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"Me pagan por amarme a mí misma": Entrevista íntima con una webcam girl mexicana

María Fernanda es una chica de 20 años que estudia arte en la Ciudad de México, tiene ojos rasgados, piel blanca, cabello oscuro y le pagan por masturbarse.

Mafufu en su estación de trabajo. Foto por la autora.

Este artículo fue originalmente publicado en junio del 2016.

Para nuestra generación es cada vez más común desnudarse frente a una cámara: nos tomamos nudes, mandamos snaps cachondos o nos grabamos cogiendo. Pero encuerarnos frente a una cámara como forma de trabajo tiene su chiste y sus cláusulas.

Se puede pensar que para hacer estas cosas uno debe tener un cuerpo obediente al imaginario de la belleza occidental, pero en el mundo virtual, la variedad y las diferencias son atributos a favor para satisfacer a personas con otros centros de placer.

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María Fernanda es una webcam girl de 20 años que estudia arte en la Ciudad de México, tiene ojos rasgados, piel blanca, cabello oscuro y curvas atípicas que aprovecha para atraer clientes. Le pareció sencillo iniciarse y actualmente es su principal actividad económica. "Te pagan por halagarte y porque muestres cómo te amas a ti misma: cómo te masturbas, cómo te pintas, cómo te arreglas… Qué fácil", confiesa.

Su departamento, ubicado al sur de la ciudad, es utilizado como estudio de arte, sede de múltiples fiestas y talleres, punto de reunión creativo y set para su show de webcam, además es su hogar y donde todo esto converge en una sola identidad: Mafufu Sejmet.

El arte de Mafufu en una de las paredes de su departamento.

Al entrar a su departamento me topé con un lienzo muy grande aún en construcción montado en un caballete, pinturas —algunas terminadas y otras incompletas—, marcos vacíos, lápices, pinceles, acuarelas y espátulas. Aquí vive un artista, no me queda ni una duda. En el mismo espacio tiene un futón y algunos bancos que funcionaron para recibirme, y donde Mafufu me contó cómo funciona el negocio de las webcam girls en México.

Mafufu es webcam girl desde hace un año y medio y su plataforma regular es myfreecams.com. También se mete a otros sitios como cam4.com, chaturbate.com y sexcamly.com, pero no los utiliza con tanta frecuencia.


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Es muy sencillo darse de alta con un perfil de modelo, sólo debes saber inglés porque toda la comunicación ocurre en este idioma. Es un empleo formal; después de llenar el formato con datos personales, llega un contrato con las políticas de la empresa. Cuando le pregunté acerca de la censura dentro del espacio, me comentó que algunas de las prohibiciones incluyen: mostrar sangre (nada de puchas menstruando), jugar con objetos que no procedan de una sexshop (cero jugueteos con frutas y verduras), orinar, hablar de temas que incluyan a menores de edad o usar máscaras todo el tiempo. Tres faltas y estás fuera.

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¿Y qué hay del dinero? Los pagos de servicio webcam ocurren quincenalmente a través de una tarjeta de Payoneer que envían por correo y funciona como un banco virtual. El sueldo no es fijo. Mafufu gana lo que acumuló durante la quincena según lo que haya decidido trabajar. Luego va con su tarjeta a cualquier banco a cobrar en dólares. Es un gran trabajo de freelancer, se olvida de pagar impuestos y de tener a un contador.

La moneda que se utiliza dentro del sitio es el token. Un cliente cambia 0.7 dólares por un token y Mafufu recibe la mitad de cada token que acumula. Cada modelo tiene un menú de cosas o servicios que ofrece con un "precio" en tokens. Mafufu elige por cuánto quiere enseñar la vulva, ofrecer un baile erótico o masturbarse.


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"Lo importante de la webcam es ser tú mismo. Lo que buscan ahí es conectar con la gente, que seas interesante y les hagas caso", me dijo Mafufu cuando le pregunté qué busca la gente en estos sitios. "Tengo clientes frecuentes y regularmente son los que mejor me pagan. Llego a sentir amistad por algunos, siempre son muy amables y me preguntan por la escuela de arte".

Captura de pantalla de una de las sesiones de Mafufu. Cortesía de Mafufu.

También hay usuarios groseros que le dicen cosas como "pinche puta" y creen que ella puede hacer cualquier cosa que le pidan. No le gusta que la traten así pues la sesión sucede como la modelo quiere, bajo sus propios términos y condiciones. "Si alguien me molesta o no me gusta cómo me trata, lo bloqueo", me dijo convencida de que éste es un trabajo noble y seguro.

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Hay muchísimas modelos porque hay muchísima demanda. Gente de todo el mundo entra al chat y cada quien paga y pide lo que quiere dentro de la misma sesión. Puede ser algo del menú, nuevas propuestas o simplemente una conversación. Mafufu trabaja alrededor de cuatro horas diarias, pero no es una labor obligada, nadie la va a correr por llegar tarde o faltar un día. Aunque como modelo, me especificó, hay que buscar que los clientes pidan el show privado: así ganas un token por segundo.

"Yo tengo bloqueado a México porque ya sé que no van a pagarme, éste es un servicio plus. En este país nada más ven porno gratis y ya. Tener una cuenta de este tipo, cuesta. Eso no sucede mucho en México", comentó Mafufu mientras hablábamos de cómo es trabajar en nuestro país.


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Los clientes de Mafufu son en su mayoría hombres que van de los 35 a los 55 años, cada uno con sus peculiaridades. "Yo siempre cobro por verlos en la webcam, pero tengo un cliente que me encanta, a él nunca le cobro porque me gusta verlo también", confesó sonrojándose un poco. En ocasiones, las modelos reciben invitaciones por parte de sus clientes para ir a visitarlos a sus ciudades con todo pagado, "¡Sí es tentador! Pero yo no lo hago, por el momento no quiero cruzar esa frontera".

Hay clientes con muchos gustos, gente que le pide a Mafufu cosas inusuales: pintar con sus nalgas, vendarse una pierna y fingir que está lastimada, vender el bote de basura de su baño, hasta orinar y cagar.

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Ser webcam girl es como cualquier otro trabajo, no se empieza sabiéndolo todo y ganando muchísimo dinero. "Es un proceso en el que vas adquiriendo experiencia y además inviertes en cosas… Yo he notado mi evolución".

Mafufu también explora la creatividad en su trabajo y tiene su propio estilo. Seguido se mete a los chats de otras webcam girls para tomar ideas y transformarlas en algo que le acomode mejor. Hay chicas que tienen ruletas y las personas pagan por usarla y ver su suerte, con mensajes que van de "show boob" y "touch pussy" hasta "nothing, you're so stupid". Ella está pensando en construirse una para tener un set más profesional. Otras chicas hacen rifas —lo más común son calzones usados y brasiers—, donde dejan que los usuarios cambien sus tokens por boletos y al final de la semana anuncian al ganador. Las posibilidades son muchas, el tiempo que se puede emplear y los recursos disponibles son los verdaderos limitantes.

Algunos de los instrumentos que utiliza Mafufu en sus sesiones de trabajo: esposas, cola de zorrita (butt-plug), dildo de dos cabezas, prop multiusos, dildo con vibrador, huevitos vaginales de obsidiana, arte con vulva, pipa en forma de pito y cenicero en forma de vulva. Foto de la autora.

Cuando estoy a punto de dejar su departamento, le pregunto una última cosa. ¿Qué aconseja a quien quiera iniciarse en esta actividad? Mafufu recomienda prepararse con lo básico: "consigue una buena cámara, ten al menos un dildo y relájate morra, hay miles de personas a las que les gustas así como tú eres".

Sigue a Karenina en Twitter:

@Kare_Ninja