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Cultură

El ataque de los drones, parte 1

Después de ver la Tierra desde el Apollo 8, William Anders regresó como un hombre nuevo.

William Anders era católico cuando fue lanzado al espacio. Después de ver la Tierra desde el Apollo 8 y tomar la que se convirtiera en la fotografía más emblemática de nuestro planeta, Anders regresó a casa un hombre nuevo. La creencias y preceptos específicos de su fe fueron reducidos a una simple nada desde la perspectiva de una órbita diferente.

El mundo material le dio a Anders vastas oportunidades. Después de servir como secretario ejecutivo para el Consejo Nacional Aeronáutico, ser asignado a la Comisión de Energía Atómica, y colaborar con General Electric, Anders se convirtió en vicepresidente, y después en presidente y director ejecutivo de General Dynamics en 1991; una compañía de aeronáutica y defensa.

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General Dynamics se fundó en 1952 para construir los primeros submarinos de la marina estadunidense. La compañía se instaló en un lugar específico en San Diego, donde se llevó a cabo la mayor parte de sus investigaciones y construcción. Para 1961, 15 por ciento de la mano de obra en el condado de San Diego estaba trabajando para General Dynamics. Y no importó que Anders tomara las riendas cuando la Guerra Fría llegaba a su fin, la compañía todavía contaba con 20 mil empleados en San Diego a través de su división Convair. En su historia magistral de California, Kevin Starr escribió que General Dynamics había “dejado de ser algo privado. Se ha convertido en un elemento más de la identidad pública”.

Pero en 1994, las cosas comenzaron a cambiar. Los recortes al presupuesto federal en defensa llevaron a Anders a revaluar la industria, mudando sus operaciones a Tucson y Denver. Fue un acto comparable al anuncio de que “General Motors dejaría Detroit”, dijo Starr. Como Anders explicó en una extraña entrevista para Fortune Magazine: “Lo que intento es hacer que toda la industria piense. Quiero que mientras nos consolidamos, lo hagamos de una forma razonable”.

Pero gran parte de los residentes de San Diego no pudieron ver las acciones de Anders como razonables. A mediados de noviembre de 1995, Starr escribió:

San Diego fue víctima de un espectáculo realmente melancólico: la subasta de toda la maquinaria en la fábrica portuaria de Convair. Mientras el equipo (molinos y cortadoras, taladores, barrenas, tornos, tijeras, soldadoras, taladros hidráulicos superficiales, todo, algunas cosas utilizadas desde 1935), se vendía, se embalaba y se enviaba, una etapa de San Diego llegó dramáticamente a su fin.

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¿El único recuerdo de la presencia de General Dynamics? Una compañía en decadencia llamada General Atomics. General Dynamics creo el grupo en 1955 “para hacer uso del poder de las tecnologías nucleares para beneficio de la humanidad”, pero no había logrado vivir a sus altas expectativas. Se vendió quince años más tardes, cambiando manos entre compañías petroleras, hasta que dos hermanos, Neal y Linden Blue, la compraron en 1986 por 50 millones de dólares.

Sin General Dynamics y con la caída del muro, General Atomics parecía ser sólo restos de una época pasada. Anders presintió que habría un cambio de rumbo en el negocio, y colocó a su compañía en una posición para sobrevivir. Y después los hermanos Blue hicieron un acto de fe.

EL PERIODO BLUE

Los hermanos Blue contemplan su destino. (Life)

Neal y Linden Blue crecieron en Colorado. Hijos de un inversionista en bienes raíces y la primera tesorera del estado, los hermanos tuvieron una fascinación con la aviación desde temprana edad. Como adolescentes volaron un pequeño avión sobre los Andes, hazaña que los llevó a la portada de Life.

El inevitable ascenso de los Blue dentro de la industria de la aviación coincidió con el creciente odio contra el comunismo. Eventualmente, los hermanos se instalaron en Nicaragua, manejando una plantación de cacao y plátanos con la familia del ex presidente Anastasio Somoza, el notable dictador que había sido expulsado por el Frente de Liberación Sandinista, el partido socialista que llevó a la administración Reagan a entregar armas de forma ilegal a los Contras.

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El deseo de ayudar a sus amigos a defenderse de los revolucionarios en Centroamérica fue lo que llevó a los Blue a interesarse por primera vez en los drones (aviones teledirigidos). “Puedes lanzarlos fuera de su rango de visión”, dijo Neal, cuando pensaba que se podrían usar aviones ligeros para destruir los oleoductos de los sandinistas. “Se podría negar todo”.

Su interés era tal que, en 1990, compraron Leading Systems Inc., en aquel entonces un fabricante de drones en declive. Leading Systems no sufría porque carecía de conocimiento o creatividad, sino porque el financiamiento del gobierno se había terminado. Abraham Karem, director del pequeño equipo de Leading Systems, diseñaba armamento para la fuerza aérea israelí antes de emigrar a Estados Unidos en 1977. Pasaría los siguientes 13 años jugando con un dispositivo en su cochera para tres autos en Hacienda Heights , el cual, tras algunas modificaciones y actualizaciones, se convirtió en el primer avión teledirigido Predator.

Inicialmente, el Predator MQ-1 de General Atomics fue considerado un chiste. El vehículo no tripulado caía sobre los Balcanes tras ser fácilmente derribado por el fuego antiaéreo. Según un alto funcionario del departamento de defensa en Birds of Prey de Bill Yenne, “Un buen número de ellos se perdieron por errores del operador. Es difícil aterrizar esta cosa… así que tenemos muchas pérdidas sólo por chocar contra el suelo”. De los primeros 68 drones Predator de la Fuerza Aérea, se perdieron 19.

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Los drones, y por extensión el Predator, tenían problemas de relaciones públicas. En un intento por limpiar la imagen negativa de los dispositivos, los hermanos Blue contrataron a Thomas J. Cassidy Jr., un ex almirante de la marina, para que convenciera a sus viejos colegas de que los drones eran el futuro. El 6 de septiembre de 2001, Cassidy dio una presentación a un grupo de oficiales y científicos militares, en la que detalló los posibles atributos del Predator. No se hizo ninguna oferta. Cinco días después, el colapso de las torres del World Trade Center cambiaría por completo el futuro de General Atomics. “Fue cuando el teléfono comenzó a sonar”, dijo Cassidy a Los Angeles Times.

Originalmente, el Predator era un avión de vigilancia, pero empezó a transformarse en un vehículo de ataque. El Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas estadunidenses, John Jumper, ordenó al servicio aéreo que comenzara a armar todos los Predators. Pero el Predator no estaba diseñado para cargar armas; tuvo muchas dificultades para lidiar con el peso adicional. ¿La solución de las Fuerzas Aéreas? Amarrar 45 kilos (una carga relativamente pequeña para el Predator, el llamado dron de media altura y larga duración o MALE) de misiles AGM-114 Hellfire guiados por láser. En las palabras de Jumper, el ejército estaba lidiando con “objetivos efímeros y perecederos que no requieren de mayor poder y que simplemente podemos ir y eliminar”.

Los Armed Predators (drones Predator armados) se convirtieron rápidamente en elementos esenciales en la operación Libertad Duradera. El General del Ejército, Tommy Franks, ordenó que un grupo de Predators acompañara a las primeras tropas estadunidenses en su entrada a Afganistán. La CIA también comenzó a utilizar aviones teledirigidos, lanzando sus nuevos espías voladores y asesinos desde bases en Uzbekistán. El 16 de noviembre de 200, un Predator mató a Muhammad Atef, un comandante de Al Qaeda involucrado en los bombardeos de las embajadas estadunidenses en África en 1998.

“Antes de la guerra, había escepticismo sobre el Predator porque no encajaba con las viejas costumbres”, fue la observación del entonces presidente, George W. Bush. “Ahora queda claro que el ejército no tiene suficientes vehículos no tripulados”.