'Abzû' es el videojuego libre de estrés que nuestra vida necesita

Este artículo contiene imágenes del videojuego que muestran distintos escenarios. No tiene spoilers sobre la historia.

No es común que con el mundo valiendo madres como hoy en día sucede tengamos algo que además de entretenernos nos provea de un escape de la realidad. Esto para los que podemos pagar un televisor, estéreo, idas al cine, computadora, consola de videojuegos y cosas por el estilo. Explorar el mundo virtual por medio de videojuegos ha sido desde hace mucho una forma de desahogarse, de encontrar equilibrio y de olvidarnos al menos por dos horas de las presiones del día a día. Podemos hacer eso con una pistola virtual o con doce, con algo sin violencia que sólo desafíe al cerebro o quizás con algo tan bueno como un éxito taquillero de Hollywood. Abzû no es nada de esas cosas pero es sin lugar a dudas el juego de 2016 que mejor recibe a los que buscan refugio del mundo real.

Abzû, el lanzamiento debut del estudio californiano Giant Squid, es un simulador de buceo en el que eres un buzo que viaja desde la superficie cristalina del mar hasta las profundidades del océano donde las fuentes hidrotermales mantienen un ecosistema completamente desconocido para el resto del mundo. Casi al final del trayecto —el cual no tardará mucho en llegar si te apuras, aunque probablemente querrás deleitarte con los colores y tranquilidad— el jugador verá criaturas que ningún humano ha visto y agregar algo más sobre la fauna de Abzû sería arruinar para todos estos futuros descubrimientos.

Lo que no es spoiler es resumir en términos de cómo se juega Abzû; es básicamente una secuela de Journey. El buzo resuelve problemas sencillos, que están siempre relacionados con presionar un botón que abre las puertas para el siguiente escenario pero manteniendo un ojo en las conchas coleccionables y en los resplandecientes portales que liberarán nuevas especies al ser activados. Tendrán unos drones que estarán revisando los alrededores mientras ustedes nadan. Ocasionalmente se encontrarán con unas pirámides invertidas bastante molestas que los golpearán y si se acercan mucho a ellas paralizarán su progreso temporalmente, son como los guardianes patrulleros que aparecen en Journey.

Estos problemas son sólo momentos incómodos en el proceso para que Abzû se convierta en una meditación tranquila, una distracción relajante y en un juego con énfasis en evitar el daño para el jugador. En otras ocasiones van a compartir espacio con criaturas que reclamarán el mundo subacuático como propio; mientras estás en eso no deberás preocuparte por la falta de oxígeno o que las puntas de tus dedos se arruguen como pasas.

El lugar y tiempo de esta experiencia es un misterio al principio pero en la segunda mitad se aclaran ciertas cuestiones por medio de murales plasmados en ruinas antiguas. Sin pisar territorio spoiler, hay una sensación en cuanto a las reliquias y vida marina —ambas muy vivas y reducidas a esqueletos— de no ser del planeta Tierra que nosotros conocemos actualmente. Vean el cielo, si tienen la oportunidad, y espíen lo que está detrás de las nubes. Algo muy sospechoso ocurre aquí.

Las semejanzas con Journey no sorprenderán a nadie debido al equipo que creó el videojuego: el artista y co-fundador de Giant Squid, Matt Nava ,trabajó con la compañía Journey durante su lanzamiento en 2012, así como Nick Clark quien aparece como consejero en la página web del estudio. La música, que es un gran atractivo aquí, es cortesía del compositor Austin Wintory, quien también participó en Joruney. Las cuerdas y voces que surgen y aumentan, desvanecen sólo para alzarse una vez más, esto para no sofocar los momentos de intimidad y acompañar al set perfectamente; podrán jurar que esas ballenas azules estarán bailando sólo para ustedes. Abzû tiene tanto el tiempo y ritmo de altas y bajas, su soundtrack permite pausas naturales y periodos de reflexión, además que complementa el placer puro de estar el agua con delfines alrededor.

Todo es estrictamente lineal; mientras cada escenario está repleto de esquinas oscuras y cuevas llenas de medusas que puedes tocar, no te puedes alejar demasiado del lugar donde el juego te necesita y si lo haces una especie de rayo saldrá del pecho del buzo y lo redirigirá. De nuevo, es el modelo de Journey, pero ahora en el mar en lugar de en el desierto. Los sonidos del buceador serán correspondidos por los drones que serán como los viajeros de Journey y habrán momentos en el videojuego en que las personas que jugaron Journey sentirán que ya vieron todo eso antes. Seguramente Abzû retrata lo familiar en buena forma, pero no es un título que desafía cómo los creadores se acercan a futuras experiencias. No es un problema pero si esperas sentir en este juego que lograste algo o hiciste una hazaña, no lo obtendrás; es como manejar con piloto automático, pero lo harás de una manera increíble.

Doce puntos de meditación están esparcidos durante el juego. Una vez superados estos pueden volver a visitarse en cualquier momento, sólo necesitas pausar el juego e ir al menú principal. Esto permite que trates a Abzû como un acuario interactivo, utilizando la palanca izquierda para cambiar entre las especies, seguirlas mientras hacen lo suyo e ignoran tu presencia en su territorio. Querrán descubrir todos estos puntos, como estatuas de tiburones que están cubiertas con una fina capa de sedimento, así como los portales que están rodeados de corales y conchas brillantes. Aún sigo descubriéndolos, así que no tengo idea de qué pasa cuando juntas todos, pero puede ser algo similar a la bufanda de Journey, que concede al buzo más velocidad desde el comienzo del juego.

Querrán prolongar su tiempo en el océano, cumpliendo uno por uno los logros del juego. Pero una vez que los objetivos de Abzû se cumplan, será difícil ver que muchas personas regresen a él, a menos que les guste tener una cita con un tiburón o una medusa, o quieran explorar las teorías relacionadas con la tecnología botada por todo el lugar. Mientras dura, será el mejor escape de la realidad que los videojuegos han podido ofrecer hasta ahora. Hay que esperar a ver lo que No Man's Sky's va a ofrecer.

Abzû no está libre de conflictos, aunque no son tan graves. Tiene mucho diseño pero un limitado espacio de investigación. Su secuencia depende de puertas bloqueadas que para abrirlas sólo requieres buscar un switch o un generador. Como una secuela de Journey, espiritualmente hablando, pierde el atractivo de la opción de multi-jugador. Muchos no recomiendan el videojuego porque no es desafiante ni original pero cuando lo empiezas, te das cuenta que es más de lo que cualquier lista de cualidades le puede hacer justicia.

Si buscas donde pasar un rato, quitarte el peso de tu existencia y de alejarte de la realidad, Abzû es un destino digital perfecto para ti. No necesita más de lo que es: un buena buceada que dura lo suficiente para que el mundo gire más lento y quede en silencio.

Abzû está disponible para PlayStation 4 y Microsoft Windows. Descubre más información en la página oficial del juego.