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20x20: Milton Läufer

Los 20 autores de nuestro Especial de Ficción 2016 responden a 20 preguntas sobre el oficio de escribir.

Como apéndice de nuestro Especial de Ficción 2016 dedicado a la literatura de América Latina, los 20 autores antologados han sido invitados a contestar un cuestionario de 20 preguntas sobre los usos y costumbres, rituales y obsesiones que suelen acompañarlos en el oficio de escribir.

Foto por Heather Cleary.

Milton Läufer (Buenos Aires, Argentina, 1979). Autor de la novela Lagunas (2015) y escritor residente 2016-2017 en Trope Tank de MIT. Su trabajo en el campo de la literatura digital está disponible aquí.

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En nuestro Especial de Ficción 2016 participó con la pieza "Si es argentino y todavía (inicié un paisaje interior)", que pueden leer AQUÍ. Si quieres leer la revista completa en PDF, haz click AQUÍ.

VICE: ¿Para qué carajos "sirve" la literatura?
Milton Läufer: La utilidad se define en función a un objetivo: entonces se vuelve claro para qué le sirve a las grandes editoriales o a los agentes. En los otros casos es un poco más complejo, porque dependerá de los fines de cada cual.

¿Cuál es la mentira que más repite?
Que nunca miento.

¿Recurre a la literatura para responderse preguntas existenciales? ¿Qué libro le ha sido más efectivo en este apartado?
Supongo que cuando era adolescente lo hacía y en este sentido siempre está aquel escritor que no puede ser releído luego de ese período de la vida: Herman Hesse.

¿El taller enseña a escribir?
Yo creo que sin dudas un taller puede enseñar a escribir. Creer otra cosa es pensar que la escritura involucra alguna clase de ejercicio metafísico. Y ahí es donde tener amigos escritores con quien compartir los textos es fundamental: no sólo por lo que puedan decir sino porque, justamente, bajan la literatura a lo terrenal.


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¿Qué reliquia literaria le gustaría poseer? ¿Cuál va a legar usted?
En ambos casos no se me ocurre ninguna respuesta. ¿Quizás porque no me termina de resultar aceptable la noción de "reliquia"?

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¿Pensamiento mágico o rigor científico?
Rigor científico, que es más mágico que cualquier mitología. Crear es un azar controlado, como la selección natural.

Para la escritura, ¿ruido o silencio?
Si la disyunción es excluyente, entonces ruido. Cualquier música en repeat: me sostiene la cabeza en un mismo estado mental, como un mantra.

¿Con qué estimulante atiza a la musa cuando anda lenta?
Alcohol, trilladamente.

¿Ha usado la trama de alguno de sus libros para ajustar cuentas con algún enemigo?
Enrique Pichon-Rivière, al unir el psicoanálisis con el conductismo, indicó que afirmar o negar siempre es respecto de alguien que hemos incorporado a nuestro repertorio de discos repitiéndose en la cabeza. Así que incluso sin haberme dado cuenta, seguro que a alguien le habré tirado un piedrazo.

¿Cree en el talento, en el esfuerzo o en ninguno?
En ambos. Mejor: en los tres.

¿Qué artículos descansan sobre su mesita de noche?
Hace meses que duermo en un sillón, así que no tengo mesita de noche. Pero en el piso está mi vape, el celular y la computadora. Nada de libros en papel.


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¿Por qué cuesta tanto trabajo escribir bien sobre sexo?
Nunca lo intenté realmente, pero sospecho que a causa del mismo motivo por el cual la escritura es torpe a la hora de describir una música o un sabor. Lo sensorial siempre resulta complicado a la hora de ponerlo en palabras y el sexo tiene un importante componente sensorial. Igual sí recuerdo algunos libros con mucho sexo que no me parecían malos en mi niñez, como Las edades de Lulú, que leía en la biblioteca de mi escuela y me volvía loco. No releí desde entonces. Los cuadernos de Don Rigoberto estaría en el otro extremo.

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¿Con que género artístico distinto a la escritura dialoga su obra?
La música, sin dudas: estudié música muchos años y algo del modo de estructurar me viene de ahí. Además, tengo una obra digital que codifica texto a música "Códigos". Ahora, es un hecho sabido que hoy en día toda la narrativa dialoga con el cine. Es casi imposible escapar de eso.

¿Cuándo fue la última vez que pensó que iba a morir? ¿Bajo qué circunstancias?
Hace unos meses un hombre en Harlem, que se había enojado porque no quise darle dinero, se acercó gritando y haciendo el movimiento de desenfundar un arma. Recuerdo que pensé, alarmantemente tranquilo, "bueno, era hoy".

¿Qué libro le parece más sobrevaluado? ¿Y el más infravalorado?
Por motivos tanto personales como profesionales, Rayuela me parece de los más sobrevaluados: es aburrido y su "chiste" técnico me parece menor; huelga decir que siempre que hablo de mi novela Lagunas es la primera obra con la cual la comparan.

Y creo que existe una posición, muy desde la ortodoxia de los departamentos de Literatura, de desdeñar a Houellebecq, que sigue pareciéndome un escritor increíble.

¿Qué autor o autora le gustaría le gustaría mantener en secreto por siempre?
¿Si lo dijera no rompería ese deseo?

¿Roba libros? ¿Cuál fue el último?
Cuando era chico lo hacía, pero después dejé, quizás porque cuando uno se muda trece veces en diez años los libros se vuelven una maldición. El último, menos por el libro que diversión, fue en la Feria del Libro de Buenos Aires: La Lógica del Sentido.

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¿Qué opina de los apoyos del estado a los autores? Disfrácese de gestor por un inciso: ¿qué arreglos le haría a los sistemas de subvención?
En Argentina son muy escasos los apoyos del estado a la escritura (apenas se me ocurre el Fondo Nacional de las Artes, que da sólo dos por año si no me equivoco, y muy poco dinero), así que difícilmente podría pensar cómo arreglar algo que apenas conozco.

¿Si se le daña el disco duro irremediablemente, lo consideraría una tragedia o un alivio?
Hace años que guardo todo en carpetas virtuales, en "la nube" como suele decirse. Así que es muy improbable que eso pase. Cómo sea, lo que más me gusta de escribir son dos cosas: el acto mismo y los proyectos a futuro. Ninguno de los dos está en un disco rígido.

¿Por qué son tan fallidas las campañas del estado para promocionar la lectura? Invéntese un eslogan.
Porque la lectura exige un nivel de atención que hoy en día es casi inexistente y por supuesto que pierde frente a la facilidad de la televisión, el cine, Internet. Con lo cual no quiero decir que la literatura haya muerto o esté en vías de hacerlo, sólo que su lugar ha cambiado. Digamos que la literatura está en un lugar parecido al que estuvieron los discos de vinilo por un tiempo (antes de su actual resurgimiento): el vinilo era para un gusto particular, un culto que sólo unos pocos mantenían.

Por supuesto que la pregunta es un poco tramposa: en realidad, se lee muchísimo: en ese sentido no hay tanta falla. No me refiero sólo al retorno de la lectura que significó Internet, sino a libros en papel. Probablemente nunca se leyó tanto en la historia de la humanidad: sucede que lo leído no corresponde lo que tiene alta reputación en ciertos círculos de cancerberos del gusto artístico. Nunca fui bueno con los eslóganes. ¿Qué le parece: "Lea libros: la única forma de perder el tiempo que no da culpa"?