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especial moda 2013

¿Por qué no alquilar tu cabeza para poner anuncios?

Hablamos con Andrew Lardinois acerca de cómo es eso de inventar el look “valla publicitaria humana”.

Foto de Sylvan Magnus

¿Recordáis cuando, en los 90, íbais por el centro comercial y veíais grupetes de chavales atontaos matando el rato delante del Foot Locker o donde sea, con jeans JNCO y unos pendientes ridículos, y a veces con el swoosh de Nike o el logo de Mercedes Benz afeitado en el cabello? Era el epítome de la lealtad a una marca; un grupo de marmolillos empleando sus propias cabezas para hacer publicidad gratis. No sabemos si Andrew Lardinois, de 33 años y residente en Portland, se inspiró en sus días de rata de centro comercial o se le ocurrió a él solito la idea de ganar dinero afeitándose en la cabeza los logos de negocios locales. Lo que sí sabemos es que hasta la fecha ha ejercido de anuncio ambulante de, entre otros, una licorería, una boutique y una cafetería. Hablamos con él acerca de cómo es eso de inventar el look “valla publicitaria humana”.

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VICE: ¿Cuál fue el primer diseño que te afeitaste en la cabeza?
Andrew Lardinois: Una día me estaban depilando las piernas con cera y vi mis patillas en un espejo. Pensé, Parecen botas de cowboy, solo le faltan los tacones. Le pregunté a la  depiladora si sería capaz de convertir mis patillas en unas botas. Sabía que le iba a encantar el reto.

¿Y eso se convirtió en “Podría vender mi cabeza como espacio para anuncios?”
Empecé a visitar a un barbero especializado en afeitar con navajas del siglo XIX. Él sabía de los diseños que mi amiga la depiladora me había hecho y quería probar. Pero las patillas son un lienzo uyn poco pequeño, y él necesitaba un espacio más grande: mi cabeza. Había una cervecería local cuyo logo, con un gallo, me gustaba, y el barbero me lo afeitó en la cabeza. Hasta dio relieve al gallo dejando cabellos de distintas longitudes. El nivel de complejidad era increíble. Por desgracia yo no podía verlo, porque me lo hizo en la parte de atrás.

¿Y entonces entraste en el local con su logo afeitado en la parte de atrás de la cabeza?
Pues sí. Mucha gente se quedó boquiabierta y buscando sus cámaras. Mi pelo ha sido explotado hasta la saciedad en su página de Facebook. Yo, en un principio, no pedí nada, pero conseguí un montón de cervezas gratis. Al poco tiempo empecé a recibir propuestas de otros locales. Tuve que hacer una lista de precios.

¿Cuánto cuesta tu cabeza?
50 dólares a la semana. Parte de ese dinero es para mi barbero. Sigue siendo menos de lo que cuesta poner un anuncio en un periódico. Soy un anuncio que habla y camina y haré promoción de la tienda, sea la que sea. Si he elegido tenerla en mi cabeza, todo el mundo sabe que merece la pena ir a echar un vistazo.

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¿Te ganas la vida solo con esto?
Bueno, también trabajo en una oficina de impuestos de Jackson Hewitt que hay en un Walmart.

¿Y no te obligan a cubrirte el pelo?
No. Una de las cosas más raras y geniales del Noroeste es que todo se acepta. No es que vaya a ir a la oficina de impuestos con una cresta de 30 centímetros, pero es una oficina muy progresista en un Walmart.

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