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Durante la última década, el levamisol se ha convertido en un agente de corte habitual en el suministro mundial de cocaína. Según donde vivas, entre un 40 por ciento y un 90 por ciento de la cocaína contiene esta sustancia. El gobierno británico afirma que el 80 por ciento de los cargamentos de cocaína incautados en 2014 contenía levamisol. Un estudio realizado en España en 2012 concluía que el fármaco estaba presente en el 57 por ciento de la cocaína, y en Dinamarca, en el mismo año, se encontró en el 90 por ciento de las muestras. En Holanda, hablamos de un 60 por ciento, y en Estados Unidos, la DEA (Administración para el Control de Drogas), registró un total del 73 por ciento.
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Que la sustancia se encuentre frecuentemente no significa que la cocaína esté llena de esa cosa. Una investigación sobre la pureza de la cocaína llevada a cabo por Lana Brockbals, de TICTAC, una empresa de identificación de drogas, y puesta solo a disposición de VICE, concluía que, de las 106 muestras de cocaína obtenidas el año pasado en un festival sin identificar del Reino Unido, 83 contenían trazas de levamisol. Sin embargo, la concentración media de levamisol de cada pollo era de poco más de un 5 por ciento, pues la mayoría de las muestras solo contenían entre un 1.5 por ciento y un 5 por ciento de levamisol.Las pruebas en 5,000 muestras de cocaína encontradas en las calles de Holanda entre 2011 y 2014 indicaban una concentración media del 9 por ciento. La DEA afirma que el levamisol supone el 9 por ciento de la bolsita estándar de cocaína de Estados Unidos. Un análisis del año pasado de 103 muestras aleatorias de cocaína de todo el mundo, realizado por el servicio de pruebas de droga de Energy Control, concluía que la concentración media era del 11 por ciento.Entonces, ¿inhalar cocaína que contenga un 5, 10 o incluso un 20 por ciento de levamisol garantiza lo que indican los medios? Al fin y al cabo, hay hasta 21 millones de consumidores de cocaína en el planeta, así que los hospitales tendrían que estar a rebosar de gente con la piel a medio caer. Pero no lo están.El primer mito del que hay que librarse aquí es de que el levamisol sea un gran peligro para el consumidor medio de cocaína.
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El gen en cuestión, el HLA-B27, está presente en aproximadamente un 8 por ciento de los caucásicos, el 4 por ciento de los norteafricanos, del 2 al 9 por ciento de los chinos y del 0.1 al 0.5 por ciento de los japoneses. Por extraño que parezca, en la región del norte de Finlandia, Lapland, un cuarto de la población es portadora del gen.Que el levamisol sea una amenaza a la salud de las personas mucho menor de lo que los medios británicos están insinuando no es una gran sorpresa. En un negocio tan tremendamente lucrativo como el tráfico de cocaína, no vas a hacer todos esos esfuerzos para fabricar un producto que convierte a tus consumidores tipo en una masa de enfermos o inválidos moribundos —salvo si eres Philip Morris o representas a la tabaquera Imperial—. En lugar de eso, el uso de un fármaco para desparasitar el ganado es un indicador de lo astutos que son los traficantes de cocaína, porque parece que han descubierto el agente de corte para más eficiente de todos los tiempos.Al fin y al cabo, hay hasta 21 millones de consumidores de cocaína en el planeta, así que los hospitales tendrían que estar a rebosar de gente con la piel a medio caer.
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Según la UNODC, el levamisol se incorpora al clorhidrato de cocaína en dos etapas del proceso: antes de convertir la base de cocaína en clorhidrato de cocaína y después, cuando ya se ha obtenido el clorhidrato pero aún no se ha secado. Por lo tanto, se encuentra en la cocaína de casi todo el mundo, incluso en la de los súper ricos, aunque supongo que hay unas cuantas mansiones en Colombia y Miami donde la cocaína es completamente pura.Pero lo que realmente lo convierte en el corte diez (una cualidad del levamisol de la que los químicos de los cárteles son completamente conscientes) es su capacidad de potenciar el efecto de la cocaína en el cuerpo. Un metabolito del levamisol denominado aminorex tiene propiedades parecidas a las de las anfetaminas y muchas investigaciones comienzan a indicar que los químicos colombianos pueden haberlo sabido todo el tiempo: la cocaína mezclada con levamisol coloca más al inhalarse."[Los cárteles de cocaína] tienen unas extensas redes financieras y suponemos que esta droga potencia las propiedades adictivas de la cocaína de maneras aún por determinar", comenta el doctor Hoffman. "Tienen acceso a los laboratorios que trabajan con animales y con miles de sujetos humanos, y por eso los efectos adictivos del levamisol mezclado con cocaína están sometiéndose a más pruebas que la mayoría de los medicamentos aprobados".Actualmente, los químicos de los cárteles son muy diferentes de los que se representan en televisión: el ripo con sombrero removiendo un cubo en mitad de la selva tropical amazónica. "Es un error imaginarse a los productores colombianos de cocaína como campesinos en un laboratorio en mitad de la jungla", dice Mike Power, periodista y escritor, que ha investigado el comercio de cocaína en Colombia. Mike me contó que muchos de los agricultores rurales que aparecen en las películas (los "cocaleros") son solo parte de la gran vía de abastecimiento que va del corral a las fosas nasales e incluye química, aviones, asesinato y corrupción."Sería alucinante que los cárteles no conocieran las pruebas que están saliendo a la luz sobre los efectos estimulantes del levamisol", afirma Power. "Hace cuatro años en Colombia, presencié cómo el proceso de cristalización [de la pasta] se llevaba de la selva a los laboratorios urbanos clandestinos en bloques de apartamentos bien custodiados. Esta es una ciencia compleja. Si pueden aumentar sus beneficios en un 10 por ciento añadiendo un corte activo que cumpla todos los requisitos, no hay más que hablar. Y como la mayoría se añade al final del proceso, antes de su exportación, sabemos que es facilitado por las personas que están en la parte alta de la cadena de comercio. Y esos saben exactamente lo que están haciendo".Pero, como dice Power, el resultado final para muchos consumidores de cocaína es que, por mucho que el polvo sea blanco, es todo menos puro. "El caso es que, si has consumido cocaína", asegura, "llevas años inhalando un fármaco para desparasitar el ganado, y estás pagando por ese privilegio un ojo de la cara o, mejor dicho, la nariz".@Narcomania