¿Qué pasa si te arrestan en el extranjero?

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¿Qué pasa si te arrestan en el extranjero?

¿Qué se siente estar encerrado a 500 km de casa sin suficiente cambio en el bolsillo como para hacer una llamada internacional?

Ser detenido no es una experiencia agradable. Las esposas son incómodas, los policías nunca quieren platicar en la patrulla, le quitan todo lo divertido a tu noche y te llevan a una habitación diminuta donde solo un excusado de metal y una franja de luz con tubos fluorescentes te hacen compañía.

¿Pero qué pasa si eres tan estúpido como para hacer que te arresten en vacaciones? ¿Qué se siente estar encerrado a 500 km de casa sin suficiente cambio en el bolsillo como para hacer una llamada internacional? ¿Qué pasa si no hablas su idioma y ninguno de los policías alrededor está dispuesto a hablarte en inglés porque se portaste como un pendejo?

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Para averiguarlo, le pedí a algunas personas que han arrestado en vacaciones que me contaran sus experiencias. Esto fue lo que dijeron:

Harry, 30

En 2009, fui a un festival cerca de Zadar, Croacia. Fue justo cuando la escena de festivales empezó a estar de moda en esa zona. Estaba en un lugar aislado en la playa con unos amigos y sacamos parafernalia de fiesta. De pronto, vi una linterna por encima de mi hombro. Dos hombres me sujetaron y empezaron a gritarme en un inglés deficiente. Eran policías encubiertos que estaban sentados atrás de nosotros.


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Salí corriendo por instinto. Estaba totalmente oscuro. Corrí a través de unos árboles y estúpidamente traté de saltar al mar y alejarme nadando pero me alcanzaron. Traté de soltare y uno de los policías resultó herido pero eran lesiones muy pequeñas. En ese momento no me di cuenta pero fue lo más idiota que he hecho en toda mi vida.

Me subieron a la patrulla y fuimos directo al hospital para que atendieran al policía mientras yo esperaba ahí, con las esposas puestas. Me llevaron a la cárcel local en Zadar. Un grupo de policías me metió en un cuarto trasero y se les hizo muy gracioso llamarme Del Boy de Only Fools and Horses.

Yo no tenía derecho a ir al tribunal porque había atacado a un policía croata y me iban a meter a la cárcel de Zadar.

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Me encerraron en una celda horrible con sangre por toda la pared, sin baño ni comida ni nada. Estuve en ese lugar por casi nueve horas cuando me avisaron que iba a ir a la corte en la tarde. Me llevaron a otra celda con otras personas del festival que detuvieron, la mayoría por cargos de posesión. Todos se veían optimistas a pesar de su desafortunado encuentro con los agentes croatas, que después me entere que hubieron en abundancia durante ese festival. Nos formamos para ir al tribunal pero cuando llegó mi turno me detuvieron. Yo no tenía derecho a ir al tribunal porque había atacado a un policía croata y me iban a llevar a la cárcel de hombres en Zadar.

Estuve ahí dos días, en una celda con seis tipos croatas.

Al final, la embajada me contactó y les rogué que hicieran lo necesario para sacarme. Mi novia, que fue conmigo al festival, fue increíble. Llamó a mis papás y consiguieron un abogado muy bueno para que me defendiera en el juicio. Tuve que pagar casi 2 mil dólares de multa, me deportaron inmediatamente y me prohibieron la entrada a Croacia por cinco años. En ese entonces ya nada me importaba; lo único que quería era salir de ahí.

Samantha, 24

Me fui a Indonesia en un programa de intercambio. Mi novio de ese entonces fue a visitarme y cuando lo fui a dejar al aeropuerto, me di cuenta de que se me olvidó darle dinero para el impuesto del aeropuerto, que tienes que pagar para cruzar la aduana. Como sabía que no me iban a dejar entrar sin un pase de abordaje, usé mi indonesio horrible y le supliqué al de seguridad que me dejara pasar con la condición de darle dinero a mi regreso. Hice lo mismo con los de revisión por rayos x, con la caseta de impuestos por uso de aeropuerto y otro nivel de seguridad hasta que llegué a la puerta de abordaje. Como no lo encontré en la sala de espera, le pedí a un miembro del personal que lo buscara en el avión y sí, ahí estaba.

Me regresé a la salida pero me interceptaron los guardias de seguridad y me preguntaron cómo había llegado a ese nivel sin un pase de abordaje. Estaba rodeada por siete guardias que trataron de arrebatarme la bolsa y me exigieron dinero como soborno. Me llevaron a una oficina de seguridad y me obligaron a darles todos mis detalles personales y me hicieron un interrogatorio larguísimo.

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Cada vez hacía más calor y los guardias estaban cada vez más enojados. Se tomaron un descanso —probablemente estaban cansados de tanto gritarme— y aproveché la oportunidad. Como había mentido en todas las formas que me obligaron a llenar, no me preocupaba que me localizaran.

Me levanté y corrí a la puerta, bajé por las escaleras eléctricas, pasé por la caseta de impuesto por uso de aeropuerto, por los aparatos de revisión de rayos x, bajé otras escaleras y llegué a la salida. El primer hombre que me dejó entrar tenía la mano extendida listo para recibir la mordida que no tenía, así que me eché a correr y me subí al primer taxi que me hizo la parada. Según yo, nunca te van a arrestar en el extranjero siempre y cuando corras rápido.


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Teo, 26

Fui a un festival en Bulgaria y, después, viajé con unos amigos a una isla griega para tener un bajón más agradable. Como todavía me quedaban unas cuantas drogas del fin de semana, las guardé por si acaso. Cruzamos la frontera en taxi y el único punto de revisión eran unos policías que apenas revisaron nuestros pasaportes. Después de eso, creí que ya la habíamos librado.

Nos subimos a un bote que nos llevó a la isla de Samotracia. Todos estábamos muy felices platicando sobre el festival. Cuando bajamos y vimos el puerto, algo no cuadraba. Nos dijeron que Samotracia era una comunidad tranquila y hippie pero nos recibió una oleada de policías con uniforme color aceituna. Entré en pánico y todo empeoró cuando a mí y a uno de mis amigos nos pidieron que nos hiciéramos a un lado para revisarnos más a profundidad.

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Al final, encontraron una bolsita de K en uno de los bolsillos de mi pantalón y valí verga.

Nos preguntaron si traíamos drogas. Respondí que "No". Entonces revisaron mi equipaje, abrieron mis bocinas, mis bolsas de papitas y todo lo que encontraron a su paso. Después me llevaron a un cobertizo, me pidieron que me desnudara y revisaron todas mis cavidades. Al final, encontraron una bolsita de K en uno de los bolsillos de mi pantalón y valí verga.

Me encerraron en una celda con otras personas. La mayoría eran de Oriente Medio, ya sea de Afganistán o Siria, y estaban detenidos por tratar de cruzar la frontera de forma ilegal o por posesión de droga. Estuve ahí toda la noche. Fue extraño. Nos la pasamos jugando cartas. Después, en la mañana, me entregaron una multa y me subieron a un bote de regreso a Samotracia. Estaba cansado y bajoneado pero feliz de que no pasó a mayores.

Nilu, 26

Estaba en Brasil y tomé un autobús para cruzar el país. Unas horas más tarde, hicimos una parada para ir al baño en una gasolinera. Entré para usar el baño y pasé al lado de un escritorio. Cuando me di cuenta de que no había papel de baño en ninguno de los cubículos, salí para pedir uno a la chica que estaba en el escritorio y me dijo que tenía que pagar para usar el baño. Le pregunté cuánto era y lo pagué pero me dijo que era el doble porque ya había entrado. Le dije que obviamente no había usado el baño antes porque entré y salí en segundos pero insistió. En vez de discutir, tomé las monedas que dejé en el escritorio y salí a fumar con mis amigos del autobús.


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Unos minutos después, salieron dos guardias de seguridad. Creí que era porque estaba fumando pero después me di cuenta de que la chica del baño los había mandado y le dijo que entré dos veces al baño sin pagar. Traté de explicarles la situación pero mi portugués es muy malo. Se fueron y yo me subí al autobús pero la mujer me siguió. Tengo un muy mal carácter y no soporto que me acusen de robo. En ese momento, perdí el control. Saqué un montón de monedas del pantalón, se las aventé y le grité "Aquí está tu pinche dinero! ¡Recógelo!". Todos los pasajeros se quedaron callados. La chica vio el dinero, bajó la mirada y se fue.

Regresamos al autobús y el conductor arrancó pero se detuvo unos segundos más tarde. La mujer se subió al autobús y ahora venía con policías. Les dijo que yo le había robado mucho dinero. Me bajaron a la fuerza y en ese momento me di cuenta que mi portugués no era suficiente como para explicar el incidente ni tenía el dinero para pagar lo que supuestamente había robado.

Como no tenía forma de demostrar que no me había robado su dinero, estuve detenido un día hasta que conseguí quien me prestara esa cantidad. Le di el dinero pero nunca me disculpe. Fue una cachetada con guante blanco, creo.

@williamwasteman