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Hubo señales de alerta en toda mi vida antes de darme cuenta de que era incapaz de "hacerlo". Por ejemplo, nunca me metí el dedo. Sigo sin hacerlo. Siempre me dolió cuando intenté hacerlo, pero yo decía que era algo que "no me llamaba". Sin embargo, yo estaba sexualmente satisfecha conmigo misma de otras maneras. Cuando tenía 8 años, accidentalmente descubrí el placer de frotarme con la cobija. Era la premiere de Zenon: La chica del Siglo 21 en Disney Channel y yo experimenté mi propia definición de una chica supernova. Estaba tan entusiasmada con mi nuevo descubrimiento que llamé a todas mis amigas y les enseñé mi nuevo truco. Sí, yo era "esa chica" de las pijamadas de tu hija de 8 años. A todas las mamás preocupadas de Sherman Oaks, California: lo siento.No me importaba el sexo. No podía importarme el sexo. La virginidad no era algo sagrado para mí; más bien era mi peor problema.
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