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El proyecto fue criticado por la prensa y la clase política del país. "Es momento de buscar una nación extranjera que acepte recibir a (Uri Ariel)", dijo Zehava Galon, líder del partido de izquierda Meretz. Al mismo tiempo, la página web 972Mag.com sugirió irónicamente que Ariel "podría construirle su propio asentamiento a los gatos en alguna parte de Cisjordania". También comparó el proyecto con los programas denominados de "deportación voluntaria" para los africanos que buscaban asilo en Israel, a quienes se les entregaba determinado monto de dinero si acordaban irse a Uganda o Ruanda. Los activistas de los derechos de los animales respondieron con fervor, asegurando que dar fin al programa de castración aumentaría el número de gatos muertos a causa de hambre, sed y frío.Después de la controversia, Ariel retiró finalmente su propuesta de expulsar a los gatos. Por ahora, el Ministerio de Ambiente está trabajando en nuevas soluciones.