Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.Un presunto secuestrador en Carolina del Norte se encontró cara a cara con los puños de la justicia el jueves por la noche después de que persiguió a una mujer por la calle, y entró directamente a un estudio de karate, informa CNN.Según la policía, August Williams, de 47 años, trató de arrastrar a su víctima a un automóvil alrededor de las 9 PM, pero la víctima pudo liberarse y se encontró con el Bushiken Karate Charlotte Dojo, en donde acababan de terminar una clase de karate para niños."Todavía había algunos niños en el estudio que fueron recogidos por los padres y un par de estudiantes que estaban limpiando cuando una señorita entró por nuestras puertas y dijo que alguien estaba tratando de hacerle daño", le dijo a CNN el instructor del estudio, Randall Ephraim.En lugar de huir o, ya sabes, de no intentar secuestrar a nadie en primer lugar, el imbécil irrumpió en el estudio de karate y se dirigió a Ephraim, dijo. Williams supuestamente le dijo a Ephraim que quería ver a la mujer, y cuando Ephraim se negó, el hombre aparentemente comenzó a ponerse violento."Luego trató de meterse más al estudio, empujando y balanceando agresivamente", le dijo Ephraim a CNN. "Luego entré en acción defendiéndome y lo saqué del estudio. Una vez afuera, intentó atacar de nuevo y fue tratado en consecuencia".
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No está claro qué es lo que Ephraim quiere decir exactamente con "tratado en consecuencia", pero aparentemente se trata de una rápida y fuerte patada en el culo. Según los informes, el sospechoso de secuestro siguió intentando defenderse sin éxito, pero el tipo no era rival para Ephraim, y la policía tuvo que llevarlo al hospital en camilla una vez que llegaron a la escena. Más tarde, los policías le dijeron a la afiliada local de ABC, WSOCTV, que Williams estaba consumiendo drogas en ese momento y tiene antecedentes de arrestos relacionados con drogas y abuso.A pesar de que la policía no ha anunciado nada oficialmente, Williams presumiblemente ahora enfrentará cargos por el intento de secuestro, en caso de que se recupere de su golpe supremo proporcionado por un cinturón negro.