Cómo es volver a coger después de mucho tiempo sin sexo

Hacer que la gente tenga sexo contigo es como el ejercicio: cuando lo haces todo el tiempo parece algo súper fácil y te llena de endorfinas pero si dejas de hacerlo un par de meses, es prácticamente imposible volver a empezar.

Es un hecho, todos hemos sufrido por falta de sexo. ¿Pero qué pasa cuando atraviesas en un periodo involuntario de celibato que dura meses o incluso años? ¿Te ayuda a alcanzar el estado zen de un monje y te obliga a enfocar tu energía finita en actividades más sanas? ¿O solo te convierte en un chaqueto en serie que pasa días dando like en Tinder a todo lo que tiene pulso?

Le pedí a algunas personas que han sobrevivido mucho tiempo sin sexo que me contaran su experiencia y cómo le hicieron para romper esa maldición.

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VICE: Pablo, cuéntame, ¿cuánto fue lo más que duraste sin tener sexo?
Pablo: Como dos años y medio. Acababa de terminar una relación muy larga y sentía que necesitaba estar solo, como un ermitaño.

¿Cómo le hacías para liberar la tensión sexual?
Era muy intensa pero tenía unos cuantos hobbies con los que podía sacar todo mi enojo. Patinaba, más que nada, pero también fumaba un chingo de mota y andaba en bicicleta. También me reencontré con mi mano derecha y, honestamente, estaba muy satisfecho con ella en ese entonces.

¿Tratabas de ligar o no te importaba?
Después de estar mucho tiempo en una relación, no quería saber nada de chocas y era feliz divirtiéndome con mis amigos.

¿Cómo le hiciste para volver a coger?
En ese entonces vivía muy cerca de un parque para patinar junto al río. Había una chica que llevaba unos días yendo a pasear al parque y cuando se me acercó para pedirme un encendedor, pensé A la mierda y le dije que vivía a 15 minutos, que tenía mota y que si quería ir a fumar. Regresamos a mi casa y lo hicimos en cuando entramos.

¿Cómo fue tener sexo después de tanto tiempo?
Todo pasó muy rápido pero estuvo muy chido. Al día siguiente me sentía eufórico, como su hubiera perdido la virginidad otra vez.

VICE: OK, ¿cuánto tiempo duraste sin coger y por qué fue?
Beth: Me acababa de mudar de Londres a una nueva ciudad y poco después dormí con un chico que acababa de conocer pero decidí que no quería tener una relación. Cuando me di cuenta de que en realidad me gustaba mucho —su nariz, sus gustos musicales y sus dientes—, él ya había cambiado de opinión y nos alejamos. Después de eso, estuve siete meses sin nada de nada.

¿Estabas triste y por eso te escondías o simplemente tenías mala suerte?
La ciudad a la que me mudé estaba llena de parejas felices con tenis que preparaban tabule juntos. No conocía a ningún soltero y como era un lugar pequeño, no existía mucho la cultura de salir, conocer a alguien y llevarlo a casa. Era eso o nadie estaba interesado en mí y solo trataba de poner excusas. Me gustaban algunas personas pero el sentimiento nunca fue recíproco. Además, en esa ciudad, todos los chicos que usaban Tinder tenían fotos de ellos montando un avestruz y no me prendía ni tantito.

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¿Cómo le hacías para liberar la tensión sexual?
No era tan fácil porque mi roomie, que también era mi mejor amiga, siempre se burlaba de mí por eso. No coger te vuelve un alcohólico melancólico. Uno de los efectos secundarios más extraños es que no necesariamente te das cuenta que gran parte de la plática de chicas se enfoca en preguntas sobre tu vida romántica y cuando no tienes nada que contar en el baño de mujeres en el antro, te sientes mal, como si ya no fueras capaz de entenderte con otra mujer.

¿No intentaste distraerte con hobbies o actividades nuevas?
Mi hobby era ver chicos montando avestruces en Tinder.

¿Crees que es un círculo vicioso que, mientras más tiempo dura, más trabajo cuesta romper?
Creo que tenía el mismo problema que experimenta mucha gente a mi edad. A los veintitantos, el ritmo en el que conoces gente se estanca.

¿Cómo rompiste la maldición?
Regresé a Londres y fui a una fiesta donde había un hombre nada atractivo que me ofreció coca y, aunque me daba mucho asco, fui a su casa y terminé cogiendo con él porque estaba muy borracha. Sin querer, cogí con otros dos chicos una semana después y con otro la semana siguiente.

¿Cómo fue volver a tener sexo? ¿Recuperaste tu confianza?
La primera vez, con el feo, fue más para subir mi autoestima, algo que resulta contraproducente cuando la persona te da asco. De cierta forma, se siente como perder la virginidad porque lo haces por hacerlo y ya. Además, después de siete meses pierdes toda la flexibilidad de las piernas y estar arriba se siente como si estuvieras practicando acroyoga.

VICE: Cuéntame sobre tu periodo de sequía sexual.
Beto: Llevaba un tiempo comiéndome a la hermana de un amigo. Normalmente soy muy tímido con las chicas y tardé meses en agarrar valor y hacer algo pero con el tiempo lo hice y después dormíamos juntos cada que nos veíamos pero ella vivía al otro lado de la ciudad. Cuando vio que empezábamos a actuar como una pareja y a encariñarnos, terminó la relación. Sé que hizo lo correcto pero yo no lo tomé muy bien y poco después empezó la sequía. En los próximos dos años y medio, cogí con una sola persona, una sola vez.

¿Por qué fue tan difícil?
La mayor parte de la universidad me la pasé fumando mota en mi cuarto y escuchando música. No salía mucho y, si llegaba a salir, iba a un bar a ponerme hasta el pito. No era eso lo que buscaba y mi estado no era el más propicio para que una chica me invitara a su casa. Además, me bañaba una vez a la semana. Era un asco, la verdad.

¿Cómo le hacías para liberar esa tensión sexual?
Me masturbaba mucho. También empecé a ir al gimnasio per siempre iba después de fumar y me la pasaba de huevón viendo lo que hacían los demás en vez de ponerme a hacer ejercicio.

Suena a que el celibato estaba asociado a otros aspectos de tu vida…
Sí, después de mucho tiempo me afectó en la cabeza y tuve una crisis sicológica después de graduarme. Pensaba mucho en mi sexualidad; empezaba a creer que la razón por la que no conseguía chicas era que no me gustaban y yo no les gustaba porque, de alguna forma, sabían cual era mi verdadera orientación sexual pero yo no lograba descifrarla. Mi mente era un caos.

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¿Cuándo volviste a tener sexo?
Regresé a casa de mis padres y cogí con una chica con la que salía cuando era adolescente.

¿Cómo estuvo?
Me sentía incómodo y estaba preocupado. Recuerdo que le pregunté si quería hacerlo con una voz entrecortada por el miedo al rechazo pero también por el miedo de tener que hacerlo. Si no lo disfrutaba, significaba que mi sexualidad había cambiado o algo así. Físicamente se sintió bien pero le faltó sentimiento. La chica vino a mi casa, vimos una película, cogimos y después se fue porque tenía una cita.

¿Cómo te sientes con tu sexualidad ahora?
Después de ese encuentro, las dudas respecto a mi sexualidad regresaron más fuertes que nunca. Tardé un rato en aceptar que no sé cuál es mi "verdadera" orientación sexual. Ahora trato de no pensar mucho en eso.

VICE: ¿Por qué empezó tu periodo de sequía?
Karla: Tuve algo con un hombre mayor pero después me rechazó y mi autoestima quedó por los suelos. El rechazo me afectó mucho y como estaba muy presionada por mi último año de universidad, dejé de salir por casi un año.

¿Decidiste que no querías tener sexo o simplemente tenías mala suerte?
Regresé a vivir con mis papás después de la universidad. Ese ambiente no es el más propicio para el sexo casual. Me gusta el sexo casual pero nunca tuve la oportunidad. Quizá fue porque estaba muy cerrada, de forma consciente y subconsciente. Necesitaba intimidad pero, mientras más tiempo pasaba, más difícil era.

¿Te sentías frustrada sexualmente?
Obvio, ¿quién no? Lo peor era que estaba muy enojada por el hecho de que era joven, soltera, guapa y aun así no lograba tener sexo. Por eso me volví todavía más cerrada y amargada.

¿Es más difícil romper ese círculo vicioso cuando eres mujer?
Salía mucho con la esperanza de conocer gente nueva pero, en mi experiencia, muchos hombres no están acostumbrados a que una chica de el primer paso y normalmente no tienen idea de cómo reaccionar cuando pasa. En vez de alegrarse y seguir el juego, creían que estaba desesperada o enamorada, cuando en realidad solo quería tener sexo.

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¿Cómo rompiste ese círculo vicioso?
Estaba de vacaciones y como no me preocupaba eso de "quien conoce a quien" o las consecuencias de mis actos, tenía menos inhibiciones. Fui a un bar sola y me ligué al primer chico francés que vi. Empezamos a coquetear pero no nos entendíamos muy bien por la barrera del lenguaje, lo cual terminó siendo una ventaja porque así nadie arruinó el momento y no podíamos hacer otra cosa más que tener sexo.

¿Qué tal estuvo?
El sexo fue increíble. Él era muy bueno y yo le gustaba mucho, algo que me hico sentir muy bien durante y después.

¿Recuperaste tu confianza después de eso?
Me sentí mucho mejor conmigo misma. Confirmé que el problema no era mi ineptitud y que sí había gente que se sentía atraída hacia mí. Fue un gran alivio saber que no iba a ser célibe por el resto de mi vida. En serio, hubo un momento en el que llegué a creer eso.

VICE: ¿Cuánto es lo más que has durado sin coger?
Memo: Hace mucho, vivía con una chica que me gustaba mucho pero en esa época me drogaba prácticamente todos los días. Ella era muy especial para mí pero sabía que tenía que alejarme y me mudé a otra ciudad para desintoxicarme. La ciudad a la que me mudé no tenía mucha vida nocturna. Empecé a practicar box y me clavé tanto que empecé a entrenar dos veces al día, cinco días a la semana. Sin darme cuenta, estuve casi un año y medio sin coger.

¿Fue porque no querías o porque no podías?
Estaba tan concentrado en el entrenamiento que el tiempo se me fue volando. Pero estaba muy triste y creo que por eso decidí poner toda mi energía en el box. Además, era una gran forma de liberar tensión.

¿Alguna vez trataste de ligar y fallaste?
Todo el tiempo pero creo que era porque en esa época era un güey súper aburrido; pensaba en el box las 24 horas del día, los siete días de la semana. Mi cuerpo estaba en muy buena forma por el ejercicio pero mi personalidad era tan insulsa que las chicas se alejaban. Creo que pueden oler la desesperación. Aunque, la verdad, no me importaba mucho. Las chicas de ahí no eran tan chidas, les faltaba algo.

¿Cuándo volviste a tener sexo?
Fue con la mejor amiga de la chica que amaba. Era su cumpleaños y entré a su recámara para ver si estaba bien y me saltó encima. Ella era muy guapa y tenía un trasero enorme. Fue muy rápido, creo, los dos estábamos muy borrachos.

¿Eso ayudó a recuperar tu confianza?
Definitivamente. Me volví a sentir atractivo y normal. El box es muy varonil pero no hay nada más varonil que cogerte a una chica hermosa.