Fui al concierto de Rancid en Madrid #loser

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Música

Fui al concierto de Rancid en Madrid #loser

...And Out Come the Losers

Esto es la secuela de la crónica del concierto de Blink-182 en Barcelona firmada por Alejandra Núñez. Quizá hagamos una trilogía #loser. Estaréis pensando que no, que un concierto de Rancid no es tan lamentable como uno de Blink-182. Alejandra también lo piensa y probablemente sea cierto porque Blink-182 ya apestaban como teloneros de Pulley y Lagwagon en el 97. Antes incluso del Enema of the State. Pero no vamos a comparar. No se trata de eso. Se trata de demostrar que no tiene sentido que alguien mayor de edad se emocione hoy más de la cuenta escuchando en directo temas de …And out come the Wolves. Y para probar esta teoría sólo arrojaré un dato: la última vez que Rancid vinieron a España no fui a verlos porque creía que ya se les había pasado el arroz. Demasiado comerciales. Y de eso han pasado dieciséis años. En la madrileña sala San Miguel me recibieron tipos y tipas que peinan canas, pero en el sentido literal. Eso los que todavía tienen algo que peinar… Seres para los que el hardcore melódico fue la banda sonora del instituto y que enseguida dejaron de lado a grupos como NOFX, Pennywise o Bad Religion porque los-escuchaba-todo-el-mundo y ya no eran suficientemente punkis. Ahora admiten que Rancid tienen un buen puñado de canciones que han envejecido con dignidad y se dejan ver entre el público rodeados de crestas de colores (“chupas con remaches… dentro de tu bolo están rotos los cristales”) y chavales más jóvenes incluso que Alejandra. Entré allí como #loser pero salí victorioso, porque Tim Amstrong y Lars Frederiksen son majos y tocan bien y con ganas. Ruby, ruby, ruby, ruby, soho.

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Fotos: Sergio Albert Avilés.