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Cultură

Las cosas más raras que ven los técnicos que reparan computadoras

Desde envolturas de condones en el ventilador de un portatil hasta virus que infectan la red de una clínica.
Ilustraciones por Stephen Maurice Graham.

Para muchos de nosotros, las computadoras son artefactos casi mágicos y los técnicos que las arreglan son gente que habla en un léxico codificado, que se acurruca entre discos duros y que vive en talleres sospechosos y llenos de polvo.

Hace un tiempo, platiqué con un técnico de computadoras y escuchar todas las cosas absurdas que ha visto me hizo reconsiderar su trabajo. Nos la pasamos todo el día en la computadora, descargamos archivos, olvidamos vaciar la papelera, damos clic en anuncios pop up y otras cosas igual de estúpidas. Pero después, cuando tenemos que ir a que nos arreglen la computadora, nos reencontramos con el contenido de nuestras carpetas. Que sigue ahí, esperando a que recordemos.

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Estas son algunas de las historias más absurdas que nos contaron los técnicos informáticos de Milán. Como los viejitos de 60 años que no saben conectar el monitor no son tan graciosos, las historias a continuación se enfocan en el lado pervertido.

Trabajo arriesgado

Un día, un cliente que era cirujano nos pidió que arregláramos un problema que tenía su laptop. Era algo simple pero que llevaba arrastrando desde mucho antes: tenía que reemplazar el disco duro. Estaba copiando sus archivos a un disco duro externo para pasarlos al nuevo disco duro cuando encontré unos videos "sucios" entre su colección de grabaciones de cirugías.


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Pero no era solo uno: había una colección entera de videos amateur, unos descargados de internet y otros que grabó él con su esposa. Unos minutos después, el cirujano regresó con un colega para enseñarle un video de una cirugía, entonces pausé la copia y lo dejé frente a la computadora. Buscó entre las carpetas y abrió el video pero no se dio cuenta que estaba en la lista de reproducción "sucia" que yo acababa de abrir. En cuanto terminó el video, empezó uno porno.

Éramos cuatro en esa habitación, los dos doctores, un colega mío y yo. Todos nos quedamos callados. El cirujano se puso pálido y murmuró algo, luego cerró su laptop y salió de la habitación sin mirar atrás. Mi colega y yo, incrédulos, nos volteamos a ver y el otro cirujano se quedó ahí parado, con la boca abierta y las manos en las mejillas. —Marco

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Lado oscuro

Un día, un chico de veintitantos bastante agradable llegó a nuestra oficina. Era el hijo de un amigo del jefe y nos pidió amablemente que copiáramos sus archivos a un disco duro externo y formateáramos su laptop. Aunque normalmente solo trabajamos con empresas, hicimos una excepción y empezamos a trabajar inmediatamente en eso.

Al revisar sus archivos —algo que teníamos que hacer manualmente, según sus órdenes—, encontré un archivo que se llamaba "LEEME-IMPORTANTE". Como creí que era el remanente de algún programa, lo abrí para ver qué decía y borrarlo. Pero en vez de eso, terminé leyendo un diario del mal, repleto de detalles aterradores. Se lo conté inmediatamente a mi compañero y, en cuestión de minutos, ya toda la oficina sabía. Ese día no pudimos hablar de otra cosa y, mientras más hablábamos de eso, más miedo nos daba.

Eran decenas de páginas llenas de ofensas, maldiciones, ataques de ira y otros insultos a sus amigos y familiares. Quería que murieran o que contrajeran enfermedades terribles.

Cuando regresó a recoger su laptop, todos nos quedamos callados. Había un lado muy oscuro detrás de esa actitud tan relajada.—Andrea

Objetos olvidados 1/2

Era un trabajo rutinario y el cliente era una señora con la que ya habíamos trabajado antes. Llegó a la hora acordada, nos dejó su mochila con su laptop, nos pidió que la revisáramos y que la actualizáramos si era necesario.

Terminé otros encargos y estaba listo para dedicarme a su caso. Abrí la mochila y saqué la laptop. Volví a meter la mano para buscar el cargador y toqué algo cuya forma era bastante clara, quizá demasiado: un cilindro largo con algunos pliegues.

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Era un dildo con una base que vibraba y una cajita de lubricante. Cuando regresó a recoger su laptop no dijo nada y yo tampoco. Pero desde ese entonces no ha regresado. —Federico


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Objetos olvidados 2/2

Una vez, abrí una computadora para cambiar un disco duro roto y encontré una envoltura de condón. La envoltura era la que había causado el daño porque impedía el buen funcionamiento del ventilador y eso hacía que se sobrecalentara. —Andrea

Tráfico pesado

Los martes son lo peor. No sé por qué pero siempre empiezan mal. Una vez, nos llamaron de una clínica de salud y cuando llegamos encontramos una fila enorme de gente alterada. Poco después nos dijeron que la red había fallado desde las 7AM y que todas las citas se habían retrasado.

Descubrimos que el internet funcionaba pero la red interna no. Cuando confirmamos que los dispositivos físicos sí funcionaban sin conectarse a la red interna, asumimos que el problema no estaba en la estructura sino en lo que corría dentro de ésta.

En resumen, uno de los doctores de la clínica acostumbraba ver porno en horas de trabajo y terminó bajando un dialer que infectó 25 computadoras. Lo descubrimos después de que nos dieron permiso de revisar cada computadora, algo que nos tomó alrededor de ocho horas. Cuando encontramos al doctor responsable, dijo: "¡No fue mi intención, el internet está lleno de cosas que se instalan solas!". Por desgracia para él, la instalación del programa era manual. —Filippo

Doble vida

Una vez, un cliente me pidió que le abriera una cuenta en una página para buscar pareja y que le ayudara a poner una foto de perfil y una descripción. Como era un cliente que conocía de mucho tiempo atrás, también me pidió que le guardara su nombre de usuario y su contraseña porque era muy distraído y se le podía olvidar.

Y eso fue lo que pasó. Tiempo después, regresó y me pidió que le volviera a ayudar con su "secretito" porque ya no podía ingresar a su cuenta. Entonces, busqué su nombre de usuario y su contraseña y abrí su sesión. Como quería una nueva contraseña, tuve que ver su cuenta. Pero la foto de perfil no era el hombre que estaba a mi lado sino una mujer muy robusta con mucho maquillaje y una doble vida. —Filippo

Se cambiaron los nombres para este artículo pero el equipo editorial los verdaderos nombres.