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Cultură

Hablemos sobre las contradicciones morales del sacrificio animal

Unos tipos han sido detenidos por realizar rituales con aves en Valencia, pero cada día se mata a miles de animales legalmente.

Fotografía de Hugo Borges, vía

Valencia. Agentes de la Guardia Civil han dado finalmente con los individuos que, desde este pasado mes de mayo, estaban haciendo sacrificios rituales en distintos puntos de la provincia de Valencia, cerca de cementerios y descampados. Se trata de un hombre de 26 años y una mujer de 34 —ya se dice que los hombres hacen cosas raras cuando van con mujeres mayores que ellos. Los tipos hacían rituales en los que utilizaban puros (¿?), ron (¿?) y sangre y vísceras de animales para trazar formas geométricas en el suelo. No se concreta qué tipo de aves utilizaban en estos ritos —de purificación, invocación de espíritus, sanación o lo que fueran— el caso es que los degollaban, destripaban y esparcían su sangre por ahí, por lo que han sido acusados de maltrato animal. Digo yo que más que por el maltrato animal lo más coherente habría sido detenerlos por intentar despertar a Cthulhu o Baphomet y conducir a la humanidad hacia el sufrimiento eterno. Pero no, los han detenido por provocar dolor a una gallina o un pollo o un pato o algo con alas. La Guardia Civil considera que sacrificaron las aves "de forma consciente y deliberada a través de medios y métodos que han aumentado injustificadamente el sufrimiento de los animales".

Dentro de la Unión Europea existe una normativa para garantizar el bienestar de los animales —destinados al consumo humano— durante su sacrificio pero también existen ciertas excepciones en el cumplimiento de dicha normativa por motivos religiosos. Aún así, países como Polonia y Dinamarca han prohibido este tipo de trato animal bajo cualquier circunstancia. Noruega, Suecia, Islandia y Liechtenstein ya han impuesto muchas restricciones sobre este asunto. Estamos hablando de prohibir los sacrificios de animales sin aturdimiento previo, como es el caso de la carne halal o kosher, que requieren que los animales estén conscientes antes de ser degollados y desangrados. Hace unos meses hablamos con el responsable de Igualdad Animal en España sobre este tema, puede que os interese echarle un vistazo a la entrevista si sois de los que creéis que las tradiciones y la religión no pueden estar por encima del sufrimiento de los animales.

En España nos suda el rabo y, solo en Mercabarna, un 35% de corderos y terneras se degüellan según el método islámico; en Mercazaragoza, por ejemplo, más de 55.000 animales se sacrifican cada año de la misma forma, en definitiva, "de forma consciente y deliberada a través de medios y métodos que han aumentado injustificadamente el sufrimiento de los animales". No tenemos ningún problema en tolerar estas inercias culturales sin embargo detenemos a un par de individuos que creen en fuerzas extrañas de la naturaleza —incomprensibles para el hombre y por lo tanto no inscritas en el Registro de Entidades Religiosas— simplemente por destripar unos cuantos loros. En países como Bolivia se permite el sacrificio de animales en ritos ancestrales regidos conforme los usos y costumbres de los pueblos indígenas originarios, por lo que este tipo de rituales serían permitidos. Aquí, en España, nuestra constitución apunta que existe la libertad de culto pero está claro que el espectro no es demasiado holgado. Nos llenamos la boca con palabras grandilocuentes y moralmente superiores pero lo único que hacemos es denigrar nuestra integridad como seres críticos. El tema es complicado y realmente no tiene solución. Hablemos de burkas, hablemos de ablación, hablemos de toros. Yo qué sé, vivimos en un mundo extraño.

El debate en el tema de los mataderos es que todos los animales deberían sacrificarse con el método oficial, aún así no está tan claro que el método kosher o halal suponga un sufrimiento mucho más exagerado que el de la normativa europea. Supuestamente el sacrificio halal "debe realizarse de modo humanitario, (…) el cuchillo del matarife debe estar correctamente afilado y deberán cortarse por lo menos tres de los cuatro conductos principales (…) esto asegura un sacrificio rápido y una muerte inmediata ya que el flujo sanguíneo queda inmediatamente desconectado del cerebro minimizando el sufrimiento del animal". En el caso de la normativa europea se admite que el sacrificio del animal puede provocarle dolor, angustia, miedo u otras formas de sufrimiento, incluso con las mejores técnicas disponibles pero asegura que el sufrimiento es mucho menor que el ejecutado con otros métodos. Si bien el sistema halal agrava el padecimiento del animal, creo que en ambos casos estamos hablando de matar a un ser vivo. No hace falta dar lecciones de moral o tolerancia cuando, de hecho, se está caminando sobre montones de mierda.

No nos confundamos, yo también estoy cubierto de gloria, a mí me encanta comer animales muertos, sean de la edad que sean —bueno, una vez probé un poco de lechal de esos y me dio la sensación de estar yendo directamente al infierno, tuve que parar—, por lo que no tengo potestad para hablar sobre estos temas. Lo que tengo claro es que lo que jode más aquí es la segregación, la hipocresía de culpar a unos pobres tipos que sacrificaban aves y permitir la práctica de estas costumbres, generando estratos de religiones permitidas y cultos no permitidos. Además, tenemos la gran hipocresía que lo cubre todo: se sacrifiquen con o sin dolor, no dejamos de estar comiendo jodida carne de animales muertos. No vayamos ahora de políticamente correctos ni señalemos a unos locos por matar una paloma, aquí todos somos los locos y todos somos los criminales.