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Estas feministas no quieren otro gobierno de Bachelet

La presidenta chilena tomó protesta hoy de su segundo mandato, y las manifestantes no esperan muchos cambios en materia de los derechos de las mujeres.

Foto por Francisco Farías.

Hoy, Michelle Bachelet asumió su segundo mandato presidencial en Chile. Tres días antes, organizaciones de mujeres de Valparaíso —la ciudad donde se realizó la ceremonia de cambio de mando del gobierno— salieron a las calles a protestar y reclamar por derechos: ellas no creen que este nuevo gobierno les aporte cambios. Pasa que ya la conocen del mandato anterior. Y no están para segundas partes.

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“Hoy es nuestro día y por eso estamos trabajando”, me dice Fabiola, una artista visual de 43 años, mientras nos desplazamos por calle Blanco, en Valparaíso, en una manifestación pro-aborto, pro-lesbianas, pro-transexuales: pro-mujeres. “Las que vamos en esta marcha estamos todas a favor del feminismo y, además, estamos aburridas del maltrato físico y mental que por ser mujeres sufrimos en este país”, agrega Fabiola.

El pasado 8 de marzo las mujeres de Valparaíso salieron organizadas a las calles para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y, de este modo, protestar por el nulo avance de sus derechos en Chile. Una manifestación organizada por la Coordinadora 8 de Marzo que congrega diversos grupos de feministas y realizada a sólo días de que asuma el segundo mandato presidencial Michelle Bachelet, la primera mujer elegida presidente en Chile, la primera encargada de ONU Mujeres (agencia para la igualdad de género), y la primera a cargo de un ministerio de Defensa a nivel Latinoamérica.

Foto por Francisco Farías.

Mientras que los porteños observan desde las veredas de calle Blanco, y algunos ciclistas que pasan curiosos alrededor, se atreven a sumarse a la manifestación, Fabiola —sin soltar una pancarta naranja que reclama por recuperar los cuerpos y derechos de las mujeres— me comenta:

“Me gusta que esta marcha esté convocando a tanta gente —sean mujeres u hombres— porque eso demuestra que existe una inquietud por vencer la creencia que tiene el patriarcado y el capitalismo para seguir abusando y oprimiéndonos en todo orden de cosas. Obviamente las autoridades y los pacos [policías] nos han permitido marchar sólo en calles que no son las principales. Lo importante es que aunque nos dejen transitar sólo en los lugares más alejados vamos a estar visibles y vamos exponer toda la violencia ejercida en este país contra nosotras”.

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VICE: ¿Piensas que el nuevo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet posibilite cambios relacionados a lo que estás demandando?
Fabiola: No creo. Michelle Bachelet es un hombre más.

Foto por Francisco Farías.

Una de las organizadoras de esta manifestación es Daniela Poblete, de 37 años,  miembro de Colectiva La Huacha, y quien porta una pancarta que tiene escrito “Ser mujer no es lo mismo que ser madre” y se encarga de dirigir los gritos pro-aborto que se escuchan a lo largo de calle Blanco. Mientras marchamos me dice: “Nosotras, como colectivo, pensamos que lo que necesitamos las mujeres en este momento es tener acceso a la posibilidad de abortar. Y no me refiero a un aborto legal, porque eso significa que las instituciones del Estado son la que deciden si es pertinente o no. Por lo mismo, al momento de alentar a gritar por el aborto libre, seguro y gratuito, estoy apelando a que nuestros cuerpos sean autónomos y a que nosotras, como mujeres, tenemos la capacidad de decidir si queremos o no ser madres.

Le pregunto lo mismo que a Fabiola:

VICE: ¿Piensas que el nuevo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet posibilite cambios relacionados a lo que estás demandando?
Daniela Poblete: No lo creo porque en el programa de gobierno de Bachelet sólo aparece la posibilidad del aborto terapéutico. Y nosotras como colectivo no compartimos esa postura que plantea que es positivo lograr el aborto terapéutico porque se ve como un paso previo para lograr un aborto de mayor acceso. Creemos que un aborto terapéutico sigue siendo una restricción. Y, por lo tanto, tampoco se está reconociendo lo que estamos exigiéndole a las autoridades de nuestro país.

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Foto por Ignacio Molina.

Constanza  tiene 30 años y se desplaza con un cartel que tiene escrito “Tu piropo no me calienta: me revienta”. Y “Mujeres libres por las calles”. Le pregunto qué significa eso.  “Es un llamado a dar cuenta de otras formas de violencia”, me comparte. “Muchas veces nosotras pensamos que cuando no hay golpes o daño físico no hay violencia. Sin embargo vivimos la violencia todos los días cuando no podemos salir a la calle vestidas como queremos o sentimos incomodidad al pasar entre medio de un grupo de hombres. El piropo para mí es una ofensa. Es algo que no nos deja caminar tranquilas por las calles. Es el símbolo de que nuestro cuerpo es un objeto y esa mierda no puede seguir ocurriendo”.

VICE: ¿Piensas que el nuevo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet posibilite cambios relacionados a lo que estás demandando?
Constanza: De ningún modo.

Foto por Ignacio Molina.

Cuando la marcha llega a Plaza de la Victoria, en el centro de Valparaíso, los skaters que frecuentan el lugar comienza a golpear el suelo con sus tablas en señal de apoyo. Luego despejan las baldosas para que las mujeres puedan transitar y después acomodarse a escuchar los discursos que en la pérgola va a transmitir cada una de las representantes de los colectivos de la ciudad. Paralelo una chica que recuerda a Léa Seydoux, la coprotagonista de la película La vida de Adèle, me entrega un volante que tiene escrito: “Ni machotes ni sumisas. Crianza consciente, compartida y deseada. Nunca impuesta”.

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A pasos de la pérgola, en medio de la plaza, vislumbro que de los árboles figuran suspendidos delantales y camisas que tienen rayados mensajes ligados a lo que, a vuelo de pájaro, significa ser una mujer en Chile. Mientras los transeúntes hacen fotos, María, una instructora de yoga de 25 años, me explica el significado de esta intervención. “Para conmemorar este día nos relacionamos con el colectivo Las lupitas del sur y realizamos volantes en los que preguntábamos: '¿Qué es ser mujer para ti?'. Después seleccionamos un grupo de respuestas y las rayamos sobre estas vestimentas que representan las ropas de trabajo de las mujeres chilenas. Luego las colgamos para que cada persona que cruzara por esta plaza se topara con los mensajes. Estos relatos son de mujeres desde 15 a 96 años y de diferentes ocupaciones y zonas del país”.

Foto por Francisco Farías.

Casi al finalizar la manifestación se subió a la pérgola de Plaza de la Victoria la rapera porteña Zikuta de la Sombra, representante de la agrupación Trabajadoras de Pan y Rosas. Antes de comenzar su show grita: "La dictadura de Pinochet nos dejó una herencia. Nosotros somos los encargadas de derrotarla". Ipso facto comienza a rapear, con un flow similar al de Anita Tijoux, una letra que clama por los derechos de los transexuales que se ven impedidos de trabajar debido a la discriminación. Se la dedica a Clara Zetkin, una obrera que en 1910 propuso el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer trabajadora.

“Tenemos que seguir el camino de Zetkin y salir a luchar por nuestros derechos ante la falta de trabajos y el abuso de los empresarios”, manifiesta Zikuta una vez terminado el primer tema de su actuación. Hoy estamos conmemorando a todas las mujeres que dejaron su vida luchando por una jornada de trabajo de ocho horas, guarderías para su hijos e igualdad salarial. Algunas fueron calcinadas al interior de fábricas por la patronal entre 1857 y 1910. Hoy no contamos con derechos laborales y nuestros sueldos con suerte alcanzan para cubrir las necesidades básicas. Por estos motivos hemos salido a la calle a destapar la realidad de Chile y luchar por un nuevo código laboral.

”Michelle Bachelet va a asumir un nuevo mandato y nosotras no podemos seguir confiando en los políticos, de izquierda ni derecha, ya que estos últimos 20 años sólo han empeorado nuestras condiciones de trabajo y de vida”, agrega aferrada al megáfono. “Nuestros derechos no se mendigan: se conquistan. Por tanto debemos organizarnos. Sólo manifestando nuestras urgencias en la calle podemos llegar a lograr cambios”.

Las mujeres que llenan la Plaza de la Victoria se deshacen en gritos y aplausos mientras el sol comienza a esconderse raudo en la bahía de Valparaíso. Y, justo antes que la plaza se transforme en una caldera, Zikuta sentencia: “¡Esta canción se llama 'Feministas en combate'! ¡Es hora de ponerse en pie de guerra!”