Stefan Ruiz

Stefan Ruiz ha fotografiado a todo mundo, en todo el mundo. Revisando sus libros, o su website, la variedad de locaciones y personajes que aparecen en su trabajo parecería que ha vivido cuatro vidas. Igual aparece David Lynch, que Bill Clinton, un refugiado en Tanzania, o Roberto Palazuelos, que una montaña rusa en Kazajistán o un carrusel en medio del desierto marroquí. A pesar de las diferentes locaciones y temas, sus fotos tienen una consistencia que las hace parecer parte de un mismo cuerpo de trabajo. La constante es el rigor con el que Stefan fotografía a todos los sujetos que posan frente a su cámara, o los paisajes que registra. La dignidad y profesionalismo con la que retrata a un líder de los pepenadores en el basurero de Neza en el DF, es la misma con la que retrata a Laura Bush en su rancho en Crawford, Texas.

Esta foto fue publicada originalmente en Colors Magazine.

El trabajo de Stefan es una mezcla entre retrato, paisaje, fotografía documental y de viaje, muchas veces encontrando algo fascinante en lugares o personajes que a otros les parecerían irrelevantes.

Hace dos años, grabamos un documental sobre el trabajo de Stefan para nuestra serie Picture Perfect, primero en su estudio en Brooklyn y después en Monterrey, en donde fotografiamos a fanáticos de la cumbia, también conocidos como cholombianos y sus increíbles cortes de pelo.

La primera vez que publicamos a Stefan en VICE fue hace seis años, en el primer número que editamos en México, en donde presentamos un avance de lo que más tarde se convertiría en su libro The Factory of Dreams.Durante ocho años, Stefan vistió repetidamente los estudios de Televisa para hacer retratos de actores y fotos de los sets y las escenografías. El resultado es bastante lejano de las fotos que aparecen en revistas de celebridades y chismes. Éste es un trabajo realizado a consciencia y por años y por uno de los fotógrafos mas talentosos del mundo. Aprovechando que estaba en la Ciudad de México para dar un taller y una charla en el Festival Internacional de Fotografía, Portfolio (14), platicamos con él sobre La fábrica de sueños.

VICE: ¿Cómo y cuándo empezó el proyecto?
Stefan Ruiz:Empezó en 2003 como un proyecto para Colors Magazine. Viajamos tres personas desde Italia para hacer un número, sobre México, las telenovelas, la realidad y la fantasía.

Tiempo antes habíamos discutido ideas para el número. Una de las ideas que habían quedado por ahí era hacer un número sobre escuelas alrededor del mundo, y una de las escuelas que nos interesaba era el CEA de Televisa (su escuela de actuación). Luego pensamos, "¿por qué no dedicar un número completo, no al CEA, sino a las telenovelas?" Y eso fue lo que hicimos. Por supuesto, el acceso fue casi imposible al principio. Estuvimos aquí tres semanas. La primera semana nos dejaron entrar pero sólo nos dejaron ver los disfraces. ¡Ni siquiera los sets! Luego nos dijeron: "Sí pueden entrar al set pero no se permiten las cámaras", y ya después de muchas negociaciones nos permitieron hacerlo.

¿Cómo pasó de eso, a un libro que te tomó casi ocho años terminar?
Después de ese número de Colors, un amigo mío que trabajaba como director de arte en Vogue Homme en París convenció al director creativo de hacer un fashion story en Televisa y claro, Televisa quería trabajar con ellos y cuando hicimos las fotos fueron mucho más cooperativos que la primera vez. Muchos de los actores querían salir en Vogue Homme, y al final quedó muy bien.

Varias personas, como Gabriella Gómez-Mont, Diego Pérez y Ramiro Chaves me ayudaron con el proyecto, con textos o como asistentes de cámara. Y luego, Mauricio Maillé, de la fundación Televisa, me ayudó a conseguir acceso para terminar el proyecto. Entré en total como siete u ocho veces. En general, cuando entraba, me quedaba una semana. Era muy difícil y los días eran largos. Nunca sabías lo que iba a conseguir o cuánto tiempo me podría quedar.

¿Notaste algún cambio en los sets o los personajes durante esos años?
Sí, definitivamente noté un cambio en las telenovelas desde el principio hasta el año 2011 y creo que fue por una combinación de varias cosas, de lo que pasaba en México en ese momento, la delincuencia, las drogas y todo eso. En las telenovelas habían sets de secuestros, narcotraficantes, un club de stripers, una gran pila de cocaína falsa, en general cosas que no se habrían visto antes, según yo.

Cuándo grabamos contigo para Picture Perfect, mencionaste que encontrabas una relación entre las telenovelas y tu vida personal. ¿Cómo es eso?
Sí y a la vez no. Mis abuelos por parte de mi papá son mexicanos y prácticamente todo ese lado de la familia cruzó la frontera sin documentos y llegaron a California, al Central Valley. Venían en busca del sueño americano, aunque muchas veces ese sueño es inalcanzable. Esa es una parte de la historia de mi familia. Además, mi abuela veía telenovelas. Me pareció una forma interesante de lidiar con temas de raza y clases sociales, la realidad y la fantasía, la fama y cosas así.

¿Cuáles son tus fotos favoritas del libro?
Me gusta la de Yadhira Carrillo, que aparece con un vestido rojo. Fue una de los primeros retratos que tomé en 2003 y ella cooperó y trabajó muy bien y todos los chicos en el set estaban muy emocionados. Creo que fue un bien inicio. También trabajé muy bien con René Casados, siempre se mete mucho en su papel y sabe lo que tiene que hacer. Me gustó trabajar con Roberto Palazuelos porque para él preparamos una iluminación súper dramática y tenía una mirada muy seria y misteriosa. Creo que esa foto funciona muy bien. Me gustaron de las fotos de las escenografías. Tal vez algunas fotos no sean mejor que otras, pero el haber conocido a las personas y la experiencia de convivir con ellas fue importante para mí, algunas fueron muy divertidas.

Tomas fotografías en todo el mundo. ¿Hay algo diferente o especial al trabajar en México?
Creo que es muy rico visualmente. Me gusta que es muy diferente, una mezcla rara. Creo que la influencia de Latinoamérica, EU, Europa, de la geografía local, forma una combinación caótica e interesante. Te encuentras con cosas muy jodidas, otras que son muy divertidas o terribles. Aquí hay de todo. Me gusta mucho hacer proyectos aquí.

Sé que quedaste muy satisfecho con el proyecto que fuimos a hacer en Monterrey cuanto grabamos a los cholombianos. ¿Qué diferencia tiene para ti fotografiar a jóvenes como ellos, a fotografiar por ejemplo a Bill Clinton o Laura Bush?
Cuando fotografías a alguien como Clinton, no tienes mucho tiempo. Con Laura Bush tuve algo de tiempo, pero también es algo muy rápido. Pero con los cholombianos me gustó. Generalmente estoy más interesado en las culturas que existen al margen del mainstream. Y me gusta ir a los clubes y al mercado o lo que sea y montar un pequeño estudio y darle tiempo a las personas para que posen y para tratar de registrar su estética y reflejar el tiempo que invirtieron en verse como se ven. Es lo que intento reflejar, lo increíbles que son. Yo creo que ellos también lo disfrutaron, si no, no habría sido incapaz de hacerlo. La música me gustó también y todo el ambiente.

¿Qué has estado haciendo desde que filmamos eso hace como dos años? Que también fue más o menos cuando terminaste con el libro de las telenovelas.
Tengo planeado hacer un libro con las fotos de los cholombianos con Aperture, pero he estado atorado con otros proyectso. Si me ofrecen un trabajo lo tengo que aceptar para pagar lo demás. También estoy haciendo un libro con mis mejores fotos, y otro con fotos que he coleccionado cuando viajo a otros países, son imágenes de archivo que no tomé yo.

También he hecho fotos para el Newyorker, el New York Times y sus revistas como T Magazine; trabajo para revistas inglesas, para el Financial Times, el Times of London, The Telegraph, The Guardian, The Observer, The Independent, y trabajo mucho en Francia y España.

Stefan está en México impartiendo un taller y una conferencia en el marco del Festival Internacional de Fotografía, Portfolio (14). Si se lo encuentran por ahí, salúdenlo, es un chingón.

Más del trabajo de Stefan Ruiz en stefanruiz.com