Artículo publicado por VICE México.Estás por iniciar un viaje. Un recorrido en el tiempo que busca llevarte de la mano para explorar el mundo que gira alrededor de cuatro letras: C-H-N-O. Como en todo viaje haremos paradas obligatorias a través de un camino accidentado que nos mostrará algunas respuestas para comprender mejor el destino, pero lo importante de esta expedición no es el trayecto ni el lugar al que vamos, sino lo que platiques cuando regreses a casa. Con esa advertencia iniciamos: bienvenido a la ruta de la benzodeacepina.
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Avanzamos sobre una carretera en medio de la nada, pero no te preocupes, ponte cómodo, nuestra intención es hacerte amigable el paseo. Puedes sacar las fotos que quieras e interrumpir al guía las veces que consideres necesarias. Se trata de encontrar respuestas pero también de pasarla bien. Después de unos minutos alcanzamos a ver, a lo lejos, una especie de estación de servicio. Es hora de detenernos.
I N I C I O S
E L R E Y
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Sin embargo, su tremendo éxito no se basó sólo en su poder para calmar los nervios de sus consumidores, también para tratar trastornos psicosomáticos —enfermedades causadas por la mente— y dolores musculares.Pero a pesar de que el medicamento era recetado por médicos, comenzó el abuso de la sustancia por aquellos que sin presentar síntomas de ansiedad la consumían para relajarse.En la década de los 70, el Valium era el amo y señor en el mundo de las drogas prescritas. Ocupó portadas de revistas que hablaban de sus beneficios y marcó una tendencia en el mundo cultural. Incluso en una escena de la película Starting Over estrenada en 1979, uno de los protagonistas sufre un ataque de pánico en una tienda, de inmediato varias mujeres clientes del lugar abren sus bolsos y le ofrecen las píldoras. Y hasta Elizabeth Taylor, una de las actrices más reconocidas en la historia de Hollywood, declaró en esos años que era adicta al Valium mezclado con Jack Daniel’s.El mundo de la música no permaneció ajeno a los encantos de la sustancia y hasta los Rolling Stones compusieron la canción ‘Mother's Little Helper’, en la que hablaban sobre cómo el diazepam era consumido frecuentemente por las madres y amas de casa estadounidenses. Incluso, Betty Ford —esposa de Gerald Ford, expresidente de Estados Unidos— aceptó consumir Valium cotidianamente.Son varias las referencias del Valium en la cultura popular y siguen apareciendo hasta nuestros días. Una de las más conocidas se muestra en The Departed un film de Martin Scorsese, cuando el personaje que interpreta Leonardo DiCaprio le dice a su psiquiatra que sólo acude a sus citas para que le receten Valium y se enoja cuando ella le ofrece únicamente dos pastillas: “¿Sólo dos píldoras? Porque no mejor me das una botella de escocés y una pistola para volarme la cabeza”.
C U L T U R A P O P
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L A E S C E N A
S U I C I D I O S
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En éste se encontró que la asociación entre el uso de benzos y el intento de suicidio es especialmente alta para los consumidores no depresivos, para los jóvenes y para los hombres. “Ya sea que esta relación sea causal o no, los médicos deben ser conscientes del alto potencial de intentos de suicidio cuando prescriben benzodiazepinas para pacientes en estos grupos de alto riesgo”, fue la recomendación final del informe.En febrero de este año un artículo del New England Journal of Medicine le puso números y perspectiva al abuso de las benzos: las muertes por sobredosis de esta sustancia en Estados Unidos se han multiplicado casi por ocho entre 1999 y 2015, pasando de 1,135 a 8,791.Pero aunque los números parecen relativamente menores a las muertes relacionadas con el abuso de opiáceos —64 mil muertes en 2016—, cada vez se incrementa más el número de fallecidos por benzodeacepinas, lo que lleva a los investigadores Anna Lembke, Jennifer Papac y Keith Humpfreys, autores del artículo, a concluir que la crisis de los opioides —que obligó a Donald Trump a declarar una emergencia sanitaria el año pasado— puede transitar hacia las benzos.Y es que a pesar de esta tendencia, los efectos adversos del uso excesivo, mal uso y adicción de esta droga legal continúan pasando desapercibidos. “Tres cuartas partes de las muertes que involucran a las benzodiazepinas también involucran un opioide, lo que puede explicar por qué, en el contexto de un problema de opiáceos ampliamente reconocido, los daños asociados con las benzodiazepinas se han pasado por alto”, concluyen.
D Í G I T O S
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