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David Pablos: No, o sea sí, pero no. Hay un texto literario de Volpi en el que este proyecto se inspira. Lo único que tienen en común ya es el tema, que es la trata de mujeres. Volpi cuenta la historia de un hombre que se va a Estados Unidos a empezar un negocio de trata de mujeres y lo seguimos por 20 años, también cuenta la historia de su esposa y de su hijo, es más épica la historia de Volpi. Y la mía es una historia de dos adolescentes, es una historia de amor. Cuando yo empecé a desarrollar el proyecto estaba colaborando con Volpi, nos sentamos a escribir, pero como tiene mil proyectos se fue de México y creé mi propia historia tomando este punto de partida.¿Él vio la película?
Le gustó el guión, nos visitó dos días en el set y le gustaron las imágenes. Está muy contento con la noticia del festival. De alguna manera va a salir simultáneamente su libro y la película.El tema de la trata de blancas es bastante delicado, ¿qué te llamó a hacer esta historia?
Es un tema que me conmueve, me duele y me horroriza. Pero al empezar a investigar me sentí atraído a este mundo. Platiqué con chicas que fueron víctimas de trata. Una de ellas hablaba de su padrote, un padrote joven, cuyo oficio se enseña en la familia; los padres le enseñan a los hijos a ser padrotes desde los 14 o 15 años. Me contó de la primera vez que su padrote le pegó, que al terminar se puso a llorar y le dijo algo que nunca voy a olvidar: "Pórtate bien para que no tenga que pegarte". Ése es el inicio de la historia, en mi película ambos son protagonistas pero es la voz de él y su punto de vista. Quise contar esta historia de un punto de vista joven, de su primera víctima, y de cómo empieza a tener dudas y cuestionar lo que está haciendo.
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El otro día un amigo actor posteó en Facebook: "Me gustaría ser no-actor para que me contraten en cine". Creo que hay razones por las que la gente está haciendo esto, y en mi caso yo quise usar gente que fuera de Tijuana, no quería que fuera forzado. Son jóvenes y no se puede hablar de un actor joven, los actores se forman. Busqué chicos con personalidades fuertes. Luis Rosales y Margarita Mandoki hicieron el casting en varias escuelas, colonias y centros de box y ahí encontraron a los chicos. Fueron tres etapas de casting: primero una entrevista, un taller y luego un taller de un mes entero. El punto fue sacarle el carácter a los chicos, que pierdan el miedo a hacer el ridículo, que sepan que ser actor es ser payaso profesional. El guión es fuerte y tuvieron que formar un equipo, y lo logramos, se hizo una muy bonita familia entre los actores y el crew.También trabajaste con actores formados.
Sí, trabajamos con Edward Coward, un actor muy conocido en Tijuana. Nunca lo había visto pero le quería hacer casting. Un día le pregunté a Luis Rosales, quien fue alumno suyo, y me dijo: "Olvídalo, está loco". Eventualmente lo invitamos a casting. Es un actor tremendo. Yo no sabía si se podía trabajar con él, escuché historias muy fuertes. Pero sucedió que tenía muchas ganas de hacer cine, le gustó el guión y agarró confianza. Creyó en mi. Y a partir de platicar se fue haciendo una amistad. Lo involucramos un par de veces en el taller con los chicos porque tiene una presencia fuerte, imponente. Nos asustó a todos. Tiene una energía muy fuerte que al principio desestabilizó y luego se fue abriendo. Fue muy sencillo, lo único que tuve que hacer es que entendiera que el personaje no era un mafioso o un villano. Su personaje es un padre y así entendió todo.Sólo el año pasado salieron de Tijuana las películas Workers, Los Hamsters y Navajazo. ¿Qué es lo que te atrajo de grabar en Tijuana?
Es mi ciudad, aunque nací en el DF, pero me fui a Tijuana desde muy chico. Y viene en el texto, pero la historia del texto no se sitúa ahí, y yo sí la situé ahí. En términos visuales, rostros y espacios, yo sabía que Tijuana era el lugar para filmar. Yo sé que es muy criticado, como le pasó a Navajazo, la gente cuestiona: "¿Por qué enseñas este lado tan feo de la ciudad?" Para mi fue importante alejarme de ciertos clichés, es una ciudad contrastante y retratar los contrastes es retratar la ciudad con amor. Tampoco es una película sórdida, jamás exploto esa parte de la ciudad.Filmaron hace cuatro meses y ya entregaron algo a Cannes, ¿qué tan terminada estaba la película a la hora de enviarla?
Acabamos de hacer re-shoots hace unos días, pero son cosas puntuales, fueron un lujo. La película funciona como está y sólo quería mejorar un par de cosas. Fue un guión que se trabajó mucho, y tener un guión sólido hace más rápida y fácil la edición. La vida es mucho más fácil a la hora de editar con un guión que funciona.Ahora que están nominados, ¿sientes alguna presión?
No. Más bien me hace reflexionar cosas sobre mi trabajo.Sigue A Joey y a Canana en Twitter.