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Cultură

Los mods mexicanos están redefiniendo Tijuana

La música a gogo suena sin parar hasta el amanecer en Tijuana, sin importar que haya una pelea o que los meseros tengan que sacar arrastrando a un chico borracho y dejarlo en la banqueta.

​​Adam Hernández en una fiesta a gogo en Tijuana.

Es sábado por la noche en Moustache, un pequeño bar en el centro de Tijuana. Cada mes, los mods de Baja California organizan una fiesta a gogo en Tijuana. En este lugar se reúnen skinheads, suedeheads, rude boys y mods. Al fondo se escucha la música de James Brown, ? and the Mysterians y The 13th Floor Elevators. Si no fuera por las chicas con las puntas de cabello teñidas de verde, paradas afuera del bar bebiendo caguamas cubiertas con una bolsa de papel, cualquiera podría pensar que se encuentra en un club subterráneo en Carnaby Street, Inglaterra, hace 50 años.

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Pero no, este evento es más o menos reciente. Hasta hace poco, Tijuana era una zona de guerra entre cárteles; cerca de 2,500 personas fueron asesinadas en este lugar tan sólo durante los últimos tres meses de 2008. Incluso si la gente no estaba involucrada directamente con los cárteles, de una u otra forma se veía afectada por la guerra, tanto por los secuestros como por las balaceras que ocurrían con frecuencia. Además, los cárteles colgaban a sus víctimas en los puentes o simplemente dejaban los cuerpos tirados en las calles como amenaza para sus rivales. Tijuana era una ciudad fronteriza que dependía enormemente del turismo estadunidense pero en muy poco tiempo se convirtió en un lugar que ningún turista querría visitar.

Sin embargo, aunque los universitarios estadunidenses dejaron de ir a Tijuana a emborracharse con tequila barato, los habitantes locales y los amantes de la vida nocturna nunca dejaron de divertirse y continuaron inaugurando tanto bares como restaurantes para ellos mismos y para sus amigos; son justo estos individuos los que ayudaron a redefinir la ciudad de Tijuana y la convirtieron en la referencia cultural que es hoy en día. Entre ellos se encuentran los mods de la ciudad, quienes siguieron yendo a los clubes nocturnos a pesar de la violencia a su alrededor.

"La escena mod en Tijuana es pequeña pero ser un mod mexicano no es muy distinto a ser un un mexicano cualquiera", dijo Astronauta Jackson, una dj a gogo tijuanense. "Todos nos ponemos guapos, movemos nuestras caderas al ritmo de los clásicos y nos emborrachamos ya muy entrada la noche. La música es lo más importante. Si quieres bailar usando ropa de Fred Perry y zapatos brillantes, está cool. Es un grupo de gente con gustos similares que se reúne y escucha música".

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Los mods surgieron en Inglaterra durante la Guerra Fría como respuesta a la lucha de clases y las expectativas que se tenían de la juventud inglesa en esa época. Se vestían con trajes italianos caros, andaban en motonetas Lambretta, hablaban sobre arte y filosofía, consumían anfetamina en fiestas underground que duraban toda la noche y golpeaban a todos los que usaban chamarras de piel y zapatos creepers. Todo iba bien para los que tenían cabello corto y una motoneta. Sin embargo, a medida que algunas personalidades de la escena contracultural se volvían más populares, las cosas empezaban a decaer. Ahora, los hombres y las mujeres jóvenes de la década de los setenta preferían usar mucho spray para el cabello y parches con esvásticas en lugar de tirantes y botines.

No obstante, la subcultura experimentó un renacimiento después del éxito que tuvo el álbum Quadrophenia en los 70. Fue más o menos en esta época cuando el pequeño grupo de dandis mexicanos adoptaron la cultura mod. Para hacerlo, los mods tijuanenses coleccionaban vinilos, organizaban fiestas y paseaban en sus motonetas renovadas por toda la ciudad llena de baches. Más de treinta años después, el mismo grupo de mods sigue en la escena, sólo que más viejos, más grises (el tiempo tiende a hacer eso) y acompañados de sus hijos, quienes también son parte de la escena mod aunque no se identifiquen con ella del todo.

"Algunas personas se unen a una subcultura, después de un mes se cambian a otra y así sucesivamente", dice Ricardo Jiménez, historiador y suedehead de 27 años que frecuenta la escena a gogo de Tijuana. "Con los mods no pasa eso porque son muy pocos. Aunque la escena no es exclusiva. Si te gusta la música, eres bienvenido. Todo se trata de convivir y coexistir".

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La música a gogo suena sin parar hasta el amanecer en Tijuana, sin importar que haya una pelea o que los meseros tengan que sacar arrastrando a un chico borracho y dejarlo en la banqueta. Los mods siguen bailando hasta que llega la hora de volver a casa. Volverán el próximo mes, y el que le sigue.

La familia Hernández afuera de La Ciruela Eléctrica en Tijuana.

Guy, de 51 años, y Miriam Hernández, de 46 años, formaban parte de la escena mod original de Tijuana a principios de la década de los ochenta. Guy y Miriam siguieron en la escena a diferencia de la mayoría de sus amigos de esa época, quienes se casaron, tuvieron hijos y poco a poco dejaron de participar en la subcultura. Ahora viven en una casita adornada con muebles retro y vistieron con ropa vintage a sus hijos desde que nacieron para inculcarles la cultura mod.

Mientras buscábamos vinilos en La Ciruela Eléctrica, una pequeña tienda de discos cuyo nombre está inspirado en la banda psicodélica The Electric Prunes, Guy, Miriam y sus hijos Adam, de 21 años, y Gael, de 13, me aseguraron que ser mod no es una moda pasajera para ellos; es su forma de vida. "Mucha gente se casa y cambia su estilo de vida. No sé por qué pero, bueno, es su decisión", dijo Guy, quien junto a Miriam organiza fiestas sesenteras en Tijuana todos los meses desde hace seis años. "Nosotros no cambiamos porque ser mod es nuestra verdadera identidad. Cuando haces algo que te gusta, nunca dejas de hacerlo".

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"Es entonces cuando se vuelve un estilo de vida. Empiezas buscando ropa o discos y de pronto se vuelve quién eres en realidad", añadió Miriam. "No tengo idea de qué podría hacer que dejáramos de ser mod o de ir a fiestas. ¿La muerte tal vez? Aparte de eso, no se me ocurre nada más. Ahora esta nueva generación puede decir que siempre han llevado el estilo de vida mod. Pueden decir: 'Nací siendo mod'. Después pueden cambiar su estilo, esa ya es su decisión".

Pero no parece que Adam y Gael quieran dejar atrás su herencia mod. A pesar de que los molestan en la escuela, Gael no quiere vestirse igual que sus compañeros. "Se visten feo", dijo. También se niega a quitarse sus gafas de sol estilo vintage porque, según él, lo hacen ver "perrón".

La escena mod en Tijuana es muy pequeña pero gracias a las redes sociales ha podido conectarse con otros mexicanos e incluso estadunidenses que comparten los mismos intereses. La escena mod está creciendo en la Ciudad de México, Monterrey y Puebla. En la Baja ha crecido tanto que varios mods de Los Ángeles han viajado a Tijuana para mezclar en algunas fiestas sesenteras. Además hay toda una red de representantes de la subcultura inglesa que abarca una amplia gama de nacionalidades, edades y sexos.

"Es una de las ventajas del movimiento mod", dice Guy entre risas. "No importa si tienes veinte o cuarenta años, si eres mod te ves bien".