Fiestas Bomba: Fotos de la escena queer de la Ciudad de México

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Fiestas Bomba: Fotos de la escena queer de la Ciudad de México

Aunque no todo lo que brilla es oro, la pestañina siempre engalana los ojos y las plataformas te elevan entre los mortales.

Fotos por Irving Cabello

En el principio fue la travesti, y la travesti anduvo entre nosotros cantando éxitos de Marisela. También de Lupita D'Alessio y Amanda Miguel, pero con Marisela en el centro. La femenidad arrastrada, la que aguanta golpes (emocionales, por lo menos) y se desmorona sin la presencia masculina, se volvió una práctica suicida en un mercado laboral competitivo y desigual. Soy neumática, dijo la travesti, pero te obsequio el conservadurismo de tu bisabuela: voy a llorarte cuando me dejes para irte con tu esposa y los niños, sé perdonar que me dejes plantada, voy a escribirte un Whatsapp de navidad cuando sepa que estás solo, seguiré en Twitter a tu familia con un usuario anónimo y si me dejas voy a hacerte el escándalo de tu-vi-da. Como práctica, nos queda un siglo de Glorias Trevi y Paquitas, pero como vanguardia…

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El alumbramiento nacional de la drag queen puede ser más difuso y acaso irrelevante para entender el panorama. Lo que hoy la hace reconocible es su organización, que asimilara la estrategia de los realities gringos con la Carrera Drag del Marrakesh (que provocó una audiencia horizontal de microestrellato) y su asociación con las divas del kitch: primero con el rescate de Carmen Campuzano y su conversión en dj y después con el match de djs entre dj Campu y Lyn May (salpicado de fiestas con las divas del RuPaul's Drag Race). Quizá Paris is burning prueba que en los ochenta, en Nueva York, la escena drag ya estaba resuelta. Pero a nadie, ni a Tropicália, le faltaron sabiondos que señalaran precursores. Puede que las Kekettes y Blasfemia no sean tan grandes como Os Mutantes y Jorge Ben, pero no hay otro evento en el DF como las Fiestas Bomba si lo que buscas es lentejuela y atentados al género. Aunque no todo lo que brilla es oro, el rimmel siempre engalana los ojos y las plataformas te elevan entre los mortales.