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La jerarquía de la canción de salida

En el mundo ultra competitivo del MMA, la diferencia entre una victoria y una derrota es microscópica, y la canción de salida correcta puede darle un impulso extra a un peleador.

Foto por Josh Hedges/Zuffa LLC/Zuffa LLC via Getty Images.

Estaba seguro de que Johny Hendricks sería el hombre en hacer esto posible. Técnicamente, George St-Pierre (GSP) se apoyaba bastante en sus derribos, pero Hendricks fue dos veces campeón de lucha en la National Collegiate Athletic Association (NCAA) con sus habilidades de neutralizar a sus oponentes. En algunas peleas, GSP había sido tocado y cuando Hendricks rozaba las barbillas de sus oponentes, los mandaba a dormir. El día del encuentro entre estos dos peleadores, Hendricks caminó hacia el octágono con calma y esperó a que llegara el campeón. Me encantaba GSP, pero sentí que era el momento correcto para un nuevo campeón, hasta que “Man Ah Bad Man” de T.O.K. comenzó a sonar. Todo mi análisis previo a la pelea fue irrelevante y cambié mi decisión en ese momento. GSP sabía que necesitaría algo especial para mantener su cinturón y haría lo que fuera para lograrlo.

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A mi parecer, Hendricks ganó la pelea. Al menos todos —menos los jueces— lo consideran así. Hendricks le dio una golpiza al campeón durante cinco rounds pero no fue capaz de finalizarlo. Mi teoría es que “Man Ah Bad Man”, tuvo un enorme efecto en los jueces y fue todo lo que pudieron recordar. Cuando la élite del MMA se enfrenta, hasta el más pequeño detalle puede hacer la diferencia. Éste es mi análisis de la canción de salida, categorizado en cinco niveles y presentado en orden descendente.

Quinto Nivel: La Salida Graciosa

Con tantos peleadores tomándose muy en serio todo el tiempo, la salida graciosa puede ser refrescante. El ejemplo más significativo de esto es Roy Nelson saliendo con la canción “I’m fat” de Al Yankovic. Es imposible no reírte cuando sale con esa canción, frotándose orgullosamente la barriga. Lo contrario a la canción graciosa es la canción irónica. El estoico Rory McDonald logró el mayor ejemplo de esto en el evento UFC 167 cuando salió a enfrentar a Robbie Lawler con “We found Love” de Rihanna.

No hay mucho lugar para el humor en el MMA, por lo que es una opción riesgosa. Nelson sufrió derrotas contundentes ante Frank Mir y Junior Dos Santos después de que Weird Al resonara desde los altavoces, y McDonald perdió cuando era el gran favorito contra Lawler, dejando así su oportunidad por el título. Mi teoría es que la salida graciosa le quita la capa de invencibilidad y humaniza al peleador ante su oponente.

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Cuarto Nivel: La Salida del Tipo Rudo

Siempre le subo el volumen a mi tele antes de una pelea de Joseph Benavides. El rasgueo de guitarra de “Stranglehold” de Ted Nugent nunca falla en emocionarme, por eso le eché porras para que derrotara a Demetrious Johnson por el título de peso mosca.

Hay incontables ejemplos para esta categoría: Frankie Edgar saliendo del túnel con “Kick in the Door” de Biggie, GSP saliendo con “Ambitionz Az a Ridah” o Brock con “Enter Sandman” de Metallica. Pensé poner esta salida en el quinto grado porque requiere menos creatividad y es más difícil de echarla a perder, pero es muy apropiada para el MMA.

Eso no quiere decir que todos son ganadores. No toda canción ruda es ruda en realidad. Hasta donde puedo recordar, Michael Bisping ha salido con “Song 2” de Blur. Es mejor evitar el rock de los 90 en general. El UFC abusa de manera crónica. Muchas veces he hecho que mis amigos cooperen para el pago-por-evento al convencerlos de que el UFC no es lo que piensan, que los competidores son inteligentes atletas de clase mundial y que las peleas son como un partido de ajedrez, sólo para que los gritos y ladridos de “Face the Pain” de Stemm aparezcan con un montaje de los nocauts más brutales en la historia, arruinando efectivamente todo el trabajo duro que yo había hecho. Es tiempo de mezclar algunas buenas sumisiones y cambiar la canción a una más sutil.

Otros notables:

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Dan Miller: “Run Through the Jungle”, de Creedence Clearwater Revival.

Ronda Rousey: “Bad Reputarion”, de Joan Jett.

Tercer Nivel: La Salida del Apodo

Esta canción de referencia al apodo del peleador puede ser un volado. La mayoría de los peleadores no pueden resistirse a una canción que contiene su nombre en el título o en el coro. “¡I’m a Cowboy, Ba-by!” es demasiado perfecta para que Donald Cerrone no la use, a pesar de que la canta un nativo de Detroit, Kid Rock, y además es simplemente horrible.

Ayuda si el apodo en sí es uno bueno y la canción es una buena canción de salida sin importar el peleador. La canción debería encajar en uno de los otros niveles. El de quijada de acero, Chan Jung Sung, tiene uno de los apodos más apropiados en el deporte, “The Korean Zombie”, y “Zombie” de The Cranberries queda perfectamente en el nivel más alto, que explico más abajo. El UFC parece concordar con eso. A pesar de no ser el favorito contra Dustin Poirier en un evento en Virginia, “TKZ” peleó hasta el cuarto round antes de que “El Zombie” tambaleara al americano con un upper y una rodilla voladora para luego lograr una hermosa estrangulación D’Arce. Sung simplemente fue un poco mejor que Poirier esa noche. Me pregunto qué le habrá dado la ventaja.

Segundo Nivel: La Salida con Porra Regional

Al UFC le encanta presentar a un peleador en su propia casa para crear la dinámica de héroe local contra el tipo malo foráneo. El riesgo o recompensa es muy alto. Los peleadores se arriesgan a ser noqueados frente a todos los que aman por la oportunidad de vivir el sueño que ha estado en su cabeza desde que comenzaron a entrenar MMA. La presión para actuar bien es enorme. Parte del sueño es salir al octágono con la canción que instantáneamente va a poner frenético al público con orgullo regional. La presión por escoger la canción adecuada puede ser un peso intenso.

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La presión fue mucha para Kyle Noke en el UFC 127 en Sydney. El prospecto de salir en silencio frente a sus compatriotas australianos fue mucho para él y se fue por la risa garantizada de “Down Under” de Men at Work. “¡No es cierto!” dijo Joe Rogan. Noke cayó directo al quinto grado pero de alguna manera fue capaz de superar esto con una victoria por sumisión.

A pesar de que Carlos Condit lo noqueó en el primer round, lo que más recuerdo de la bienvenida al Reino Unido de Dan Hardy en el UFC 120 fue a él saliendo con su mohicana roja y su rostro cubierto con un paliacate negro. El momento fue acompañado de “England Belongs to Me” de la leyenda del punk de East End, Cock Sparrer. El orgullo de la nación, el agua sucia en sus ríos/nadie puede quitarnos nuestra memoria, resonó a través de la arena O2 de Londres. Hardy se mantuvo fiel a sí mismo y entró a una específica vena de la cultura inglesa, una con la que muchos fanáticos del MMA se pueden identificar.

Otros notables:

Urijah Faber: “California Kid” de 2pac con Dr. Dre.

Johny Hendricks: “50 Dollars and a Flask of Crown” de Bleu Edmonson.

Conor McGregor: “The Foggy Dew” de Sinead O’Connor & The Chieftains.

[Nota del Editor: Para toda la afición de raíces mexicanas en los Estados Unidos y ahora con el primer evento del UFC en México, debemos incluir las emotivas salidas del regiomontano Erik “Goyito” Pérez—con todo y su característica máscara—al tono de “El hijo del pueblo” o las salidas del campeón de peso completo, Cain Velasquez con “Los Mandados” de Vicente Fernández. Recientemente hizo su debut Juan “Fénix” Puig, saliendo con “Como México no hay dos”].

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El Nivel Más Alto: La Salida Escalofriante

Cuando es hecha correctamente, da escalofríos a los fanáticos y enfría a los oponentes. “In the Air Tonight” de Phil Collins es una opción común y siempre funciona bien. Vitor Belfort y la épica “300 Violin Orchestra” de John Quintero siempre me hace querer esconderme bajo las cobijas.

Pero todas las discusiones sobre las canciones de salida en el MMA deberían terminar donde mismo, con el pasillo hidráulico de Pride descendiendo, haciendo reverencia ante “El Último Emperador”. Todas las discusiones acerca de la canción de salida deberían terminar con Fedor Emelianenko. Ya sea “Enae Volare Mezzo” de Era, o la canción de folk rusa “Oy, ton e vecher”, también conocida como “The Corssack’s Parable”. Nada era tan enervante como el ruso sin expresiones saliendo de una bruma que manaba suavemente acompañado de un himno inquietante.

Otros notables:

Omari Akhmedov: “Intro” de The XX

Josh Thomson: “Sirius” de The Alan Parsons Project

Si yo estuviera en Texas, probablemente me iría con el éxito regional de 1998, “Tops Drop” de la leyenda del rap de Houston, Fat Pat. “Wanna be a Balla” también sería buena opción. Si estuviera en Las Vegas, apostaría a la segura con algo como 2pac o Rage Against the Machine. Esperaría en el túnel hasta el clímax de la canción antes de aparecer ante mis fanáticos, quienes se cagarían de euforia.

Hay muchas, muchas razones del porqué yo nunca podría ser un peleador del UFC, una siendo el que pasaría más tiempo contemplando mi canción de salida, mi vestimenta para la salida y un buen caminar del que realmente me prepararía para la pelea. Una vez que le música terminara y viera a mi oponente haciéndome gestos desde el otro lado de la jaula, me daría cuenta de que habría cometido un terrible y fatal error.

Este artículo fue publicado originalmente en Fightland, nuestra plataforma sobre la cultura de la pelea.