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Ahora los "coyotes" están regresando migrantes a sus países debido a la pandemia

Las restricciones para viajar debido al COVID-19 en Latinoamérica implican que algunos de los que quieren volver a casa tienen que hacerlo ilegalmente.
Locales y migrantes centroamericanos utilizan una balsa improvisada para cruzar el río Suchiate desde Tecun Uman en Guatemala hasta Ciudad Hidalgo en el estado de Chiapas, México, el 11 de junio de 2019.

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Hazel Lazo tuvo suerte. Ella llegó a los Estados Unidos desde El Salvador con autorización legal. Eso quiere decir que no tuvo que arriesgar su vida en la travesía por tierra desde Centroamérica a la que muchos no sobreviven.

Pero en cuestión de meses, debido a la pandemia, se quedó sin dinero y sin opciones en Estados Unidos y decidió regresar a casa. Y necesitaba un traficante de personas para hacerlo.

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“Pensé en todas las personas que quieren estar ahí, en Estados Unidos, y arriesgan sus vidas para llegar allí. Nosotros arriesgamos nuestra vida de nuevo, pero esta vez para volver a El Salvador”, dijo.

Los cierres de fronteras regionales en respuesta a la amenaza del coronavirus han generado un nuevo fenómeno migratorio: los migrantes de países centroamericanos como Honduras y El Salvador tienen que regresar a casa de contrabando. La circulación tradicional de migrantes que se desplazan de sur a norte se ha ralentizado como resultado del confinamiento, y muchos han decidido quedarse en casa hasta que se reanude la vida normal. Pero ahora el tráfico ilegal va en sentido contrario.

"Nunca habíamos visto algo así en la frontera de Estados Unidos y en la región", dijo Olga Byrne, directora de inmigración del Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés), quien culpa a la política de Estados Unidos por esta nueva tendencia. El régimen de asilo prácticamente se ha detenido desde que llegó la pandemia, y las reglas temporales permiten que aquellos que buscan protección y los migrantes indocumentados que llegan a la frontera de Estados Unidos sean regresados a México sin el debido proceso.

Entre marzo y julio, más de 110.000 migrantes indocumentados han sido regresados a México por el gobierno de Estados Unidos, la mayoría de ellos de Centroamérica y algunos son niños desamparados, según Byrne. Las restricciones que han estado vigentes en la frontera entre Estados Unidos y México desde marzo también han hecho que miles de migrantes centroamericanos que se dirigían a los Estados Unidos se queden varados en México.

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"Algunas personas están desesperadas y no pueden vivir indefinidamente en las ciudades fronterizas mexicanas a la espera de un litigio u otros cambios de política que restablezcan sus derechos y ofrezcan protecciones, por lo que algunos regresan a casa por su cuenta", dijo Byrne.

El cierre de las fronteras de Guatemala ha complicado aún más las cosas sobre todo para los nacionales. Guatemala comparte su frontera norte con México y al sur se encuentran El Salvador y Honduras. Los ciudadanos de El Salvador y Honduras no pueden ingresar y cruzar Guatemala legalmente, por lo que técnicamente están atrapados en México.

El Salvador fue uno de los primeros países en entrar en confinamiento en Latinoamérica cuando la pandemia se apoderó del mundo. Y el gobierno aplicó algunas de las medidas más estrictas de la región por parte de los militares. El presidente Nayib Bukele incluso cerró las fronteras del país a sus propios ciudadanos durante meses, lo que dejó varados a miles en el extranjero.

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El cierre de fronteras alrededor de Centroamérica debido a la pandemia ha provocado que algunos migrantes regresen a sus países de origen de manera ilegal. Mapa de Hunter French.

Los salvadoreños excluidos de su país comenzaron a llamarse a sí mismos "los varados". Crearon páginas de Facebook donde se reunían para compartir experiencias e ideas, según Lazo. Pronto, quedó claro que la gente estaba regresando a casa por tierra. Muchos inmigrantes indocumentados no quieren tomar los vuelos de deportación organizados entre gobiernos, por temor a ser forzados a entrar en centros de cuarentena, que en algunas naciones se han convertido en puntos críticos de contagio.

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“La gente no pedirá ayuda a sus gobiernos; huyeron por temor a que sus gobiernos no pudieran protegerlos”, dijo Meg Galas, directora nacional para El Salvador, Honduras y Guatemala en el IRC.

Para Lazo, que se encontraba legalmente en Estados Unidos, volar directamente a casa seguía siendo imposible. Todos los aeropuertos de El Salvador estaban cerrados.

“El 17 de junio, encontré a una mujer en un chat de WhatsApp que regresó a casa por tierra, le escribí y me dijo que llegó bien y me envió fotos. Así que decidí hacer lo mismo”, dijo.

Ella y una compañera de viaje salieron de Estados Unidos caminando por el cruce fronterizo de San Diego hacia Tijuana. Desde allí, tomaron un vuelo a Tapachula, Chiapas. El río Suchiate que separa a los dos países suele estar lleno de migrantes en balsas hechas con neumáticos de camiones gigantes que los transportan desde Guatemala hasta México. Pero desde la pandemia, el río no ha tenido mucho movimiento y Hazel y su amiga se decidieron irse en otra dirección.

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Hazel Lazo (de negro) y su acompañante en Guatemala, quienes tuvieron que cruzar ilegalmente para llegar a casa en El Salvador. Crédito: Hazel Lazo.

“Fue rápido, nos tomó menos de cinco minutos”, dijo. “Luego parte del trayecto la hicimos en auto, y el resto en la parte trasera de una motocicleta hasta la frontera con El Salvador, pero cuando llegamos allí nos atrapó la policía”. Lazo estaba aterrorizada de que la arrestaran y la llevaran a un centro de cuarentena del gobierno.

“Tuvimos que sobornarlos. Nos pidieron 400 dólares a cada uno, pero solo pudimos darles 100 cada uno, que aceptaron de mala gana. Pero amenazaron con arrestarnos”.

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Y la policía tiene el poder de hacer eso: las dos mujeres estaban en Guatemala ilegalmente durante una pandemia.

Todo el viaje fue organizado por contrabandistas, quienes les cobraron 300 dólares a cada una por llevarlas a casa. “En realidad, no eran contrabandistas, al menos no solían trabajar en eso para empezar. Eran hombres que se quedaron sin trabajo a causa del coronavirus y vieron la oportunidad de ganar dinero”, dijo.

Lazo dijo que al menos otras 20 personas con las que estaba en contacto a través de diferentes grupos de WhatsApp hicieron el mismo viaje, y VICE News habló con otros salvadoreños que también habían viajado a casa por tierra pagando a los contrabandistas y cruzando fronteras ilegalmente.

“Aunque hicimos el mismo viaje, vivimos cosas diferentes. Algunas personas hicieron paradas, otras no tuvieron suficiente para comer en el viaje”, dijo otro migrante, un hombre de 36 años que había hecho el viaje desde Los Ángeles y prefirió no dar su nombre. "Fue una experiencia que recordaremos por el resto de nuestras vidas".

No existen cifras oficiales sobre este nuevo flujo migratorio clandestino, y las rutas son tan nuevas que aún no se conocen informes de redes del crimen organizado que gravan o extorsionan a quienes las utilizan. Una vez que se levanten las restricciones para viajar causadas por la pandemia, los observadores predicen que la migración de Centroamérica a Estados Unidos se reanudará con mayor fuerza debido al daño económico que los países de la región han sufrido como resultado del confinamiento. Hasta entonces, sin embargo, los coyotes seguirán explotando esta nueva tendencia.

“Para mí tiene sentido que sean los coyotes quienes los ayuden a regresar a casa porque entrar a El Salvador ha sido muy difícil”, dijo Galas del IRC. “También era difícil pasar por Guatemala, cuando se prohibió viajar debido a la pandemia, la gente no podía cruzar el país. Ser salvadoreño u hondureño y ser detenido por la policía era aterrador para los que teníamos documentos de viaje, pero para aquellos que no los tienen ha de haber sido una pesadilla".

El 29 de junio, solo cuatro días después de salir de Estados Unidos, Lazo estaba de regreso en su país. En ese momento, el gobierno estaba permitiendo que las personas se pusieran en cuarentena en sus casas. Ella se fue a casa.

Portada: Locales y migrantes centroamericanos utilizan una balsa improvisada para cruzar el río Suchiate desde Tecun Uman en Guatemala hasta Ciudad Hidalgo en el estado de Chiapas, México, el 11 de junio de 2019. Foto de QUETZALLI BLANCO/AFP vía Getty Images.