constante en las personas que son referidas a la clínica desde 2014.

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Hablamos con tres adolescentes belgas sobre cómo fue el proceso de salir del clóset y lo que han aprendido a lo largo del camino.

Sam, 14 años. Se identifica como “ella”

Desde que tenía 11 años, supe que me encontraba en algún lugar del espectro transgénero. En un inicio me identifiqué como alguien de género fluido, pero el verano pasado sentí que mi cuerpo estaba comenzando a cambiar, lo cual hizo que me diera cuenta de que quería ir en la dirección opuesta a lo que estaba sucediendo en mi cuerpo y que yo era una chica. Se lo conté a mi psicólogo, pero no se lo revelé a nadie más durante mucho tiempo porque no sabía cómo decírselos. Sabía que todos responderían bien, pero tenía mis dudas.

Finalmente, les dije a mis padres que era trans. Se alegraron de que pudiera ser tan abierta sobre quién soy. Estoy muy feliz con mi familia por esos momentos, sobre todo porque muchos otros jóvenes no son aceptados. Tenía miedo de que mi abuelo no se lo tomara muy bien, porque es mayor, pero cuando se lo dije, me dio un abrazo y bromeó diciendo que no sería capaz de diferenciarnos entre mi hermana y yo.

Salí del clóset en las redes sociales en diciembre de 2020. Antes, solo unas 30 personas lo sabían. Pero de repente, miles de personas vieron mi mensaje. Fue bastante intenso, especialmente porque las redes sociales son menos personales, lo que facilita que las personas sean negativas.

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Cambié mi nombre en mi identificación durante las vacaciones de Navidad, pero tengo que esperar dos años más para cambiar oficialmente mi indicador de género, aunque ya cuento con el permiso de mis padres. Es muy frustrante no poder dar ese último paso. Cuando tengo que mostrar mi pasaporte u otros documentos oficiales, a veces recibo miradas raras, porque la gente ve una “M” [de masculino] en la documentación, lo que conduce a sentimientos de disforia de género.

Después de las vacaciones de Navidad, también salí del clóset en la escuela. Envié un correo electrónico a todos los profesores y al alumnado, para que todos lo supieran. La escuela respondió bien e inmediatamente hizo los cambios necesarios.

Mi escuela quiere ser progresista, pero las cosas aún salen mal de vez en cuando. A principios del año escolar, cuando aún me identificaba como alguien de género no binario, usaba el vestidor de mujeres porque no me sentía cómoda cambiándome con los chicos. Nadie tuvo problemas con eso. Pero después de algunas clases, el profesor de educación física dijo que iba en contra del protocolo de la escuela, así que tuve que cambiarme en el baño o en la sala de maestros. Aún podía usar el vestidor de hombres, porque “biológicamente, era un chico”. Pero cuando salí del clóset como chica, de repente mi escuela estaba completamente de acuerdo en que usara el vestidor y el baño de las mujeres.

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Creo que las escuelas deberían compartir información extensa sobre género desde el principio, para que las personas sepan a qué se enfrentan. Mi consejo para otras personas trans jóvenes sería que definitivamente hablen con los demás sobre lo que están atravesando; no se lo guarden para ustedes mismos.

Robin, 16 años. Se identifica como “él”

Sabía que algo pasaba conmigo, pero me tomó un tiempo darme cuenta de que se trataba de mi identidad de género. El año pasado, me percaté de que era un chico. Aprendí sobre la disforia de género gracias a amigos que conocí en internet y descubrí que así era como me sentía. Elegir una etiqueta es la parte más difícil, pero ahora mismo “hombre” es lo que más se alinea con mi identidad.

Se lo dije a mis padres en septiembre y su respuesta no fue muy buena. Después se lo conté a mis amigos cercanos en una Instagram story porque tenía demasiado miedo de contárselos en persona. En la escuela, algunos de mis maestros lo saben, pero no me siento cómodo hablando con todos porque soy la única persona abiertamente queer en mi grado.

Tener que pasar tanto tiempo en casa es bastante difícil en este momento. Por suerte, puedo aguantar cuando mi familia no usa mis pronombres y mi nombre de manera consistente, pero me doy cuenta de que a mi mamá le cuesta adaptarse a mi identidad de género. Se ha convertido en un gran problema en casa, lo que en realidad hace que todo el proceso sea menos cómodo para mí.

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Mi papá es católico. Está en contra del aborto, por ejemplo, pero en cuanto a que yo sea trans, las cosas han ido mejor de lo esperado. En un inicio, cuando mi hermano y yo salimos del clóset, lo vio como un problema. Una vez dijo que mi hermano ardería en el infierno, pero ha cambiado desde entonces; aún piensa que es extraño, pero lo está intentando.

Estoy en la lista de espera del Hospital de la Universidad de Ghent [uno de los dos hospitales que ofrecen atención médica específica para personas trans menores de edad en Bélgica], pero es tan larga que sería más fácil para mí esperar hasta los 18 años y acudir a otro hospital. Sin embargo, mi madre se niega a buscar otras opciones en este momento. No entiende que para mí, las cosas no se están moviendo lo suficientemente rápido. Creo que es porque espera que todo termine con el tiempo. Le pedí a mi mamá una faja para el pecho, pero siguió cambiando de tema y quería que esperara. Finalmente, mi hermano, que también es trans, me dio dos fajas que puedo usar hasta que califique para la cirugía.

Ver series web sobre personas trans interpretadas por actores trans ha sido de gran ayuda para mí. Son muy accesibles: puedo verlas en casa en mi computadora.

Coe, 16 años. Se identifica como “elle”

En mi infancia, a veces quería ser un chico, pero otras veces me sentía más como una chica, o alguien no binario. Ahora sé que tengo fluidez de género.

Salí del clóset por primera vez con un amigo que también es trans. Cuando hablé con él, pude darme cuenta que me ponía a pensar más en mi género. Cuando comenzamos a hablar menos, hice a un lado mis problemas de género. También hablé con mucha gente en internet.

Se lo conté a mi mamá después de decidir que quería cortarme el cabello. Fue comprensiva y usó la terminología correcta cuando se refirió a mí. Tengo suerte de que haya más personas queer de su lado de la familia, incluida una tía y una prima trans. Mi padrastro no lo está tomando tan bien. Hace un tiempo también le revelé a mi madrastra que era alguien no binario, pero ahora quiero aclarar que me identifico como alguien de género fluido. Mi papá y yo no tenemos una buena relación, así que no quiero contárselo.

Algunas personas de la escuela lo saben. Algunos amigos me están ayudando a encontrar un nombre que me siente bien. Cuando se trata de pronombres, prefiero “elle”. “Él” también está bien, pero no me gusta “ella” porque fui asignada como mujer al nacer.

La representación trans en los medios está mejorando, pero aún podría ser mejor. Ser una persona transgénero debe normalizarse. He visto más contenido trans en TikTok; es bueno ver a personas abiertas que quieren hablar del tema. En términos generales, la educación sexual debería ser más incluyente con las identidades trans y queer. Si hubiera ocurrido, podría haber descubierto que soy trans mucho antes. También debe abordar lo que puedes hacer cuando descubres que tu propia pareja es transgénero.

Ser trans es normal y está bien. Las etiquetas no son necesarias; si deseas elegir una, siempre puede cambiarla más tarde.