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Las olominas no son los únicos animales acuáticos con rituales sexuales espeluznantes

La olomina macho usa sus garras genitales para evitar que la hembra huya. Esto destruye de algún modo la imagen noble, pequeña y elegante de la olomina.

Macho de olomina (imagen: Wikimedia Commons).

En el reino animal las suerte está echada cuando de comportamiento sexual se trata. Es un mundo jodido y perverso pero no necesariamente retorcido. Las hembras de las mantis religiosas copulan, y luego decapitan a sus parejas. Las chinches macho empalan a sus compañeras, mientras que el pene de la abeja macho explota dentro de la abeja reina. Está todo listo para una película de David Cronenberg. Ahora nos damos cuenta que la olomina macho usa sus garras genitales para evitar que la hembra huya. Esto destruye de algún modo la imagen noble, pequeña y elegante de la olomina.

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De acuerdo con los biólogos evolucionarios de la Universidad de Toronto, la olomina macho desarrolla garras en su gonopodio (sus aletas anales) para contrarrestar a las hembras sexualmente selectivas. El macho se va por cantidad, no calidad; así que quiere retener a la olomina hembra lo suficiente para sembrar su semilla.

"Nuestros resultados muestran que las garras se usan para incrementar la transferencia de esperma a las hembras que se resisten al apareamiento", dijo Lucia Kwan, candidata a doctorado por el Departamento de Ecología y Biología Evolucionaria de la Universidad de Toronto, en un comunicado de prensa. "Esto sugiere que ha evolucionado para beneficiar al macho a costa de las hembras, especialmente cuando sus intereses de apareamiento difieren".

Kwan, junto con estudiantes graduados de Yun Yun Cheng y dos miembros de la facultad, Helen Rodd y Locke Rowe, probaron dos ideas: el papel que juegan las garras genitales al posicionar el esperma en la punta del gonopodio, y si las garras ayudan a sujetar a las hembras que se resisten para asegurar el depósito del esperma. Los investigadores usaron un acercamiento de ingeniería fenotípica. Para ponerlo en términos mundanos, ellos controlaban el intercambio de esperma. Para hacer esto removían quirúrgicamente las garras, luego comparaban la cantidad de esperma transferido a las hembras con aquéllas a cuyos machos no le quitaron las garras. Ambos grupos fueron expuestos a hembras receptivas y no receptivas.

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"Los machos con garras transfirieron hasta tres veces más esperma a las hembras no receptivas comparado con los que no tenían garras", dijo Kwan. "La garra ha evolucionado en beneficio de los machos a costa de las hembras, e implica un conflicto sexual entre los sexos en la diversificación de genitales en esta familia de peces. Esto provee un soporte a esta importante fuerza selectiva, un patrón evolutivo que los biólogos han intentado resolver por más de un siglo".

Aunque es interesante, el cosa es que las garras genitales de la olomina no son los miembros sexuales más trastornados del ritual sexual acuático. Por ejemplo, ¿sabías que todos los gatos tienen penes punzocortantes? Pero como hablamos de las olominas, nos quedaremos en el agua. Aquí hay algunos otros extrañas y violentas prácticas sexuales de la vida acuática que te dejarán tieso. Gracias al cielo los humanos no pueden hacer estas mierdas.

Pez abisal

De todos los rituales de apareamiento del mundo acuático, la unión sexual del pez abisal es probablemente la más trastornada y asquerosa. Si los humanos pudrieran aguantar este tipo de reproducción, sería material para pesadillas.

Cuando un pez abisal macho, que es mucho más pequeño que las hembras, encuentra a su pareja, muerde su piel y libera enzimas que disuelven la piel de su boca así como la piel de la hembra. Este acto funde las venas sanguíneas. Ahora, en una situación de parasito-huésped, el macho le da a la hembra su esperma, mientras la hembra alimenta al macho. Esto es para beneficio de él, ya que no puede sobrevivir mucho separado de una hembra. Imagina humanos logrando una simbiosis sexual-existencial. Es horripilante.

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Platelminto

Los platelmintos son hermafroditas. Cuando dos miembros de la especie de platelminto conocida como Pseudobiceros hancockanus (no lo estoy inventando) se encuentran, hacen una danza particular: chocan sus penes como piratas, luego intentan apuñalarse con ellos. El ganador se vuelve el macho y el perdedor la hembra. Pero, en serio, todos parecen ganar en este acuerdo.

Calamar Dana

El Taningia danae, o calamar pulpo Dana, es único ya que el macho usa su pico y sus garras para abrir a su contraparte femenina. De acuerdo con National Geographic, el macho luego inserta un apéndice parecido a un pene en las cortadas de seis centímetros de profundidad y deposita sus bultos de esperma, o espermatoforos.

Evolutivamente hablando es bastante raro que esta especie no sólo haya desarrollado un receptáculo para esperma, sino que resulta descabellado que abrir y eyacular en las cortadas sea el medio más eficaz de reproducción. Aún así, es ultra violento.

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