Algunas personas poliamorosas nos cuentan la historia de sus peores rupturas

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Relaciones

Algunas personas poliamorosas nos cuentan la historia de sus peores rupturas

Nos dejan por las mismas razones que a cualquier persona, nada más que hay más gente involucrada.

Llevo mucho tiempo participando en relaciones poliamorosas, y déjame decirte algo que seguramente ya sospechabas: son muy complicadas. Al contrario de lo que la mayoría de la gente cree, no son tan liberales, y navegar por las aguas agitadas de los límites, los celos, la salud sexual y la comunicación (sin mencionar la organización), no siempre es fácil.

Pero al final, si eres swinger, monógamo, consensualmente poliamoroso, o lo que sea, hay un factor en común en todas las relaciones: la ruptura. Cuando este estilo de vida (término general utilizado para las relaciones abiertas) de las parejas se rompe, los oponentes muchas veces le echan toda la culpa a los horrores de la promiscuidad sexual, pero la verdad es que los poliamorosos tienden a romper por las mismas razones que cualquier otra persona, por cualquier cosa, desde peleas e incompatibilidad, hasta simplemente por que se empiezan a alejar. Las rupturas pueden ser feas, amigables, o en otros casos, incluso puede ser razón para organizar una fiesta (lee más sobre eso aquí). Pero al final, el poliamor parece ser un factor que contribuye tanto como la monogamia.

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Pero no me hagas caso a mí; a continuación tenemos algunas historias de personas que han pasado por rupturas de corto y de largo plazo, personas que han sido parte de tríos o hasta cuartetos, personas que han pasado por una relación poliamorosa y no les fue nada bien.

Porque si bien hay un millón de maneras para definir el estar juntos, estar separados parece más o menos lo mismo para todos.


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'El cuarteto'

Mi esposo y yo tenemos una relación abierta desde hace ya siete años, y conocimos a una pareja casada más o menos hace tres años. Mi esposo empezó a salir con la esposa y yo con el marido. Éramos como un cuarteto. Pero conforme su relación se empezó a deshacer, la mía con él también, y su esposa y yo terminamos dejando al pobre tipo con un día de diferencia.

Todos teníamos relaciones completamente separadas; mi esposo y yo teníamos una relación, mi novio y yo teníamos una relación, y mi esposo y su esposa tenían otra. Ella y mi esposo siguen juntos hasta el momento, ya van para los tres años. El esposo y yo estuvimos juntos durante un año y medio. Fue como una especie de modificación. Yo perdí a mi novio y al mismo tiempo ella perdió a su esposo. Entre ellos había mucha hostilidad. Yo no estaba tan enojada.

Ya nos habíamos dado cuenta desde antes de que él era el catalizador para la relación abierta. Y en algún punto se volvió una relación poliamorosa, los "te amo" empezaron a volar recíprocamente, pero mi novio y su esposa nunca discutieron ese punto. Ellos llevaban 16 años juntos, pero eran más nuevos en esto que nosotros, eso no lo sabíamos.

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Fue interesante como pasó todo; definitivamente él empezó a cambiar desde que se empezaron a alejar. Empezó a buscar el cariño y la aceptación de otros para llenar su vacío; quería más de mí, pero como yo estoy casada y tengo dos hijos, no le podía dar la atención que quería. Y al mismo tiempo, se volvió menos consciente de las relaciones que ya tenía y menos considerado con nuestros sentimientos. Cuando rompimos me enteré de que también salía con otras cuatro y nunca me dijo.

No me malentiendan, no le guardo ningún rencor. También nos la pasamos bien. Y no fue tan malo. Los dos éramos adultos. Y fue nuestra decisión ser lo más nobles que pudiéramos entre nosotros. Pero para mí esa fue una experiencia de la que aprendí muchísimo. No te involucres con parejas que no tienen en orden su mierda.

–Anna, 35

'Fue más una relación emocional que física'

Estoy casado, y durante un tiempo estuve saliendo con una pareja de lesbianas. Nos conocimos en FetLife; publicaron que estaban buscando a otra persona, y estuvimos chateando por un tiempo antes de conocernos. Y después de un par de semanas, tuvimos nuestra primera cita. Todo iba muy bien. Logramos conocernos y empezamos a salir. Fue más una relación emocional que física: nos acurrucábamos, hacíamos cosas en el sillón pero no pasaba nada más. Era mi primera vez en una relación poliamorosa, mi esposa ha estado en una por cuatro meses ya, y realmente me abrió los ojos involucrarme en esto. Probar algo nuevo. Entender la dinámica entre la organización, el equilibrio entre mi esposa y mis parejas. Asegurarme de que todas tuvieran la misma cantidad de atención.

Estuvimos saliendo por cuatro o cinco meses. Y cuando empezamos, todo iba sin problemas. Pero con el tiempo, empezamos a tener algunos retos. Mis nuevas parejas querían mucho más tiempo del que les podía dar. Me esforcé mucho en tratar de que las cosas estuvieran equilibradas, pero también tengo esposa e hijos, y ellos de alguna manera tenían que ser mi prioridad. Y también, la relación había sido muy emocional y basada en el apoyo. Yo pensaba que aventurarse en el mundo del poliamor era una gran prueba pero también puede llegar a ser emocionalmente agotador. Y me di cuenta de que en términos de relaciones, yo también iba a querer algo que involucrara el factor físico. Y ellas no estaban interesadas en eso. La relación que tiene mi esposa, por ejemplo, ha ido progresando naturalmente, y los dos están comprometidos tanto física como emocionalmente, y eso es algo que sigo buscando. Y por fin se los comenté. Tratamos de encontrar un punto medio, por ejemplo, tratamos de llegar a segunda base pero para ellas no funcionó. Y tomaron mi interés por el factor físico como si yo hubiera estado presionando o siendo agresivo. Tampoco teníamos mucho en común. Nuestras creencias sociales, nuestras creencias políticas, eran muy diferentes. Entonces llegó el punto en el que tuvimos que dar un paso atrás y decir, "esto no está funcionando".

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Y fue muy emotivo. ¿Terminamos con esto? ¿Es la única opción? Y desgraciadamente así era. En las relaciones, te tienes que asegurar de que todos los involucrado estén sacando algo bueno de eso.

–Sean, 33


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'Empezamos a estar con otras personas por separado'

Las cosas de este estilo de vida no tuvieron tanto que ver con el hecho de que mi relación se terminara, pero definitivamente si contribuyeron.

En primer lugar fue su idea involucrarse en este estilo de vida. Nos conocimos justo después de la universidad. Al principio yo no estaba tan interesada, pero siento que hasta cierto punto él esperaba que yo fuera súper bisexual en secreto, y que fuéramos a hacer un montón de tríos o algo así. Pero ese no era mi caso. O sea, sí hice muchas de esas cosas pero porque sabía que a él le interesaba mucho, pero nunca sentí que estaba consiguiendo lo que quería.

El último año, empezamos a estar con otras personas por separado, que es algo que yo nunca había hecho. Pero después, aproximadamente cuatro meses antes de que rompiéramos, me dijo que quería dejar de hacerlo, y regresar a hacer cosas en grupo solamente. El problema es, que las personas con las que estábamos involucrados eran más tranquilas que yo, y sentía que yo era la que no estaba consiguiendo lo que quería. Entonces poder hacerlo por mi cuenta era lo que me gustaba.

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Como dije, hay muchos otros factores, pero definitivamente una vez que no me sentí feliz con mi relación, empecé a ser menos respetuosa con lo que quería mi pareja. Ya llevábamos doce años juntos, y siempre habíamos tenido una buena comunicación, hablábamos de lo que sí estaba funcionando y lo que no, y durante mucho tiempo, los dos fuimos muy honestos. Pero una vez que las cosas no empezaron a funcionar para mí, dejé de comunicarme, y básicamente deje de ser respetuosa. Aunque en ese momento, tampoco él parecía escucharme.

Durante mucho tiempo, me costó mucho trabajo aceptar que ya no quería estar en la relación. Te acostumbras a que la gente los conozca a los dos juntos. Y nuestros amigos siempre nos decían cosas como: "Ustedes son la pareja perfecta. Se ven muy felices" Y cuando escuchas eso tantas veces, empiezas a preguntarte: ¿En serio hay un problema? ¿Yo soy la que está mal?

Al final lo que pasó fue que él descubrió que yo había estado con otras personas por separado, y que no se lo había dicho. Para ese momento, ya me había dejado de importar, y terminé haciendo cosas por mi cuenta sin que él supiera. Y de hecho él quería que siguiéramos juntos y arregláramos las cosas. Pero para mí fue una llamada de atención. Estaba muy claro que si ya había llegado al punto dónde hacía cosas como esa, entonces para mí ya se había terminado.

La ruptura fue muy amigable. Seguimos en contacto y al final todo estará bien. Pero definitivamente si me siento una mierda por como acabó todo.

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–Andrea, 32


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'Me di cuenta de muchas miradas de celos'

Conocí a mi pareja actual durante una relación poliamorosa de tres, con él y su en ese entonces prometida. Y terminamos juntos incluso después de que ellos rompieron.

Ellos eran la pareja formal cuando yo me aparecí en su vida. Estaba buscando una pareja estable para tener una relación, y al principio hablé mucho con su prometida, le pregunté muchas cosas antes de dejarlos entrar a mi vida.

Al principio tenía el presentimiento de que ella no estaba tan segura de querer estar en una relación poliamorosa; originalmente los conocí en la comunidad swinger varios años atrás, se presentaban como una pareja de swingers suave (o sea, parejas poliamorosas que no tienen sexo con otras personas) pensé que era un cambio drástico en tan poco tiempo. Ella me aseguraba constantemente que se sentía cómoda con la idea, pero conforme pasó el tiempo, me di cuenta de muchas miradas de celos y situaciones incómodas.

Durante los nueve meses que estuvimos todos juntos, yo no podía estar solamente con él, aunque con ella tenía muchísimo tiempo a solas. Mientras estábamos los tres juntos, a ella podía darle amor ilimitado, pero en el momento en el que le daba amor a él, ella se enojaba. Empecé a sentir muy rápido que no era lo que habíamos acordado. Le pedí varias veces que nos sentáramos y reevaluáramos nuestra relación, pero siempre me ponía excusas para que no pasara.

Entonces un día, nos sentamos a platicar y me dijo que había mentido sobre todo; que no quería ser poli y que todo lo estaba haciendo por él, pero que yo no podía decir nada. Me mandó muchísimos mensajes rogándome que no lo dejara. Así que se lo dije, y resultó que ella había estado viendo a un montón de chicos sin mi conocimiento, y había estado bien con el acuerdo hasta que todos la dejaron. De repente, ya no quería ser poliamorosa… al menos hasta que encontrara a alguien nuevo. Al final, toda la mentira era más de lo que podíamos manejar. Una vez que la descubrimos, él y yo decidimos quedarnos juntos incluso después de que se separaran.

Somos mucho más fuertes como pareja, pero hoy en día tendemos a alejarnos de las relaciones polifacéticas. Nos gusta ir a fiestas y a clubs, a cualquier evento social. Nos gusta conocer a nuevos amigos sexys, pero nuestra regla general es que mantenemos nuestra distancia cuando se trata de desarrollar cualquier tipo de relación. Ahora soy muy precavida. Siento que puede haber algunas cosas maravillosas acerca de las relaciones abiertas y poliamorosas, pero al igual que en cualquier relación, tiene que haber honestidad y confianza. Las mentiras y el engaño hacen que sea imposible.

–Hannah, 27

Jesse Donaldson es un autor de Vancouver.