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El sueño americano según el resto del mundo

Diseñadores de varios países discuten si es cierto que la moda estadunidense domina el mercado.

Muchas veces se habla del siglo XX como el Siglo Americano, y no sólo porque Estados Unidos bombardeó e invadió a quien quiso, cuando quiso. Desde el glamour del viejo Hollywood hasta Jackie O y la imagen de la zorra colegiala de Britney Spears, la moda y las tendencias estadunidenses fueron admiradas en todo el mundo y cambiaron la manera de vestir, desde Polonia hasta Japón.

Aunque la globalización y el outsourcing de empleos implica que gran parte de las prendas del mundo se fabrican en maquiladoras de países pobres, esta ropa fue diseñada o concebida por los estadunidenses. Los diseñadores alrededor del mundo aman y odian la influencia global que Estados Unidos tiene sobre el estilo, así que para esta Edición de Moda 2013 nos pareció buena idea pedir a nuestras oficinas internacionales que contactaran a diseñadores e íconos de la moda en sus países para conocer su opinión sobre el sentido de este rubro en su país. Como era de esperarse, recibimos opiniones variadas.

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LAURA VARGALUI
Modelo y estilista

Nada influenció más la moda en Rumania como el sueño americano de las películas y las series de televisión. Por desgracia, lo único que hay detrás de este concepto es una película ideal que no funciona en la vida real. Los programas que tuvieron mayor influencia aquí fueron Dynasty y Dallas. Cuando pienso en la moda gringa, pienso en el look vaquero: el sombrero, chamarras de mezclilla y jeans. Estos últimos fueron los más influyentes en nuestra vida diaria. Todos queríamos tener jeans después de verlos en televisión. Pero en la realidad no se podían comprar en las tiendas durante el régimen comunista. Mi padre era marinero y siempre regresaba de sus viajes con decenas de pantalones. Si te descubrían vendiéndolos, podías ir a prisión.

SIMON PORTE JACQUEMUS
Diseñador y director de Jaquemus

Calvin Klein es la única marca norteamericana que me gusta. Me gusta el aspecto minimalista de sus cosas; tú sabes, una chica vestida de gris, con un peinado de raya en medio, con zapatos de tacón bajo, frente a una pared blanca. Cuando era chico, pensaba que todas las cosas gringas apestaban. Estados Unidos nunca me ha llamado la atención ni me ha hecho soñar. Ni siquiera las películas. Hoy, me sorprendo con los shows de Victoria’s Secret. Los disfruto porque, básicamente, no hay nada más chistoso que eso; aunque no tiene nada que ver con mi trabajo.

ANN-SOFIE BACK
Diseñadora y fundadora de su propia marca

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Creo que la moda estadunidense ha cambiado mucho en los últimos cinco o seis años, gracias a todos estos nuevos diseñadores asiático-americanos que han surgido. Nunca habría contemplado ir a la Semana de la Moda en Nueva York si no fuera por ellos. También están las marcas suecas, como Gant y Lexington, que se promocionan con una vibra del sueño americano. Eso me parece gracioso. Uno de ellos hizo una colección inspirada en películas de terror de los ochenta y los arquetipos que uno encuentra en ellas: el adolescente caliente, la virgen, el idiota redneck y demás. Esa colección también tiene accesorios hechos de chicles, camisas de cuadros, overoles y atrapasueños como accesorios.

DUDU BERTHOLINI
Copropietario de NEON

Creo que el más grande legado estadunidense al mundo de la moda fue crear ropa casual, práctica y comercial. El regalo de EU para el mundo fue Roy Halston. Lo que Ralph Lauren y Calvin Klein hacen viene de eso. Después de la Segunda Guerra Mundial, los estadunidenses se convirtieron en los más grandes impulsores de tendencias. Todo el mundo quería ser como ellos. Esta actitud ya se está disipando en el siglo XXI, pero absorbimos mucho de eso; por ejemplo, en Brasil, con el estilo callejero y el hip-hop. Es algo bueno que esto ya se esté disolviendo, porque Estados Unidos, que siempre ha sido sinónimo de innovación, también se ha convertido en sinónimo de pendejadas.

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SARA SACHS
Diseñadora de Moonspoon Saloon

Me mudé a Los Ángeles hace tiempo, y la escena teatral es tan optimista aquí que eso ha tenido una fuerte influencia en mí. Dos semanas después de llegar, hice una presentación en las calles de Chinatown con bailarines en patines, una cabeza gigante que flotaba y 25 actores a los que nunca había conocido. Fui bienvenida por todos, mientras que en Europa la gente es muy escéptica sobre lo que haces y hay una necesitad muy peculiar de etiquetar todo. Moonspoon Saloon no encajaba con ninguna definición de moda, así que al principio hicimos gran parte de nuestro trabajo en la escena artística. En Estados Unidos, a la gente no le importa qué es, y casi de inmediato estábamos haciendo vestidos para Beyoncé y Lady Gaga. Me siento más relajada aquí.

ALEJANDRA QUESADA
Diseñadora y fundadora de su propia marca

Como diseñadora mexicana es imposible competir contra la industria de la moda estadunidense. Producen cantidades tan grandes que pueden vender a precios mucho más bajos. Siempre he defendido la idea de comprar menos cosas, pero de mayor calidad, aunque sea más caro. Durante muchos años, era muy difícil comprar ropa de calidad en México, así que la gente que podía se iba de compras a Estados Unidos. Después, hace algunos años, Inditex [uno de los más grandes distribuidores de moda en el mundo] comenzó a abrir tiendas en México, y empezamos a comprar ropa aquí. Aunque todavía hay mucho malinchismo, esa idea comenzó a cambiar hace poco, y ahora cada vez más personas producen ropa localmente, y la gente está comenzando a apoyarlos.

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KATHERINE HAMNETT
Diseñadora y fundadora de su propia marca

¡El bra se inventó en Estados Unidos! Eso ha sido una gran influencia; al fin las mujeres tienen sus tetas en un lugar interesante, y no colgando en los tobillos. Eso cambió el look de las mujeres en todo el mundo. Supongo que el peor aspecto de la moda gabacha es que no les importan los derechos humanos: dónde se hacen las cosas ni cómo se trata a los trabajadores. Lo más triste es cuando ves a los jefes de vacaciones, los dueños de estas gigantescas corporaciones, en enormes yates de lujo que parecen proyectos inmobiliarios en el agua. No tienen la inteligencia ni la imaginación para gastarse el dinero que ganan. Creo que son irresponsables.

ELIO FIORUCCI
Fundador de la marca Fiorucci

Toda la iconografía de la moda de los cincuenta es norteamericana. Durante años, el cine estadunidense inspiró nuestro estilo de vida y nuestra manera de vestir, desde Cadillacs hasta electrodomésticos; es un mundo para el que nos influyeron sin que nos diéramos cuenta. En lo personal, me identifico más con la moda gringa que con la europea, que es más restrictiva. La alta costura es muy pretenciosa. Algo que me encanta de la moda estadunidense es el estilo “shabby chic”.

PATRICK MOHR
Diseñador y fundador de su propia marca

La moda estadunidense es muy tradicional y está estancada. Es práctica en cierto modo, pero no toma ningún riesgo ni experimenta. Por otro lado, es una moda fuertemente ligada con el campo, ropa con un propósito que dura muchos años. Cuando pienso en Estados Unidos pienso en la historia de los vaqueros y en diseñadores como Tommy Hilfiger y una chamarra de cuero con flecos. Eso me parece muy gringo. Los estadunidenses viven de forma muy distinta a los alemanes. No parece importarles con quién están hablando. Son personas de mente abierta. Eso es algo que nos hace falta aquí, donde la gente te vea y te pregunte: “¿Quién eres, qué puedes hacer?” La búsqueda de la igualdad es algo que también se puede ver en mi trabajo.

Retratos por Guillaume Belvèze, Noam Griegst, Alessandro Macri, Hanna ter Meulen, Mîndru, Fernanda Negrini, Tim Neugebauer, Yvonne Venegas.

¿Quieres más? Lee nuestra Edición de Moda 2013 ya.