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Platicamos con tres vampiros reales sobre sangre, hambre y lujuria

Ser un vampiro real en la actualidad no es nada fácil.

Foto vía el usuario de Flickr Andrés Nieto Porras.

Los vampiros son reales. No brillan en el sol pero se enferman si no comen y su piel probablemente luce mucho mejor que la tuya. Los vampiros de la vida real son oradores, programadores de software y artistas con los que te sientas todas las mañanas en el transporte público. Y como somos un montón de mojigatos, tienen miedo de revelar su condición de vampiros ante los doctores, quienes, por su parte, están tratando de hacer que el público sea más tolerante con los vampiros para que los donadores hablen con los médicos sobre los intercambios de sangre.

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Fui a cazar vampiros para que me dijeran más sobre el tema. Conocí a Galatea*, una vampiresa londinense de 29 años que sufre una sed de sangre intensa cuando no se alimenta. Sang es una palabra que se utiliza en la jerga de los vampiros, significa sanguinario y es para diferenciar a los vampiros que se alimentan de sangre real, de los que se alimentan de energía o del cosmos. "Muchos creen que los vampiros que consumen energía deberían entrar en otra categoría pero, a fin de cuentas, todos usan la misma habilidad. Los vampiros buscan energía. Y la energía viene en la sangre", explicó Galatea. También platiqué con Pixie, un vampiro de Seattke que chupa sangre y energía. Y por último, platiqué con Arycin, un vampiro de 25 años que vive en Long Island, quien se interesa mucho en la política y por el momento se mantiene vivo gracias a la energía del cosmos y está en busca de un donador de sangre. Arycin dice que la comunidad de vampiros sanguinarios apesta y que si hay algún vampiro oculto en Long Island, favor de revelarse en la sección de comentarios.

VICE: Hola, Pixie. ¿Cómo es tu estilo de vida vampírico?
Pixie: Tengo dos estilos de alimentación. Primero que nada, soy un vampiro de energía. Me alimento de los excesos a mi alrededor. En general, si me alimento de un grupo pequeño de personas en vez de uno grande, las víctimas se aletargan. Según mi experiencia, si me alimento demasiado de una sola persona, es posible que se deprima. Por eso siempre hay que tener cuidado de no tomar mucho de una sola persona.

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El segundo estilo es el más común, el estilo sanguinario. Tomo sangre. Usualmente los vampiros solo tienen una forma de alimentarse y si no lo hacen, se vuelven lánguidos, flojos o hasta dejan de moverse. Por suerte, yo tengo dos maneras de alimentarme para evitar que me pase eso. Es difícil encontrar una víctima voluntaria —odio decir víctima, prefiero súbdito— que deje que te alimentes de sus sangre y que esté dispuesta a hacerse análisis para comprobar que todo está en orden.

¿Se nota cuando no te has alimentado?
Sí, mucho. Es como si una persona normal no comiera en días.

¿Cómo descubriste que eras vampiro?
Todos los vampiros tienen algo en común: el despertar. Pero es muy diferente a lo que retrata la ficción. El mío fue cuando tenía cinco años de edad. Desperté frente al refrigerador con un paquete roto de carne cruda llena de sangre. Dejó una gran impresión en mí; antes de ese día, no sabía nada sobre el vampirismo.

¿Cómo entraste en la comunidad vampírica?
Crecí en la era digital. Me puse a investigar en la computadora y descubrí que había otras personas con el mismo problema. Al principio me resistía a llamarle vampirismo. Tenía miedo de lo que fueran a pensar los demás. 'Estás confundido' o 'Estás viviendo una fantasía'. Gracias al internet pude encontrar personas que experimentaron casi lo mismo que yo.

¿Podrías hablarme sobre el proceso para encontrar un donador y para obtener su sangre? ¿Cómo es el protocolo?
A muchos les cuesta trabajo encontrar donadores por el escepticismo que existe. Lo mejor es buscarlo en internet. Descubrí que hay mucha gente dispuesta a donar pero sin someterse a pruebas de ETS para demostrar que su sangre es saludable. Hay varios métodos para obtener la sangre. Algunos prefieren un escalpelo quirúrgico porque es más fácil y se corren menos riesgos. Otros prefieren métodos más oscuros por falta de dinero. Otros compran lancetas, como las que usan los diabéticos.

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Sabroso. Foto vía el usuario de Flickr Kenny Holston.

VICE: ¿Bebes sangre humana?
Arycin: Nunca he ingerido sangre pero me gustaría hacerlo. Me gusta pensar que es más fácil de lo que creo. Sé que en Nueva York hay más vampiros que en Long Island y que por eso es más difícil para mí.

¿Si no hay sangre humana disponible, te puedes alimentar con tu propia sangre?
No, no, no, no. Nunca debes alimentarte de tu propia sangre. Es la regla más importante. Hace mucho daño. Tomar de algo que no tienes, tomar más de lo que menos tienes, puede causar un daño serio a tu cuerpo. No es bueno.

¿Entonces con qué te alimentas si no es con sangre?
Con el cosmos. Me la paso estudiando metafísica del universo y física teórica sobre cómo funciona el universo. De eso me alimento. Es una forma diferente de energía, tiene vibraciones altas y te mantiene por más tiempo. Pero tengo que limitarme. No puedo alimentarme de una sola persona. Se enfermaría.

¿La energía de la gente afecta la calidad de su sangre?
La calidad de la energía influye en muchas cosas. Por ejemplo, los sentimientos. En general, si la persona se siente negativa o se cree mucho, su energía tiende a ser muy confusa y a veces no es del color que debería ser. La energía confusa se ve como verde o amarilla. Muchos humanos la tienen así porque es característico de su naturaleza. Quieren esto y aquello. A veces quieren demasiadas cosas.

VICE: Cuéntame sobre ti. ¿Bebes sangre humana?
Galatea: Soy un vampiro moderno. Desperté a una edad muy temprana. Es parte de quien soy. Es hermoso y espiritual. Bebo sangre humana. Sí he leído que los médicos aseguran que los humanos no necesitan sangre. Pero no me importa lo que la comunidad médica o siquiátrica tenga que decir al respecto. Sé lo que necesito para estar bien. He probado mi teoría muchas veces en los últimos 20 años. Y conozco a otros como yo. Honestamente, el mundo médico se puede ir a la mierda. Sé lo que soy. Soy una vampiresa. No cazo inocentes. No voy por la vida arrancando gargantas. Soy muy madura en lo que hago. Solo bebo con el consentimiento de los donadores.

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¿Cómo descubriste que eras vampiro?
Mi fascinación por la sangre empezó desde que era pequeña, en mi primer beso. Mordí al chico mientras nos besábamos. Fue un instinto natural porque siempre he asociado la sensualidad con la sangre. Lógicamente, ese chico nunca me volvió a besar. Pero no quería más. Conforme pasó el tiempo, fue más fácil conocer más fanáticos de los vampiros. Así encontré a mi pareja. Cuando hacemos el amor, consagramos nuestro amor mutuo compartiendo nuestra sangre.

¿Tu salud se ve afectada cuando no te alimentas?
¡Claro! Existe algo llamado "ira sanguinaria", que es la respuesta de los vampiros a la falta de sangre. Los síntomas son: ira sin provocación, agitación extrema, inestabilidad, dolor físico y agitación mental. Si no se atiende, puede llevar a una depresión severa, apatía e incluso tendencias suicidas. Cuando no me alimento, me siento mal, inestable, apática, hambrienta e incómoda. No me puedo ni parar de la cama, duermo mucho, me vuelvo irritable y estoy enojada todo el tiempo. Muchos dicen que me pongo muy nerviosa e hiperactiva porque mi lapso de atención es muy corto. O al contrario, nada me llama la atención. A veces experimento un dolor y una confusión intensa por el hambre, tanto que he terminado en el piso, retorciéndome de agonía mientras muerdo mis muñecas y me rasguño a mí misma, entre otras cosas. Cuando me alimento, soy mucho más tranquila, se me quita la apatía y me veo mucho más sana.

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¿Cual es el proceso para buscar un donador de sangre?
Es muy difícil. El problema es que los vampiros son demasiado discretos cuando se trata de buscar comida. Si un donador no sabe que eres vampiro, es muy poco probable que se acerque y te ofrezca su sangre. Mi consejo es: si un vampiro necesita un donador, tiene que anunciar que es un vampiro. ¡Ningún donador se va a acercar si no sabe lo que eres! Eso no significa que tengas que decirle a todo el mundo que eres vampiro, sólo a las personas indicadas. Es muy probable que ellos mismos se te acerquen a ofrecerte su sangre.


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¿Tienes uno o varios donadores?
Donar sangre puede resultar agotador. Por eso trato de no alimentarme mucho de una sola persona. Me gusta tener más opciones porque los donadores tienden a desarrollar apego hacia su vampiro y pueden llegar a ser posesivos. Muchos donadores comparan el sentimiento después de alimentar a un vampiro con la relajación después del sexo o con la meditación profunda.

¿Cómo le hacen los vampiros para asegurarse de que la sangre que beben es segura?
Soy muy cuidadosa. Tienen que hacerse análisis de sangre con frecuencia para garantizar que no tengan enfermedades como VIH o cosas por el estilo. No me gustaría contraer algo feo. Si los donadores no quieren hacerse una prueba, entonces no les interesa ni su propia salud ni la del vampiro.

¿Hay otras formas de alimentarse además de la sangre? ¿Tienes algún sustituto?
Todos los vampiros que han padecido la "ira sanguinaria" saben que a veces no hay sustituto para la sangre. Pero cuando la necesidad del vampiro no es tan fuerte, hay sustitutos que muchos miembros de la comunidad considera útiles pero no totalmente efectivos. Nada es 100 por ciento efectivo. Sólo la sangre. Hay sustitutos que funcionan mejor que otros pero su objetivo es evitar que el vampiro se sienta enfermo, apático o den ataques. Algunos de estos sustitutos pueden ser: jugo de granada, chocolate amargo, carne término rojo inglés, entre otros.

¿Para ti hay un elemento fetiche o sexual en beber sangre?
¡Por supuesto! Todo empezó una noche. Estaba teniendo sexo pero el sexo no era suficiente, ni los sentimientos. No sentía nada. Quería algo más, una conexión más profunda, más honesta. Así que tomé un cuchillo y le corté el pecho. Froté mis manos contra su pecho ensangrentado y lo probé. Fue un instinto natural. Me sentí liberada. Y el también me cortó. La sangre corrió sobre mi pecho. Fue un intercambio. Ahí, cubierta de sangre, con mi corazón acelerado, sentí algo peligroso y vivo. Sentí que era más honesto que un simple encuentro sexual.

*Por seguridad, algunos detalles personales se quedaron en el ataúd.

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