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Pase y llore

Temporada electoral: Los panistas quieren tu voto para ver si ahora sí pueden hacer algo bien

Estuvieron 12 años en la presidencia y votaron las recientes reformas junto con el PRI. Pero ahora quieren convencerte de que ellos son "el cambio". ¿Qué dice la publicidad electoral que usan para eso?

El PAN se encuentra en una posición de lo más cómoda para llegar a las elecciones intermedias. No tiene la presión del PRI, que aunque parezca tener asegurado el primer lugar de votos, trae en chinga a todos sus cuadros para que acarreen a tantos como puedan a sus mítines, presionen a sus organizaciones y compren votos a como dé lugar. Su tirada es tener la mayoría absoluta en las cámaras, pero no la tienen fácil. El Partido Reacción Nacional tendría que convencer a Dios para que intercediera por ellos (en primer lugar, tendrían que lograr que Dios existiera) y así alcanzar al PRI. De otra forma,quedará muy lejos. Pero puede nadar de muertito o criogenizarse de aquí hasta el 6 de junio y tendría el segundo lugar garantizado, porque el resto de los partidos está hecho una desgracia o tiene un porcentaje muy pequeño de posibles electores (o las dos cosas, mejor dicho).

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Al PAN siempre le ha sentado muy bien ser ese partido "bisagra", con el que debe negociar el partido mayoritario (que casi siempre ha sido el PRI) para sacar adelante los votos y ganar cuotas a cambio, como presupuestos locales, presidencias municipales o incluso gubernaturas. Al mismo tiempo, eso les facilita ser el club que siempre se indigna y se da golpes de pecho con todo lo que hace "el gobierno priísta", como buenos católicos de aparador. Y ése es justo el lugar que con toda seguridad van a mantener durante los siguientes tres años.

Pero también están en un momento curioso, o complejo, para hacer campaña, porque no tienen muchos argumentos de los que puedan echar mano. O dicho de una manera más precisa, no tienen credibilidad para hacerse pendejos. Como hemos visto, casi toda su publicidad está dedicada a denostar los dos años y fracción que lleva el PRI en la presidencia. Pero hay un doble problema: por un lado, ellos fueron el partido clave para que se aprobaran varias de las reformas que impulsó Peña Nieto. Al menos, dos de las más significativas: la energética y la educativa (aunque también pusieron sus fichas en la financiera, la de telecomunicaciones y la política). Y éstas han definido en su mayor parte la gestión de Quique y el regreso del PRI.

Por el otro, es un hecho que gran parte de los problemas por los que atraviesa el país (algunos de los cuales lleva algo así como cinco siglos atravesando; tanto, que ni siquiera es fácil imaginarse qué podría haber al otro lado, cuando terminen de atravesarse) no se originaron durante los últimos dos años. Casi todos estaban presentes durante los 12 años que el PAN estuvo en control del gobierno federal y el rumbo que mantiene hoy el país está marcado profundamente por lo que hicieron ese tiempo.

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Hoy el PAN está lleno de buenas ideas para arreglar México (falta ver por qué no lograron implementarlas cuando tenían control del gabinete y la mitad del congreso). Algunas de ellas están expresadas en su publicidad electoral. Considero que no es momento de hacer una revisión extensa y rigurosa del papel que juega el PAN en el México actual: todos sabemos (o deberían saber, los que no) que su mezcla de castración ideológica al estilo oscurantista y fanatismo hacia la economía de mercado sería lo menos indicado para remediar el desastre nacional. Digo, ahí están el foxismo y el calderonato de muestra. Así que puede tener más provecho revisar lo que dice su publicidad electoral para saber de una vez qué piensan darnos a cambio del voto. (Es hipotético, claro. No espero que hagan el "experimento" de votar por ellos).

#CambiemosElRumbo

Los últimos años no les han servido de experiencia para darse cuenta de que los slogans en forma de hashtag nos valen verga a todos.

Pero eso es sólo lo primero que está mal. Lo más importante es que hablan de esa gran ocurrencia de la publicidad electoral, "el cambio". No pudieron pensar en otra cosa que no hubieran usado hace 15 años, cuando les sucedió esa divertida anécdota de llegar a la presidencia.

Por cierto, el "cambio" que pedían se cumplió y pues todo el país vio en directo cómo la cagaron. Igual, ahora piden el "cambio" otra vez. Aunque ya sabemos que juegan a lo mismo que el PRI, sólo que con más hipocresía, más discriminación contra los homosexuales, más protección a los pederastas y asuntos por el estilo. Es evidente que su "cambio" sólo se refiere a las siglas del partido.

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Veamos el sol directamente hasta que no sepamos hacia dónde vamos. Seguro así cambiamos de rumbo.

¿A poco no?

Estribillo que repiten todo el tiempo. Me refiero a que lo hacen con tanta frecuencia que a veces me hacen dudar si mi vida es una alucinación provocada por la tortura y en realidad soy un preso en Camboya en 1973. La usan como remate para casi todos sus "menajes" (las comillas se usan porque en realidad no transmiten gran cosa), o "propuestas". Casi siempre esa frase que la precede es "Claro que podemos", que a veces crece hasta ser todo un ensayo que dice así: "Que nadie nos diga que no se puede. Claro que podemos".

Esta retórica motivacional ha funcionado muy bien en la subcultura gerencial que tanto le gusta a los panistas. También ha servido para hacer comerciales de la selección de futbol. Aquí lo que significa es, en síntesis, "claro que podemos mantenernos dentro del presupuesto".

Otras de las frases que anteceden al "¿a poco no?" son: "Cambiemos el rumbo con buenas ideas", "Los corruptos traen luz verde" (genios: luz verde… Partido Verde… ¿captan? ¿Se acuerdan cuando Fox ganó representando al PAN y al Verde? En fin), "Mínimo subamos el salario mínimo" (ingeniosísimo, qué impresión; por cierto, durante muchos años esta idea les sacaba ronchas, porque la consideraban fuente de inflación. Recientemente aprendieron que cambiar de opinión cuando se trata de un tema que vende, podría ser redituable, por lo visto), "Acción Nacional es el partido de los ciudadanos libres" (a la luz de la forma en que condenan la disidencia y encarcelan a las mujeres que abortan, por poner sólo dos ejemplos, pondría seriamente en duda que sea el partido de la libertad; pero claro, ellos entienden que el catolicismo es un ejercicio de libertad, así que resulta difícil salir de acuerdo), "Precio justo por la gasolina", "Castigo a funcionarios corruptos" (eso incluye a todos los implicados en los moches y a medio gabinete de Calderón, supongo), "No al enriquecimiento ilícito" (¿Ni siquiera el de Martita Sahagún y sus hijos?), "No a la censura", etcétera. Éste último aparece en carteles donde se censuran palabras "altisonantes" o como se llamen.

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Defiende la libertad de expresión. ¿A poco no?

Lema con el que invitan a subir videos y fotos que resulten "incómodos" para el PRI. La idea es que se trate de corrupción institucional, sobre todo. Esta vertiente de la campaña se lanzó con la serie de fotos que le han tomado a César Camacho, presidente del PRI, usando los relojes que colecciona, valuados en millones. Como les decía, el PAN es un campeón para escandalizarse falsamente ante la corrupción ajena y lo ha demostrado con la serie de spots que derivaron de esto. Lo de "falsamente" lo digo con toda la certeza, porque el artífice de esta campaña, el panista Marcelo García Almaguer, es él mismo un coleccionista de relojes millonarios, de precios comparables y marcas similares a los que usa Camacho.

Estos videos, como muchos otros carteles y spots que maneja el PAN por estos días, recurren a esas "palabras altisonantes" ("no tienen madre", "son chingaderas", "son mamadas", etcétera), pero censuradas: aparecen cubiertas con un pitido o escritas con símbolos en lugar de algunas letras. Este recurso es tan malo que hasta deprime, y revela uno de los rasgos que siempre ha acompañado al PAN: la autocensura, la tendencia a la represión en un sentido ideológico pero también síquico. Digo, ellos mismos diseñaron una campaña en la que recurren todo el tiempo a palabras que no se atreven a pronunciar públicamente. Casi podría compadecerlos, si su partido no tuviera un presupuesto de 1,158 millones de pesos para este año.

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El PAN acusó al PRI de haberle robado el esquema de los videos anteriores. De hecho, el formato es casi idéntico y lo usan para denunciar actos de corrupción de funcionarios panistas. "Hasta las buenas ideas se roban", fue el slogan en respuesta. Uno de los ejemplos:

Todos los spots que el PAN ha lanzado en esta campaña siguen el mismo esquema, como si fueran sketches. A pesar de que debe haberles costado mucho dinero la búsqueda de naturalidad, resulta tristemente evidente que todos están actuados, por la sencilla razón de que no pensaron en darles ni tantita variedad.

Las 3 del cambio, #Las3delPAN

Slogan y hashtag con los que tratan de difundir sus propuestas en tema económico.

Una: subir el salario (propuesta que hace unos años tachaban de "populista").

Otra: bajar impuestos en la frontera, eliminar IVA en transporte foráneo, deducir colegiaturas y servicios médicos. Por una parte, les gusta eso de privatizar la industria energética, pero no piensan rellenar con impuestos el hueco que dejan los ingresos petroleros que se perderán. Estaría padre que explicaran si piensan mandar a la mitad de la población económicamente activa a Estados Unidos para que se dedique a enviar remesas. Lo peor es su propuesta de deducir los gastos en colegiaturas y servicios médicos. La idea es que todo mundo recurra a la escuela privada y a hospitales particulares, pagándolos de su cartera (por supuesto), con el magnífico premio a cambio de no pagar impuestos. Porque, pues, qué oso que el Estado se encargue de la salud y la educación.

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La tercera: "Mejorar la economía familiar". Esto pasa por bajar el precio de gasolina y electricidad, así como dar incentivos a los llamados Repecos (pequeños comerciantes). En otras palabras, changarrizarse.

Otra de las formas en que promueven estas iniciativas es "Un, dos, tres por mí". Quisiera haber estado en la junta creativa en la que decidieron usar esta última frase. Imagino que deben haber estado pasando diapositivas, comentando sesudamente con adjetivos como "interesante" o "pegador", hasta que se convencieron de que "un, dos, tres por mí" era la opción más brillante.

Bueno, no. No me gustaría haber estado ahí.

Yo soy X

Slogan de la campaña de Xóchitl Gálvez, candidata a jefa delegacional por la Miguel Hidalgo.

El nombre de la aspirante sonó hace unas semanas porque no había podido comprobar que era residente de la zona que pretende gobernar (su IFE ni es de ahí). Al final, le dieron el registro, aunque ella acabó deslindándose del PAN.

Esta serie de episodios atropellados ya suponían un recorrido de por sí difícil, pero, en serio, ¿a quién se le ocurrió ese slogan? Supongo que la intención es asociar la inicial de Xóchitl a la X del voto y demás. Yo creo que el problema es que no lo leyeron dos veces y por eso no se dieron cuenta de que en realidad parece una invitación a asumir la propia insignificancia. Equis, chavos.

Qué rico, ya huele a PAN.

Ésta va como postre.

Se presta para ser intervenida de maneras bellísimas, como:

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