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El puerto de Veracruz: el paraíso gay que no es

En Veracruz, un hombre, por desmadre o por burla, puede vestirse como mujer, agarrarle la nalga a otro hombre o incluso besarlo, siempre y cuando sea en juego. Si es en serio, entonces viene el rechazo y la discriminación.

Fotos por Selene Ugalde

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En el bulevar del Puerto de Veracruz, acostumbrado al sol tanto como a la sal, el calor es el gran ausente y por eso el aire hace de las suyas: levanta la falda de una muchacha vestida de amarillo, quien segundos antes intentaba tomarse una selfie.

Frente a ella, sobre el asfalto flanqueado por sillas y gradas, cerca de la lujosa Torre Platino en la que vivió el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, avanzan varios carros alegóricos.

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Han dado las seis del lunes 16 de febrero, y en esta ciudad que pudre hasta el fierro, los comparseros saben que ya es hora de que inicie el quinto paseo y por eso se agrupan para ejecutar sobre la avenida los pasos de salsa que ensayaron durante meses.

En el desfile también se verán hombres vestidos de mujer, listos para restregar sus senos y nalgas hechos de globos o pelotas de plástico a cualquier despistado que pase por ahí para convertirlos en la burla de sus amigos.

Porque en Veracruz, un hombre, ya sea por desmadre o por burla, puede vestirse como mujer, puede agarrarle la nalga a otro hombre, incluso besarlo siempre y cuando sea en juego. Si es en serio, entonces viene el rechazo y la discriminación. El ¡Ah, qué puto! exclamado desde alguna lengua insidiosa.

Es el desorden organizado, lo que las autoridades se han empecinado en titular como el "Carnaval más alegre del mundo" aunque siempre hay más de 300 detenidos al año por trifulcas y robos.

El Carnaval, por segundo año consecutivo, tiene una reina transgénero que desfila en un carro alegórico.

La reina llega tarde porque es la reina

De manera atropellada, llega una camioneta blanca de la que sale Vianey I, la reina transgénero. En su cara se percibe el estrés de quien ha llegado tarde. Su vestido es verde y lustroso, sus zapatillas color hueso. Del cuello le cuelga una gargantilla como de princesa Disney. Antes de que pueda pensar en subirse al carro alegórico, un muchacho regordete se le acerca.

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"¿Nos podemos tomar una foto?", pregunta.

Vianey, quien lleva una especie de cetro de fantasía en la mano, asiente, sonríe y lleva una mano a la cintura mientras una mujer hace las tomas con el celular.

Luego me avisa que hay un nuevo cambio de plan, pues ya me ha cancelado tres veces.

"¿Podemos hacer la entrevista en el carro alegórico? Es que ya me regañaron y me tengo que subir. Espérame ahí", dice.

La reina siempre será la reina, aunque llegue tarde, es una enseñanza no sólo de la Edad Media, de Game of Thrones o del ajedrez, también de este Carnaval.

La discriminación histórica

El puerto de Veracruz no es el paraíso gay que todos podrían pensar que es. Todos los días, la comunidad LGBTTI recibe agresiones que atentan contra sus preferencias sexuales, así como a su derecho universal a la igualdad y a la no discriminación.

Históricamente son los policías y la prensa los que más los han hostigado. Se sabe de historias en el puerto, donde policías piden una cuota a los trabajadores sexuales transgénero de la zona de mercados, además de historias donde los golpean o violan.

Apenas el 8 de febrero pasado, la presidenta de Por un Veracruz sin Discriminación, Flypy Morales de Franco, denunció en conferencia de prensa que recibían por lo menos cinco reportes diarios de varios trabajadores por acoso policial.

Y es que aun en este 'paraíso gay', por la discriminación laboral que reciben, dicha comunidad parece sólo tener oportunidad para desarrollarse como trabajadores sexuales o estilistas.

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"Hay quienes empezamos muy niñas y tenemos que dejar de estudiar por la falta de escuelas que todavía no aceptan niñas trans", explicó Sandra Waimaran, quien fue la primera reina de la comunidad gay el año pasado.

Por su parte, cada que hay un operativo, la prensa local suele ridiculizarlos en sus encabezados: "Plumíferos", "redada de mariposones", "no somos machos, somos muchas". Cada que hay un crimen de odio hacia ellos se presenta como crimen pasional.

También la sociedad los agrede. Hay casos en los que jóvenes y adultos van en sus carros a aventarles huevos en la noche, o a gritarles "se te ve el huevo" antes de pegar un arrancón.

Además en la ciudad hay centros nocturnos que les impiden el acceso, o los obligan a meterse a los baños de varón, violentando su derecho a la igualdad y a la preferencia sexual.

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"Yo soy niña desde nacimiento"

Vianey se convirtió en estilista desde hace 14 años, casi al tiempo en que decidió convertirse en mujer transgénero, y tiene una estética llamada Osfir que está ubicada al norte de la ciudad.

Cursó la carrera de radiología en la Universidad Veracruzana, le entregó el título a su padre y a partir de ahí, comenzó a realizarse como estilista. A diferencia de muchas mujeres trans, sus padres la apoyaron pagándole cursos en la ciudad de México.

"Yo he sido niña desde nacimiento, me gustaban las muñecas, ponerme vestidos, pero fue hasta después de entregarle el título a mi padre que cambié. Quiero que pongas que esto no es una enfermedad como dicen, yo ya era así", explicó.

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Vianey, para ser reina, portó el distintivo verde, ganó por unanimidad porque nadie más se postuló. La coronación fue a la par de las coronaciones oficiales pero en un bar llamado Cabaret. El Comité del Carnaval aún no la reconoce en la Corte Real. Incluso su carro alegórico fue pasado, en orden, casi hasta el final.

La idea surgió del grupo Por un Veracruz sin Discriminación, quienes son 12 y es liderado por Flypy Morales de Franco, una mujer transgénero famosa en el puerto por organizar eventos como Nuestra Belleza México Gay desde hace unos 15 años.

El logo de la agrupación es una mano extendida con los colores del arcoíris y una de las banderas de su activismo es la búsqueda de una ley de matrimonio igualitaria y otra que les permita acreditar su cambio de identidad.

"Una de las razones por la que me convertí en reina y me uní es porque queremos ser uno de los primeros estados que lo logre", dice Vianey.

—¿Creen que puedan aún cuando la ley de Sociedades en Convivencia fue dejada en el olvido por el congreso local? —pregunto.

—Es la idea, confiamos en que sí.

28 crímenes por homofobia en el estado

En un café al norte de la ciudad de Veracruz, Jazz Bustamante, mujer transgénero y activista de Derechos Humanos dice que en el estado de Veracruz, durante el 2014, ocurrieron 28 crímenes de odio por homofobia y transfobia. Cuatro de ellos fueron en el puerto.

Jazz Bustamante cree que son más, pero por desconocimiento de la comunidad de sus propios derechos fundamentales son los que se tiene registrados.

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"Es necesario un censo estatal. Aunque muchas organizaciones me ayudan a visibilizar, la zona norte del estado la tenemos descuidada. Yo creo que debemos prepararnos y exigir nuestros derechos porque somos doblemente humilladas. Apenas dimos una conferencia y me llamó la atención que compañeras trans y compañeros homosexuales no saben sus derechos básicos", aseguró Bustamante.

El 9 de febrero tuvo una reunión con los presidentes estatal y municipal de Derechos Humanos, Luis Fernando Perera Escamilla y Abraham González Patiño, a quienes se les preguntó qué estaban haciendo en tema de protección a la comunidad lésbico-gay.

"Tuve un enfrentamiento con ellos, nos reunimos para ver ¿qué están haciendo? Pero Perera Escamilla me dijo 'es que no se han acercado'. Por eso tenemos que prepararnos y exigir que se apliquen".

La diputada que no votó por la ley de convivencia pero que formó su grupo LGBT

Se acercan tiempos electorales y el PRI lo sabe. Cada que eso sucede, de la nada surgen asociaciones civiles y agrupaciones, y el caso de la comunidad lésbico-gay no fue la excepción.

El grupo recién formado, Comunidad Jarochos LGBTI, también sacó su carro alegórico e hizo su propia coronación en el Teatro Clavijero, un recinto emblemático y supuestamente cultural que sólo se usa para bailables.

En ella estuvo la diputada local por el distrito XX Ana Guadalupe Íngram Vallines, quien busca ser diputada federal, y aunque no cumplió con apoyar la Ley de Sociedades de Convivencia,que favorecería a la comunidad LGBTI, ahora va a todo a lo que ellos le invitan.

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Dentro hubo un show con strippers, lo que ocasionó indignación moral de las clases medias y altas porteñas. Por ello el presidente del Comité del Carnaval, José Salvatori Bronca, advirtió que si la comunidad gay no respetaba a las familias, serían excluidos.

"He sido muy claro, la Corte Real es solamente la que emana del Comité del Carnaval, las demás expresiones tienen un espacio porque yo lo digo, yo fui quien abrió las puertas", sentenció Salvatori.

Las declaraciones de Salvatori no fueron más que el reflejo de una clase política que sólo 'tolera' cuando vienen las elecciones y a la que le es más importante la moral de clase que ser garante de Derechos Humanos fundamentales.

"Yo no soy mejor que la reina"

Ha caído la noche. Vianey sonríe y es iluminada, junto a su corte real, por las luces que emergen del carro alegórico. En lo alto, más que una reina, parece una gran artista. Cada que el carro hace una parada le piden que pose para una foto y la ovacionan.

La entrevista tiene que interrumpirse varias veces para sonreírle y posarle al público que le aclama. En una de esas, mientras un ritmo de salsa hace bailar a la gente, Vianey habla:

"Quiero que pongas por favor que yo no soy mejor que la reina, yo a ella la admiro, yo me debo mucho a las mujeres y por ellas soy quien soy", dice para calmar los ánimos, ya que en las redes sociales se ha creado una discusión para ver quién de las dos reinas es más bonita que la otra.

Sin embargo, en este aparente paraíso gay, donde además del sol el gran ausente ha sido también el público, Vianey se ha entregado ya a la noche. Hace un movimiento descendente y ascendente de caderas al ritmo del timbal.

Más adelante la espera una familia, en una grada, con unas pancartas improvisadas con las que califican a comparsas y carros que pasan frente a ellos.

El de Vianey y su corte real será un diez perfecto.