FYI.

This story is over 5 years old.

Música

La resurrección de los Misfits

Los muertos salieron de sus tumbas para hacer temblar el piso y revivir el punk por unas horas.

Este texto fue publicado originalmente en septiembre de 2016.

Mi playera se empapa de sudor mientras alzo la cabeza para inhalar un poco de aire frío. Estoy rodeado por decenas de miles de personas apretadas sin poder caminar para adelante, para atrás o para cualquier lado sin empujar a unos cuantos punks, y todavía hay unos treinta metros entre donde estoy y el escenario. A lo lejos se escucha cantar a Rob Zombie mientras más y más gente llega al escenario principal para sumarse a esta masa humana; se trata por mucho del escenario más saturado de todo el Riot Fest, aunque nadie esté tocando y falte más de media hora para la reunión de los originales del horror punk: los Misfits.

Publicidad

Las playeras con el Fantasma de Crimson son incontables. Unas horas antes me tocó ver a un muchacho aferrado a la valla frente al escenario con una bandera colombiana rayada "Desde Colombia para ver a los Misfits". El cuarto que renté para dormir estos días era compartido por un joven de Texas, una chica de Vermont y dos señores canadienses, todos aquí para ver a Glenn Danzig, Jerry Only y Doyle Wolfgang von Frankenstein tocar después de más de treinta años de hacer historia.

Misfits es una banda con tantas etapas e integrantes que resulta difícil hablar de su reunión. Sin embargo aquí estamos, miles de ansiosos sudorosos esperando a que empiecen los Original Misfits (como desatinadamente los bautizaron para la ocasión) que, cabe mencionar, no son los originales pero sí los más perrones. (Aquí hay un par de artículos detallados sobre la formación y evolución de la banda. Para no clavarme mucho, solo haré un pequeño resumen para explicar qué es lo que está pasando).

La banda fue formada en 1977 por Glenn Danzig, el vocalista —alguna vez descrito como una mezcla de Jim Morrison con un malvado Elvis—, Manny Martínez en la batería, Jimmy Battle en la guitarra y Dianne DiPiazza como su primera bajista. No pasaron unos meses antes de que Battle y DiPiazza dejaran el grupo para que Jerry Only ocupara el bajo y se formara el que se convertiría en el duo más poderoso y polémico del punk. Con esta alineación comenzó la era legendaria de los inadaptados de Lodi, Nueva Jersey, y se lanzó su primer sencillo Cough/Cool, donde un piano tocado por Glenn Danzig compensa la falta de guitarrista. Después de este sencillo, un par de guitarristas pasaron por la banda y también cambiaron de bateristas, grabaron Static Age (aunque el álbum fue publicado hasta los noventa) y lanzaron un par de sencillos.

Publicidad

En 1980 el hermano de Jerry Only, Paul —alias Doyle Wolfgang von Frankenstein— reemplazó al guitarrista Bobby Steel. Fue en esta época que los Misfits ganaron popularidad, convirtieron sus devilocks en insignia del punk DIY, y grabaron Walk Among Us, el primer y único LP lanzado mientras la banda estuvo activa antes de separarse en 1983. Tras un épico show de Halloween, la banda se separó poco antes del lanzamiento de su segundo LP: Earth A.D./Wolfs Blood. Lo que siguió fueron un par del lanzamientos con recopilaciones que después generaron una batalla legal entre Danzig y Jerry Only que no terminó hasta 1995, cuando acordaron que Danzig tendría los derechos de todas las canciones de los Misfits y Jerry Only podría usar el nombre y la marca para continuar con el proyecto; y así empezó la segunda etapa de la banda.

Del 95 al 2000 la banda sacó un par de discos, con Jerry Only, Doyle, Michale Graves y Dr. Chud, solo para volver a separarse en 2000. Un año después Only se hizo cargo de las vocales y reunió a un supergrupo por el que pasaron Marky Ramone, Dez Cadena y Robo —de Black Flag— y Eric "Chupacabra" Arce. Fue en esta última etapa que los Misfits se dieron varias vueltas por México, desde el extinto Hard Rock Café hasta un bar ranchero en la carretera hacia el Ajusco en el que había menos de 200 personas. A huevo.

Entonces por qué tanto alboroto. Las luces se apagan para dejar solo unos reflectores azules iluminando la manta negra que tapa el escenario. Algunos sacan sus celulares mientras la mayoría empuja ya sin pena. El poco espacio que tenía para mover mis brazos desaparece mientras la inercia de cientos de personas tratando de acercarse más me arrastra para adelante.

Publicidad

Durante seis años, Glenn Danzig, Jerry Only y después Doyle Wolfgang von Frankenstein inventaron el horror punk y crearon un estilo que ni los Misfits han podido igualar. Sus canciones han sido interpretadas por Metallica, Guns & Roses, NOFX, Ataris, A.F.I., y más, como Molotov. Durante esos años, los Misfits crearon su propio sello para distribuir su música, dirigían su propio club de fans —el Fiend Club—, empaquetaban sus discos y tocaban sin escenario. Las playeras con la calavera que millones de personas usan en todo el mundo, estos cabrones las imprimían para mandárselas a sus fanáticos. Y ahora se escucha como rascan el bajo y la guitarra detrás de esa manta negra.

Tras unos tamborazos del recién adquirido Dave Lombardo, la manta cae, unas luces blancas ciegan al público y toda la furia de "Death comes ripping" transforma a la que hasta entonces era una multitud relativamente tranquila en un mosh pit masivo con gritos, puñetazos, cervezas volando, headbanging, y una oportunidad dorada. La marea de gente tratando de acercarse al escenario es más fuerte que nunca y decido unirme a la procesión. Termina la canción y la gente descansa y se para de puntitas para ver a los Misfits en el escenario, a los de los videos y las playeras, a los que te imaginas cuando escuchas punk. Ahí están, los adolescentes de Marte. Esto no es un garaje ni un bar de mala muerte pero el escenario parece quedarles chico. Dos calabazas gigantes, unos ataúdes y varias bocinas con su característica calaca explican por qué la misteriosa manta.

Publicidad

Apenas empieza "20 eyes" y otra vez parece que alguien estuviera agitando el piso y a la gente como una cajita de arena. Es ahora o nunca. Trato con todas mis fuerzas de llegar lo más cercano posible al infierno y para cuando termina la canción me encuentro sorprendentemente cerca del escenario. A dos metros de mí los guardias del evento atrapan a toda la gente que llega surfeando sobre gente desde atrás. El calor es pegajoso y el aire denso. Mientras Danzig saluda a Chicago, me embarro en la persona atrás de mí para hacer un poco de espacio y sacar mi cámara (por alguna misteriosa razón de ultratumba, los Misfits no permitieron el acceso a cámaras en el escenario). Apenas voy a disparar cuando dejan caer Me convierto en marciano y la locura me envuelve. Ante la dificultad de pedir un momento para guardar mi cámara, levanto el brazo y dejo que las fotos se tomen solas. Dos canciones, 161 fotografías, y apenas unas "rescatables"; estábamos vueltos locos.

Guardo mi cámara y me fundo en el reventón. Los poderosos bajos de Only con la voz de inframundo de Danzig y los arañazos de Doyle logran ese sonido cincuentero que revolucionó el punk hace treinta y cinco años. Ya no son unos chavos, pero el sonido no distingue y el público se entrega como si estuvieran en la Nueva Jersey de los setenta.

Suenan desde su primer sencillo, "She", hasta los clásicos de amor violento "Die Die my Darling", "Last Caress", "Skulls" y los temas conspiracionales de "Who Killed Marylin" y "Bullet". Danzig recuerda historias de los setenta y Jerry Only sonríe. Doyle Wolfgang von Frankenstein regala una plumilla por canción. La última vez que tocaron —sin contar su show en Denver dos semanas atrás— tuvieron que cambiar de baterista porque Brian Damage estaba demasiado pedo para tocar. Ese día en Detroit Glenn Danzig anunció al público que estaban tocando su último concierto. Treinta y tres años después, tras un pequeño encore, los Misfits dan todo en su última canción, "Attitude", mientras el público, que ya no son cientos sino miles, baila, brinca y suelta codazos con la energía de tres décadas guardadas. Nadie sabe qué va a pasar mañana con los Misfits, si darán más conciertos, una gira o grabaran algo juntos. El misterio es inherente a esta banda de terror, pero al menos por dos noches los muertos de Lodi salieron de sus tumbas para hacer temblar el piso y revivir el punk por unas horas.