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Cultură

Un tipo rico pagó 84 mil dólares por dos shows en webcam que nunca vio

Durante una subasta, un hombre ofertó cerca de cien mil dólares para ver a dos chicas desnudas hacer lo que él quisiera durante una hora, pero nunca reclamó su premio. Platicamos con ellas, que ganaron una buena cantidad de dinero por hacer nada.

Creí que había escuchado sobre cada fetiche conocido por el hombre. Durante el periodo de diez años que pasé en la revista británica de fetiches Bizarre, vi cabezas rapadas de Barbies dentro de culos, uretras estiradas, gente pisando escrotos, cosquillas con tarántulas y prácticamente cualquier cosa que pueda disfrutar hacer una persona para tener un orgasmo. La semana pasada escuché sobre un acto de dominación financiera tan exorbitante que casi garantizaba su propio género de depravación.

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La dominación financiera no es nada nuevo. La idea consiste simple y sencillamente en hombres muy ricos bañando en dinero a mujeres a cambio de poca cosa. Sin embargo, el incidente en cuestión involucró cerca de 100 mil dólares y el comprador obtuvo nada en absoluto a cambio. Ocurrió en Kink.com, un sitio web que se especializa en todos los fetiches y con frecuencia subasta sesiones privadas de una hora en webcam con una de sus dos dominatrix más famosas y populares, Maitresse Madeline y Lorelei Lee. En una subasta reciente, la puja tanto para Madeline como para Lorelei atrajo al (yo supongo) uno por ciento de hombres, que entraron con rapidez en la guerra de pujas, lo que hizo que subiera el costo de los shows a miles de dólares de una sola vez. Cuando todo se tranquilizó, las dos chicas habían ganado 42 mil dólares por un show de una hora. Creo que es una cantidad sin precedentes por un show en webcam, además nunca me había sentido tan orgulloso de dos chicas en toda mi vida.

Pero he aquí el problema: fue el mismo sujeto quien ganó las dos subastas y aunque pagó un total de 84 mil dólares, nunca reclamó sus videos. ¿Qué pedo? Al ser alguien que siempre había soñado en ser dominado financieramente, decidí entrevistar a Lorelei y a Madeline para averiguar qué se siente ganar 42 mil dólares por hacer nada en lo absoluto.

VICE: ¿Qué es Kink Bitches?
Lorelei Lee: Kink Bitches es nuestra plataforma para vender porno de una manera más o menos nueva. Las dos hemos trabajado en la industria por muchos años. Yo ya llevo 14 años y Madeline tiene nueve años de experiencia, que en años porno, es como si fueran cien. Las dos tenemos este amplio conocimiento e interés en fetiches y BDSM (bondage, disciplina, dominación y sumisión y sadismo y masoquismo), y en Kink tenemos una plataforma con una audiencia enorme. Muchas de las cosas que hemos hecho en el pasado, como vender pantis y hacer shows en webcam, lo hacemos ahora pero de manera más exclusiva y con mayor calidad.

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Maitresse Madeline. Foto cortesía de kink.com.

¿Les sorprendió la cantidad final de la puja que ganó el show por webcam?
Maitresse Madeline: No voy a mentir, fue un momento increible. Fue un gran logro comparado con mis primeros días en la webcam. Pero considerando la experiencia que tengo con la dominación financiera y mi profunda comprensión de las idiosincracias de los fetiches, no me sorprende para nada.

LL: Estaba muy emocionada al ver que se incrementaban las pujas, pero sí tiene sentido para mí. Nuestra cultura tiende constantemente hacia lo individualizado. Cada empresa que te promociona algo intenta decir: “¡Éste es un producto hecho sólo para ti!” De eso se trata la webcam, es sólo para ti, hecha a tu medida.

Por 42 mil dólares, ¿puedo grabar el show con una cámara de video sólo para mí?
No. Es una oportunidad única y exclusiva en la vida.

¿Ya hicieron el video de una hora? ¿Qué tan loco se puso?
Nunca pidió el show. Es posible que luego se decida hacerlo, pero hasta el momento no lo ha hecho. Así que básicamente sólo nos regaló el dinero.

Fue el mismo tipo el que ganó las dos pujas, ¿cierto?
Sí. Hubo más personas participando. Hay una enorme audiencia ahí afuera para esta idea de dominación financiera que consiste en pagar un precio cada vez más y más alto. Es algo así como apostar.

¿El tipo es como una versión porno de El Lobo de Wallstreet?
MM: No voy a asumir que sé la psicología detrás del por qué esta persona en particular decidió pagar por un show y en realidad nunca reclamarlo. En general, sentirse excitado por darle grandes cantidades de dinero a una mujer es un fetiche milenario. ¿A quién no le gusta la sensación de meter dinero en las pantis de una estríper? Nuestras subastas son la misma idea, sólo que a una escala más grande y con mayores recompenzas para ambas partes.

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LL: Entiendo la psicología de esto desde nuestra perspectiva. He trabajado como estriper, como dominatrix profesional y en la industria del porno, y en todos esos caminos hay algo muy excitante sobre recibir dinero. Creo que la gente obtiene la misma sensación incluso de meserear. El dinero te prende. No sólo es la cantidad de dinero, es la sensación física, la textura y el olor… todo eso.

Lorelei Lee.

¡Pero eso es aqueroso y sucio!
¡Sí! Es tan sucio, ¡me encanta! Una de las cosas más excitantes que he hecho con dinero fue masturbarme en una despedida de solteros sobre una pila creciente de billetes. Me acercaba al orgasmo sólo con verlos acumulándose. Algunas personas disfrutan el hecho de regalar su dinero a alguien en espefífico. Para otras es humillante. No valen nada y tienen que dar todo lo que tienen a una mujer que es una diosa. Pero después está el sentimiento opuesto, que es el de poder, si eres el que tiene más dinero para gastar, entonces eres el que tiene la verga más grande.

¿Después hubo comunicación con el ganador? ¿Fue obscena?
Hubo un breve intercambio de correos y él fue muy respetuoso. Parece un hombre encantador.

No se conocen en persona, ¿cierto?
Cierto. Sólo es un show por webcam.

¿Qué tan extremo será el show?
Estará dentro de nuestros límites personales. Hay cosas que yo nunca haría, como coprofilia, bestialidad y ageplay extremo, donde se pretende ser una persona extremadamente joven o extremadamente vieja. Pero las cosas que estoy dispuesta a hacer, las haré en este show con la condición de que es un show para una sola persona.

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Sólo para aclarar, no hay sexo, ¿cierto? ¿Por 42 mil dólares?
Depende de tu versión de sexo, pero no, nunca nos tocaremos el uno al otro.

¿Qué clase de tipo puede darse el lujo de pagar tanto dinero?
MM: Este caballero en particular es de Australia y las pocas veces que interactué con él, fue un tipo amable y encantador.

El arsenal, donde ocurre la magia. Foto cortesía de kink.com.

¿Cuánto es lo más que te han pagado por una escena porno?
LL: Tendría que decir que fue cerca de tres mil dólares.

¿No te molesta haber trabajado jornadas laborales por tres mil dólares y ahora ganar 42 mil por no hacer nada?
En realidad no. El asunto es éste: No es como si no hubiera hecho nada por esos 42 mil. Trabajé 14 años por ellos.

¿Qué hicieron con ese dinero caído del cielo?
Lo extendimos en el piso y rodamos en él. Pusimos 84 mil en el piso y jugamos en él para celebrar. También gasté un poco en champaña y brillo para labios. Dos de mis cosas favoritas. Después metí un poco a mi fondo de retiro.

MM: Yo guardo e invierto mi dinero. Una de mis metas a largo plazo es ser dueña de una casa de dominación que no se asemeja a nada de lo que está disponible hoy en día. Un lugar donde las mujeres tienen el poder de dirigir sus propios negocios y de tener muchas fuentes de ingreso bajo un mismo techo.

¿Cuáles son unos de los fetiches mas únicos e interesantes con los que se han topado?
LL: Me fascinan los fetiches de la gente, no importa lo que sean. Es tan emocionante escuchar acerca de ellos y experimentarlos. Algo muy directo es el travestismo, si lo haces bien y de verdad logras disfrazar a una persona y decirle que es una puta hermosa, el momento es glorioso. Hay todo tipo de fetiches diferentes que no son tan comúnes. Tuve un cliente que quería que le escupiera yogurt en la boca y me decía: “Gracias por el regalo”. Otro cliente, que era uno de mis favoritos, tenía un fetiche por los periódicos. Traía consigo una bolsa de periódicos doblados y hacíamos una serie de cosas con ellos, como presionarlos contra su cara o cubrirlo por completo en ellos y luego yo me paraba encima de él.

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MM: Yo solía tener un cliente que pagaba nadamás por mirar fijamente mis zapatos usados vacíos. Yo no tenía que salir en la cámara y para él era la más grande humillación, que al mismo tiempo era lo que más lo prendía. También me tocó un hombre que me pagaba mil dólares por humillarlo un minuto. Quería que llamara a su teléfono para amenazarlo con decirle a su esposa sobre el dinero, y luego que colgara después de un minuto.

Madeline, tienes más experiencia en la cámara que Lorelei, ¿qué es lo que disfrutas de este trabajo?
Me metí en eso de las webcams cuando tenía veintitantos para poder pagar la escuela de odontología e higiene dental. Resultó ser muy lucrativo. Tuve mucho éxito en el negocio y logré ganar una cantidad de seis cifras por trabajar desde casa cuatro noches por semana mediante webcam. Luego de haber progresado en mi carrera, reservo las cámaras para este tipo de ocasiones como la subasta especial. Siempre es divertido volver y hacerlo. A veces extraño el negocio de la cámara. Extraño la interacción íntima que tenía con los admiradores y los clientes.

Si tienen diez mil dólares de sobra en sus bolsillos, primero que nada, jódanse. Pero también, se va a realizar una subasta este martes 10 de junio|utmcmd=(none)&utma=199245231.300862780.1401461734.1401461734.1401461734.1&utmc=199245231&utmb=199245231.1.9.1401461735655).

Sigan a @DivineBitches, @MaitresseM y a @MissLoreleiLee.

Pueden encontras más estupidez en ChrisNieratko.com o en @Nieratko.