Una persona se tapa la cara con el cuello de su suéter.
Foto de Francesco Carta fotógrafo para Getty.
Salud

"Es completamente posible sentir soledad y, a la vez, necesitar pasar tiempo a solas"

"Aloneliness" es como le ha llamado el psicólogo Robert Coplan a la sensación de anhelar tener tiempo para nosotros mismos sin poder conseguirlo.
LC
traducido por Laura Castro

A un año de que iniciará la pandemia, estoy cada vez más agradecida de tener un horario de sueño muy diferente al de mi novio. Me despierto alrededor de las 6 o 7 de la mañana y trato de acostarme a las 11 pm. Mi novio se va a dormir a las 2 am y se reincorpora al mundo a las 10 de la mañana. Nuestros días empiezan y terminan con varias horas en las que el otro está dormido, por lo que tenemos un tiempo precioso para nosotros mismos.

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Antes del COVID-19, con nuestras muy activas vidas sociales, nuestros trabajos y viajes, a menudo teníamos que planear intencionalmente pasar tiempo de calidad juntos. Ahora, dado que no vemos a casi nadie más en persona y trabajamos desde casa en un pequeño departamento de Brooklyn, la salud de nuestra relación depende de que nos aseguremos de tener tiempo de calidad separados.

Sabemos que somos afortunados al tener la no siempre satisfactoria presencia del otro ahí. La soledad se ha convertido en un problema de salud mental cada vez más grande durante la pandemia: una encuesta del año pasado a más de 1,000 personas encontró que el 65 por ciento se sentía cada vez más solo. Otro estudio encontró que los adultos jóvenes, de 22 a 29 años, recientemente han sentido niveles más altos de soledad y que aquellos que ya estaban en riesgo de sentirse solos, ahora, lo estaban aún más. En febrero, el gobierno de Japón, por primera vez en la historia, nombró a un Ministro para la Soledad y así poder prestar especial atención al problema, pues se ha demostrado consistentemente que la soledad es mala para la salud física y mental.

Sin embargo, aunque muchas personas están solas, durante una pandemia que nos confina a nuestros hogares con nuestros seres queridos, también muchas personas alternativamente (o simultáneamente) podrían estar sufriendo por no poder tener tiempo a solas. Robert Coplan, psicólogo de la Universidad de Carleton en Canadá, junto con sus colegas llamó a este sentimiento “aloneliness” [necesidad de tiempo a solas] en 2019.

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La falta de tiempo a solas es la contraimagen de la soledad, y es justo la sensación que mi pareja y yo tratamos de evitar al pretender que el otro no existe durante algunas horas al día. Si la soledad surge cuando hay una amplia discrepancia entre la cantidad de tiempo de calidad que deseas pasar con otras personas y la cantidad de tiempo que realmente pasas con ellas, la falta de tiempo a solas es una amplia discrepancia entre la cantidad de tiempo de calidad que te gustaría pasar a solas y la cantidad de tiempo que realmente puedes estar a solas.

Muchos de nosotros hemos sentido esa necesidad de tener un tiempo para estar solos, incluso sin que alguien le hubiera dado nombre a la sensación. El verano pasado, Kate Morgan escribió en Elemental sobre cómo estar con tu pareja todo el tiempo puede causar conflictos: "Si todo tu tiempo libre -o todo tu tiempo en general- es tiempo par estar juntos, probablemente comenzarás a sentirte desconectada de ti misma", le dijo la coach de relaciones Veronica Monet. En abril de 2020, la revista MIT Technology Review publicó sobre cómo la pandemia provocó una avalancha de eventos y actividades virtuales, lo que dejó poco tiempo para que las personas se relajaran a solas. Un estudiante de derecho de Nueva York dijo haberse sentido agotado después de “tres largos días de clases vía Zoom, reuniones virtuales extracurriculares y charlas nocturnas con amigos y familiares... Pronto dejó de contestar cuando sus amigos le llamaban. Solo necesitaba algo de tiempo a solas”, escribió Abby Ohlheiser.

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La mayor parte de la investigación sobre estar solo se ha centrado únicamente en lo que sucede si experimentamos demasiada soledad. "Pasar tiempo solo tiene mala reputación", dijo Coplan. “Históricamente, la gente siempre ha asociado el hecho de estar solo con sentimientos de soledad, desesperación y depresión. Este es un problema serio y no debemos restarle importancia".

Sin embargo, Coplan y sus colegas se enfocan en la falta tiempo a solas y consideran que es la otra cara de la misma moneda, y están descubriendo que pasar muy poco tiempo a solas puede provocar sentimientos de estrés, depresión o estados de ánimo negativos similares a los provocados por la soledad. Es un área que se ha vuelto increíblemente relevante por el largo limbo social en el que nos hemos encontrado todo este año. "Tengo que decir que ciertamente se ha convertido en un momento interesante para alguien como yo que estudia el aislamiento social, el estar a solas y la soledad", dijo Coplan.

Las personas se han visto empujadas a circunstancias en las que están solas todo el tiempo y eso las hace sentir soledad. "Pero otras personas, estoy pensando particularmente en padres jóvenes que ahora trabajan en casa y ayudan a sus hijos con sus clases remotas; ellos, de un momento a otro, simplemente dejaron de tener tiempo para estar a solas", dijo Coplan.

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Los seres humanos necesitan la sensación de conexión con los demás e interacciones sociales significativas. Y, sin embargo, el tiempo a solas también puede traer efectos benéficos, como poder manejar mejor las emociones difíciles o incluso explorar la propia creatividad. Los estudios han encontrado que los adolescentes que pasan entre 25 y 30 por ciento de sus horas de vigilia solos tienen niveles de depresión más bajos, mejores calificaciones y mejor comportamiento, según el criterio escolar.

“Muchas figuras religiosas, filósofos y psicólogos han argumentado desde siempre que las personas ocasionalmente o con frecuencia necesitan un tiempo a solas para sentir algo de espacio y libertad para pensar en algo importante para ellos, hacer algo creativo o espiritual, conectarse con la naturaleza o cualquier otra cosa que les sea difícil hacer cuando hay otras personas a su alrededor”, dijo Christopher Long, profesor asistente de psiquiatría en la Universidad para las Ciencias Médicas de Arkansas.

Muchos escritores han ensalzado persistentemente los beneficios de estar a solas, anhelando estarlo cuando no les es posible. Tal como escribió Virginia Woolf, “Porque ahora ya no necesitaba pensar en nadie. Podía ser ella misma y estar sola. Y eso era lo que, con frecuencia ya, sentía que necesitaba: tiempo para pensar; en realidad, ni siquiera para pensar; más bien para estar callada, para estar a solas”.

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Los investigadores han descrito esta aparente contradicción como la “paradoja de la soledad”: el tiempo a solas puede tener efectos positivos, pero si es demasiado puede afectar negativamente el bienestar.

“La soledad es un estado involuntario”.

Al comienzo de su carrera estudiando el desarrollo de la timidez y la ansiedad social en los niños, Coplan y sus colegas pasaron tiempo observando a los niños jugar en el recreo e identificando cuando los niños se aislaban por sí mismos.

Algunos de esos niños eran tímidos, pero otros simplemente parecían estar bien solos; lo preferían. “Se veían bastante contentos de estar jugando solos y no parecían mostrar los mismos signos de preocupación, ansiedad o incomodidad que normalmente demostraría un niño tímido”, dijo Coplan.

Ahora han realizado estudios en universitarios de diferentes edades y en adolescentes de 15 a 17 años, los resultados los publicaron justo en enero de este año. En estos grupos de personas mayores, han encontrado personas que disfrutan estar solas por un tiempo y, cuando no les es posible, experimentan una acuciante necesidad de tener un tiempo a solas. Coplan y sus colegas desarrollaron la Escala Solitude and Aloneliness para medir el nivel de la necesidad de estar a solas. En ella, se pide a las personas concordar con declaraciones como: "Sería bueno que pudiera pasar más tiempo a solas todos los días".

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La soledad es simplemente el estado de estar solo, pero las personas pueden tener experiencias tremendamente diferentes mientras se encuentran solas. Existen diferencias clave entre estar solo y sentir soledad, dijo Virginia Thomas, profesora asistente de psicología en Middlebury College. “La más importante es que la soledad es un estado involuntario”, dijo Thomas.

Long concuerda con ella, y dice que en su investigación encontró que la principal diferencia entre una experiencia solitaria positiva y una negativa es el grado de elección de una persona. Las personas que tienen experiencias solitarias positivas eligen estar a solas y poder hacer lo que quieren en ese tiempo.

"Las personas que tienen experiencias solitarias negativa y terminan sintiéndose solas, aburridas o con algún otro sentimiento desagradable, a menudo quieren estar con otras personas o no pueden participar en alguna actividad que les interesa, dijo.

La motivación es otro factor importante, agregó Thomas. Cuando las personas pasan tiempo a solas con fines constructivos (como querer ser creativas o autorreflexivas), lo pasan mejor estando a solas, en comparación con las personas que buscan estar a solas debido a que padecen ansiedad social o tienen percepciones de rechazo social. “Al estar a solas, te retiras intencionalmente del mundo social con fines específicos, tal vez para conectarte contigo mismo, recargar energías después de un día sobreestimulante, o trabajar en un proyecto satisfactorio”, dijo.

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La cantidad de tiempo a solas que cada persona necesita es muy individual, y el momento en que alguien comienza a sentir la necesidad de estar a solas varía mucho. “Nadie podrá decir jamás: 'Recomendamos x número de tiempo a solas para todos'”, dijo Coplan. “Así no es cómo funciona. Todo el mundo tiene un umbral diferente para satisfacer sus necesidades".

Si bien es un presunto rasgo de carácter de los introvertidos querer estar solos, Thomas dijo que no es necesariamente cierto para todos los introvertidos, y que hay muchos extrovertidos que también valoran su tiempo a solas.

"Los factores situacionales son importantes, sin importar tu personalidad", dijo. "Por ejemplo, todos experimentamos estrés, y un beneficio claro de estar a solas es su efecto restablecedor". No importa quién seas, al parecer la soledad puede tranquilizarnos, especialmente cuando estamos estresados.

Las personas que tienen una actitud más positiva hacia el hecho de estar solas y quieren más tiempo a solas, tienen más probabilidades de sentir una necesidad apremiante de tener ese espacio para sí mismas. Esto tiene sentido porque si te gusta el tiempo a solas, querrás más y existe el riesgo de que no veas satisfechas esas necesidades.

Lo que haces cuando estás solo también puede afectar si sientes o no la necesidad imperiosa de tener tiempo a solas. En su estudio reciente con adolescentes, Coplan y sus colegas descubrieron que cuando el tiempo a solas se dedica a pasatiempos, como leer por placer, mirar televisión o videos, jugar videojuegos o pasar tiempo al aire libre, la necesidad de estar a solas queda mejor satisfecha. Si las personas pasan la misma cantidad de tiempo a solas pero haciendo tareas domésticas o deberes, aún sentirán que les hace falta pasar tiempo solos. Esto significa que el tiempo a solas de calidad tiene que ser realmente por y para ti, no para ponerte al día con la limpieza o tus declaraciones de impuestos.

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Coplan señaló que, de forma similar, el sentimiento de soledad no se trata únicamente sobre estar aislado. Las personas pueden sentirse solas incluso cuando están rodeadas de otras personas, porque la calidad de las interacciones sociales es lo que más importa. “Hay adolescentes que nos han dicho que se sienten solos al estar sentados a la mesa cenando con sus familias, porque extrañan estar con sus amigos”, dijo Coplan.

También es completamente posible sentir soledad y, a la vez, necesitar pasar tiempo a solas, lo que significa que, en general, no estás satisfecho en ninguno de los ámbitos de tus circunstancias sociales. Podrías estar conviviendo con mucha gente pero no estar teniendo interacciones y conexiones sociales significativas; lo que te llevaría, por un lado, a sentirte solo, y por otro, a no sentir satisfecha tu necesidad de pasar tiempo de calidad a solas.

Coplan dijo que comenzaron a recopilar datos durante la pandemia y, aunque aún no tienen los resultados finales, tiene la hipótesis de que encontrarán niveles crecientes del sentimiento de soledad y la necesidad de estar a solas.

Coplan cree que será benéfico para todos estar conscientes de que tanto el sentimiento de soledad como la necesidad de estar a solas podrían estar afectándonos. "Es algo de lo que la gente no está muy consciente", dijo. "Una de las cosas que encontramos es que las personas podrían sentirse estresadas o irritables y no saber por qué".

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La solución para satisfacer la necesidad de estar un tiempo a solas, como era de esperar, es pasar algo de tiempo solos. Coplan reconoce que no siempre es fácil, especialmente ahora, y anima a las personas a decirles a sus parejas o compañeros de departamento que les vendría bien pasar un tiempo a solas, y a tener conversaciones sobre por qué esa solicitud no es una indicación de que su relación se ha estropeado o que hay un enojo o molestia de por medio.

Coplan dijo que es importante no tomar como algo personal el que un ser querido te diga que necesita más tiempo a solas, y que más bien pienses que le estás otorgando un regalo psicológicamente valioso, como lo llamó la psicóloga Ester Buchholz, en su libro The Call of Solitude [El llamado de la soledad].

“Al escuchar a los pacientes hablar sobre sus parejas, familiares o amigos, me impresionan sus expresiones de gratitud cuando ellos les conceden 'tiempo libre' para dedicarse a sus propios intereses”, escribió. “Al igual que los presos a los que se les concede la libertad condicional anticipada, sienten que su libertad es una gentileza. Por lo tanto, les cuesta mucho esfuerzo sugerir la posibilidad de pasar un día de relajación a solas".

Si mis sentimientos se ven un poco heridos cuando mi pareja se encierra durante algunas horas, recuerdo la dicha que siento cuando me surge la necesidad de sentarme a solas en una habitación tranquila, con una taza de té, un libro, mis calcetines favoritos y sin la expectativa de que alguien interrumpa ese momento.

“Se trata de algo que al menos hay que tener en consideración porque no es algo que la gente si quiera considere que hay que tomar en cuenta”, dijo Coplan. “Nadie dice que tengas que dar una caminata de dos horas por el bosque todos los días... eso es bueno para algunas personas, pero no todos podemos hacerlo. Entonces, tal vez sea solo cuestión de aprovechar los micro momentos, reconocer que necesitas algo de tiempo a solas y darte permiso para tenerlo".

Coplan también sugirió llevar un diario donde registres tu tiempo con los demás y tu tiempo a solas, para ver si coincide con lo que quieres o necesitas. Lograr el equilibrio adecuado entre el tiempo con otras personas y el tiempo a solas es la forma de evitar las repercusiones tanto de la soledad como de la necesidad de estar a solas.

“En mis entrevistas con adultos jóvenes y adultos de mediana edad, los que tuvieron las experiencias más positivas al estar solos me dijeron que podían relajarse en su tiempo a solas y disfrutarlo porque sabían que podían salir de esa soledad en cualquier momento y encontrar conexión social cuando la desearan”, dijo Thomas. “Podían conectarse con sus amigos y familiares cuando lo necesitaran, e igualmente podían conectarse con ellos mismos en soledad. Tenían lo mejor de ambos mundos".

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