Publicidad
Relacionados: Satanás me dio su protección en Catemaco
Las mujeres que quieran ser perdonadas por haberse realizado un aborto —un pecado considerado digno de excomunión— normalmente tienen que reunirse con un obispo y someterse a un proceso bastante riguroso. Básicamente, el Papa está diciendo que cualquier fulano con un cuello romano puede ahora hacer ese trabajo."El perdón de Dios no puede ser negado a alguien que se ha arrepentido, especialmente cuando esa persona se acerca al sacramento de la confesión con un corazón sincero", escribió el Papa en una carta al Vaticano, añadiendo que ha hablado con muchas mujeres que "llevan en el corazón la cicatriz de esta angustiosa y dolorosa decisión".Si como yo, encuentras arrogante y retrógrado que una mujer tenga que solicitarle a un hombre viejo (sí, los curas aún siguen siendo hombres) ser absuelta por una decisión que tomó sobre su propio cuerpo —una que no requiere expiación—, puedes sentir indignación justificada.
Publicidad
"Lo siento, ¿por qué tendría que sentirme feliz de que el #PapaFrancisco nos 'perdone' por un aborto? No necesitamos perdón", dijo en un tweet Kathleen Pye, una autodenominada activista feminista que trabaja para la organización LGBT Egale Canada.Pero la realidad no es en blanco y negro.El aborto todavía es ilegal en muchas partes del mundo, lo que resulta en un estimado de 21 millones de mujeres que cada año buscan procedimientos clandestinos. Así que la declaración del papa Francisco, aunque increíblemente paternalista, habla de un estigma que hoy en día todavía sigue siendo predominante."Este estigma resulta en tremendos obstáculos para acceder a los servicios de aborto en el mundo", le dijo a VICE Sandeep Prasad, el director ejecutivo de Acción Canadá para la Salud y los Derechos Sexuales."El Papa ha dado un paso en la dirección correcta, pero hay muchos más pasos que dar para asegurar que el aborto inseguro sea una cosa del pasado".El cambio ocurre lentamente.Las mujeres que todavía anhelan esa sensación de alivio que yo sentía cuando era niña en la confesión deberían poder tener acceso a ella. Tampoco deberían ser juzgadas por quererla, ni por cualquier otra cosa.I'm sorry, why should we be happy about — Kathleen Pye (@KathleenCanada)September 1, 2015