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Regresamos a Chemical Valley y esto es lo que está sucediendo

El problema de la contaminación industrial en las ciudades canadienses, está lejos de resolverse.

El sitio del derrame de Sun-Canadian. Fotografías por Wilson Plain.

Han transcurrido meses desde que viví en Aamjiwnaang, una reserva de las Primeras Naciones en Sarnia, Ontario. Ahí produjimos un reportaje acerca de Aamjuwanaang y la corta distancia con el 40 por ciento de la industria petroquímica de Canadá. Hace dos años, el pueblo de 24 kilómetros conocido como Chemical Valley fue nombrado por la Organización Mundial de Salud, como el lugar con mayor contaminación en todo Canadá. Además del reportaje que publicamos en la revista, hicimos un documental que se enfoca en la fuga de benceno que ocurrió en enero de este año, provocada por la refinería de Shell y que afectó directamente a la guardería de la reserva. Sería un error pensar que la fuga es un incidente aislado.

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Desde que terminamos de grabar el documental, 50 barriles de petróleo de Imperial Oil se derramaron en junio y todavía están limpiando ese caos. Los residentes de Sarnia y Ammijwnaang han estado en alerta máxima desde el pasado viernes, después de que un rayo cayó y causó un incendió de una planta de Shell en Corunna, y el mismo día la planta de TransAlta estuvo en las noticias por una fuga de dióxido de carbono.

Más allá de estos hechos preocupantes, durante este mes los residentes de Sarnia y Aamjiwnaang han sido expuestos a una fuga de tubería que terminó derramando 200 barriles —es decir, casi 8,500 galones— de diesel, algunos de los cuales terminaron en el río St. Clair. El diesel se filtró por una tubería que tiene una antigüedad de 60 años, y que pertenece a Sun-Canadian (55 por ciento de la compañía es propiedad de Suncor y 45 por ciento de Shell), y no había sido inspeccionada en dos años.

El alcalde de Sarnia, Mike Bradley, habló sobre la necesidad de una mayor regulación de la industria:

“Es algo así como un mundo nuevo. Hay muchas tuberías en Norteamérica y todo el mundo que tienen 30, 40, 50, 60 años de antigüedad .. Una de las preocupaciones que he expresado a nuestros funcionarios es acerca de la regulación de la industria. Me parece que no está regulada como debe ser, una gran parte de la carga, como el mantenimiento y los informes, es para las empresas. Y esto sólo sale a la luz cuando hay un incidente."

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Uno de los asuntos más escandalosos —un tema recurrente en Sarnia— es cómo la industria da información incompleta o falsa. La falta de información es un intento deliberado para reducir el daño a la imagen de la compañía o simplemente retrasar la comunicación y el análisis. Cuando la fuga en la tubería fue anunciada, por primera vez la policía de Sarnia declaró que "ningún producto se penetró en el río Saint Clair", una conclusión basada en la información proporcionada por Sun-Canadian. Cuando se supo que el petróleo sí había llegado al río, un portavoz de la compañía se apresuró a decir que no era "una gran cantidad" de petróleo en el agua.

Esa inquietante evaluación acerca de la cantidad de combustible que terminó en el río no nos dijo mucho acerca de la situación, pero había suficiente petróleo en el agua notar una visible capa brillosa en la superficie. El río proporciona agua para 170 mil personas, un recurso indispensable para la comunidad. Esa fue la observación hecha por Peter Epp para el Sarnia Observer, que insiste en que el pueblo de Sarnia y Aamjiwnaang "merecen algo mejor".

Mientras que el derrame de Sun-Canadian ha durado casi dos semanas, la gente de Aamjiwnaang y Sarnia no han recibido ninguna respuesta sobre cómo es que la tubería se rompió, qué se está haciendo para evitar que vuelva a suceder, y si acaso deberían estar preocupados por la antigua infraestructura de la tubería.

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Hablamos con Sam Bornstein, vocero de Sun-Canadian, el nos dio más información sobre la fuga:

“Tenemos un sofisticado sistema para monitorear toda la tubería. Una alarma sonó a las 11:27 de la mañana… y tres minutos después [nuestro técnico] cerró la corriente de petróleo y pidió a los trabajadores a cerrar las válvulas para que el petróleo que aún estaba en la tubería no alcanzara a salir. No tengo información de cuánto tiempo tomó.”

A pesar de su actitud defensiva, Sun-Canadian sí ofreció una disculpa a las comunidades que afectó por su derrame de diesel. Así que eso es algo… ¿no?

Llamamos a Wilson Plain, cofundador del comité del medio ambiente de Ammijiwannang, para que nos diera su opinión sobre la situación. Nos dijo que al pueblo de Aamjiwnaang “le gustaría ver un programa que regular de mantenimiento o monitoreo”, lo cual parece una petición razonable.

La falta de comunicación en la área también contribuye a la dificultad de controlar y remediar incidentes como esos. Wilson atribuye estos problemas al propio jefe de gobierno de Aamjiwnaang y al consejo, así como a la industria petroquímica; él dice que: "Las líneas de comunicación estaban abiertas, pero había una brecha ​​por nuestra administración, nuestra oficina y la oficina del jefe de gobierno. Creo que tanto el alcalde como el consejo siguen esperando mantener buenas relaciones con la industria petroquímica, con la esperanza de obtener alguna ventaja de ello. Esa es mi opinión. Y no está sucediendo. Suncor sigue su curso."

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Más allá de ser parcialmente responsable de la fuga en la tubería, Suncor también está lidiando con otra crisis ambiental: una zanja contaminada con benceno que la empresa tenía que limpiar en 1999. Mientras Suncor está tratando de aislar la contaminación, Wilson junto con Ada Lockridge —una activista en Aamjiwnaang— pide que la fuga en la tubería y la tierra envenenada de benceno sea eliminada por completo.

La zanja de benceno. Fotografía por Wilson Plain. 

Cuando hablamos con Ada sobre la zanja de benceno que lleva 14 años sin que nadie haga nada. "Si logran decomisar esas cosas, desháganse de ellas, limpien ese desastre y que se larguen de aquí. No me gusta estar tan campante sabiendo que hay una fuga."

Wilson, del mismo modo, destacó el peligro de tener una zanja envenenada con benceno en su comunidad: "Es una zanja que ha estado allí desde antes de que Suncor llegara, en 1952. Era una zanja que estaba junto a una de nuestras calles. Debo decirte que cada día nuestros hijos, a eso de las 2:30 de la tarde, son trasladados en autobús por esa calle, y esa es una preocupación para muchos padres. Y el benceno tiene serias implicaciones a largo plazo. Puede causar problemas en la sangre, como leucemia.”

Debido al benceno, el nieto de Wilson murió de leucemia a la edad de 13.

Suncor tuvo una reunión con la gente de Aamjiwnaang para discutir cómo podrían convertirse en "mejores vecinos", y según Ada, eso sonaba como un acuerdo bastante civil:

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"Mucha gente asistió. Estaban muy contentos de que fueran muchos… durante la cena alguien de Suncor estaba presente en cada mesa. Mike Plain [un residente de Aamjiwnaang, de edad avanzada] hizo una oración y les contó un poco de nuestra cultura, les entregó un poco de sabiduría. Y nos sentamos a comer y hablamos con todo el mundo. Así que tuvimos la oportunidad de hablar y compartir lo que nos estaba molestando, y ellos tomaban nota…"

Humo negro elevándose de una planta de Nova. Fotografía por Randi Rogers.

Claro, tomar nota acerca de la situación es algo agradable pero al momento en que Ada y Wilson abandonaron la reunión esa noche, un humo negro amenazante se elevaba desde la planta de Nova en Corunna, un claro recordatorio de que el problema estaba lejos de resolverse después de su charla con Suncor. Parece que hay más presión que nunca en el gobierno del primer ministro canadiense Stephen Harper. Sin embargo, se necesita más atención en la difícil situación de los residentes de Aamjiwnaang, ya que este panorama obviamente no mejorará.

Reporte adicional de Michael Toledano.

Sigue a Patrick en Twitter: @patrickmcguire