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El problema con las películas de DC son sus héroes

DC tiene muchos defectos en sus películas, pero su viejo concepto del “superhéroe” podría ser el peor.
Fuente de las imágenes: Wikipedia Commons 

Vamos directo a los hechos. Justice League ganó menos en su semana de estreno que las primeras dos películas de los Avengers y Batman V Superman: Dawn of Justice. Es obvio que el Universo Extendido de DC está teniendo problemas en este momento. Y su problema no son los grandes nombres, la escenografía ambiciosa o el presupuesto de efectos especiales; DC lo sabe.

Es fácil culpar a los directores y guiones desordenados por la serie de películas malas de DC —sólo Wonder Woman ha recibido cierto aprecio por parte de las críticas desde que la trilogía del Caballero de la Noche de Christopher Nolan terminó—, pero no olvidemos que DC es una compañía claramente estancada entre dos eras de heroísmo. La era vieja, anticuada y dorada de los cómics y la mierda actual del Universo Extendido, cuyas películas necesitan un retoque moderno si tienen alguna esperanza de agradar a personas como yo.

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Por ejemplo, mira la mejor y peor secuencia de Batman V Superman —una película tan culera que la veo otra vez sólo para encontrar más mierdas para quejarme—. Batman está a punto de empalar a Superman, cuando este último murmura: “Salva a… Martha”. Bats responde, "¿Por qué dices ese nombre?" Todavía se sorprende.

Y Lois, en su personaje como damisela, aparece y grita "¡Es el nombre de su madre!" Horas valiosas de planeación asesina y peleas para ver quién es más moral son destruidas por la cursilería de mencionar un nombre (sus madres se llaman igual). El preámbulo de este momento, por supuesto, es que Superman había destruido la ciudad en Man of Steel de 2013. Batman está muy enojado, de manera que pasa por mucha mierda antes de llegar a este estúpido momento.


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Sí, fue mala; fue ridículamente cursi en su ejecución, pero también fue genial. Además de los detalles tradicionales exagerados (destrucción de edificios), cada personaje mostró defectos humanos en esta escena. Darte cuenta de que Batman es un loco paranoico trastornado. Y Superman, cuyos altos estándares morales inhumanos lo metieron en problemas muy humanos.

Existe una razón de por qué momentos de imperfección como éste parecen tan atractivos. Provenimos de Arya Starks, Walter Whites y Omar Littles, que pueden asesinar, pero lo hacen por razones que resultan identificables de algún modo. Sí, en algunos casos son claros villanos, pero en sus defectos podemos ver que son terrenales; ese algo especial que Marvel parece "tener" desde los 60 y 70.

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Stan Lee y el coautor Jack Kirby se enfrascaron en una misión para renovar antiguas convenciones de cómics en 1961, liderada por DC. Su era fue la Guerra Fría y el movimiento por los derechos civiles. De manera que el superhéroe peinadito y con cuerpo escultórico fue reemplazado por inadaptados como Deadpool y Wolverine. Fueron los héroes heridos y lastimados que parecían más cercanos a mí, un fan más.


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En comparación, no podría decir lo mismo sobre el universo de DC, y por extensión el universo cinematográfico, cuyos héroes provienen de la era de los 30 y 40. Wonder Woman y Superman siempre fueron pensados para ser ídolos optimistas de la Gran Depresión para la generación de la Segunda Guerra Mundial. Por naturaleza, sus aventuras hablan de los defectos de la ley, el orden o los valores tradicionales del ideal americano. Y eso significa que los personajes como ellos —buenos, inmaculados, con ojos azules y peinados a la perfección— no se parecen a nadie que conozcamos hoy en día.

Cuando Zack Snyder aceptó dirigir Man of Steel, trató de ocultar este problema del Superman brillante. Existía su relación con la humanidad y su preocupación por Lois. Pero al colocar a Superman en conflicto con seres tan poderosos como él —la esperanza de la Tierra—, Synder logró hacer lo contrario. En lugar de un héroe imperfecto, decidió apostar por la misma escenita del salvador perfecto: el mismo símbolo aspiracional para todos, con las manos en la cintura.

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Y todo para decir que Snyder no necesitaba hacer esto bajo alguna ley inquebrantable de personajes. En definitiva DC ya antes ha hecho cambios de personalidad si es que el momento así lo requiere. O sea, todos saben que el héroe con más defectos, por ejemplo, sigue siendo el más exitoso de la empresa en los últimos 30 años —tanto en las películas de Tim Burton (Batman y Batman Returns), como en la versión de Christopher Nolan—. Ambos directores prefirieron un personaje melancólico obsesionado con la muerte de su familia. Fue un héroe que sufrió una importante modernización en los 80 —gracias a los libros de Frank Miller— que respondía más a un héroe muy dañado y un tanto desagradable.

Seguro, los escritores del cómic a través de los años se han tomado licencias para presentar personajes más realistas (véase Gotham Central). Yo mismo los he leído. Pero la dicotomía central del universo "cinematográfico" de DC sigue en esa fase cristalina, evitando deliberadamente que sus iconos se manchen. Esto no se aprecia con los héroes de Marvel como el ojete presumido de Tony Stark, el egoísta Thor o el adolescente simpático que es Spider-man.


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Los guiones sólidos y los directores que escogen han ayudado a Marvel como a ninguna otra compañía, pero la razón de fondo de por qué Marvel lo ha hecho tan bien es lo que he venido explicando. Sus personajes son familiares. Tienen ese algo que les permite ser el centro de sus propios universos sin grandes conflictos externos, siempre teniendo que ir hacia delante (que para ser honestos, sucede demasiado). Es la razón de porque una Guerra Civil entre los héroes de Marvel puede ser algo creíble; diez años de ideologías, egos y defectos son escalones que se acercan a mis relaciones fallidas y malas decisiones. Y cuando ocurran muertes inevitables en Avengers: Infinity War, las sentiremos porque nos importan.

Si DC quiere agradar a una audiencia más amplia y más allá de sus páginas de cómic (y ganar 200 millones de dólares por película, por ejemplo), tiene que aceptar la renovación de ideas sobre el valor y el heroísmo. Ya no estamos en los 40. No necesitamos que nos demuestren cómo es el héroe perfecto. Necesitamos conflictos humanos. Necesitamos un Superman que enfrente las realidades del poder ilimitado y la corrupción que lo acompaña (mira la serie Injustice). Cuando es puesto a prueba, ¿es tan apto como parece? Los personajes de DC, si deciden ser tan poderosos, necesitan lidiar con sus fallos. Ese momento cuando llegan demasiado tarde para salvar el día. ¿Qué tipo de depresión ocurre cuando enfrentas esa realidad? Deben prestar atención a sus conflictos internos, una película a su vez, en lugar de una demostración masiva de sus poderes.

Así como Marvel pudo hacerlo, necesitamos que nos muestren cómo los héroes pueden ser grandes a pesar de ser humanos. Necesitamos ver cómo los héroes pueden ser capaces de hacer el bien y el mal, mientras son inseguros como cualquier persona; a cambio, reconocen el heroísmo que existe en todos nosotros. Que les den esos defectos, un bagaje sin filtros y defectuoso que les permita resolver sus problemas. Ese es el tipo de mierda que siempre querré consumir y creo que el público también.

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