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Alex entra en la sala a las 20:30 en punto, hora en que comienza la fiesta. Tomada de su brazo hay una rubia impresionante luciendo una minifalda negra que deja entrever el encaje de sus medias. Él también es tremendamente atractivo, vestido con pantalón de traje, camisa blanca y tirantes y pajarita negros. Llevan juntos quince años, diez de casados. Ella prefiere guardar el anonimato por miedo a que la reconozcan, pero asiente con aprobación a todo lo que dice su marido. "Para nosotros el sexo no es en absoluto lo más importante de esta fiesta. La gracia está en poder flirtear con alguien sin necesidad de engañarnos. Obviamente, cabe la posibilidad de que uno de nosotros acabe en una habitación privada, pero todo tiene que coincidir. Se gira y pasa el brazo alrededor de los hombros de la mujer de Max, Jane. Ella le toma la mano, se inclina hacia él y estira el cuello. Ha estado hablando todo el tiempo con la esposa de Alex como si fuera lo más natural del mundo.
El resto de las parejas van llegando. La mayoría de los hombres van trajeados, y ellas lucen principalmente lencería o vestidos cortos y con transparencias y zapatos de tacón. Muchos se saludan con abrazos y besos. No existe un límite de edad oficial, aunque nadie de los presentes supera la cincuentena. Los taxis llegan al hotel a buen ritmo. En determinado momento entra en la sala un hombre calvo de unos sesenta años acompañado de una chica asiática bastante más joven que él. "Hola. ¿Hay habitaciones libres en el hotel?", le pregunta el hombre a Richie, el portero. "No, lo siento, esta noche celebramos un evento privado". Nadie que no haya sido admitido previamente puede entrar a la fiesta, aunque en cualquier caso, ninguno de los dos habría superado la prueba de la foto. "Bueno", replica el hombre, bajando la mirada y alejándose con su acompañante.Quizá es mejor que ciertas fantasías sigan siendo fantasías
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Mientras, en la sala con la barra de bar, un DJ mezcla sonidos de electrobeat con temas comerciales. Los aromas se mezclan en el aire, los culos se agitan al ritmo de la música y los labios se encuentran. Ya no es posible saber quién llegó a la fiesta con quién, pero todos saben con quién se marcharán. La puesta en valor del matrimonio era la constante en todas las entrevistas. El elemento que por lo visto mantiene unidas a muchas de las parejas aquí es el amor sincero y profundo, el compromiso, una visión compartida que parece trascender los celos y dar pie a una forma más relajada de relación clásica.
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En un momento dado, ambos llegaron a la conclusión de que estaban preparados. "Me excitó mucho verla acostarse con otro hombre. Era como ver porno en directo y con mi propia esposa". Para él, el intercambio de parejas era la evolución natural que debían seguir. "Es muy satisfactorio saber que podemos probar cosas nuevas y que pese a ello seguimos unidos". ¿Le preocupa que su mujer se enamore de otro hombre después de haber practicado sexo con él? Su mujer interviene: "Hay que tener cuidado. Si hay problemas, no lo hacemos. El riesgo está ahí, por supuesto, pero también lo está en el supermercado".A veces me sorprendo en compañía de mis amigos de toda la vida, conservadores, y pienso que estoy llevando una doble vida
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Pero finalmente algo ocurre. Las primeras parejas desaparecen escaleras arriba. Al pie de la misma se ha formado un corrillo de observadores de la escena que se desarrolla en una de las habitaciones de la planta baja: en un jacuzzi, dos mujeres, una rubia y una morena, sostienen sendas copas de prosecco con los brazos apoyados en el borde. Un hombre con los abdominales muy marcados penetra por detrás a la rubia, que no deja de conversar con la morena. A continuación, el hombre cambia a la morena, pero deja la mano en la entrepierna de la primera mujer. Entra en escena un segundo hombre, que levanta su copa y propone un brindis mientras se dirige al jacuzzi. Continúa la fiesta.Caro tiene 28 años y un gran sentido del humor, además de un físico increíble y una mirada vivaz. Está fuera, en la zona de fumadores, encendiéndose un Gauloises Red. "Aquí se crean amistades muy intensas", dice mientras exhala cuidadosamente el humo a un lado, donde no pueda molestar a nadie. "Pero a veces los intercambios de pareja chocan con la vida normal". Cuanto mayor es el grupo de amistades, más fácil es que eso ocurra. "Es muy absorbente, como una esponja. A veces me sorprendo en compañía de mis amigos de toda la vida, conservadores, y pienso que estoy llevando una doble vida. Pero si les dijera eso, echaría por tierra su percepción del mundo".Sentada a la mesa hay una joven ataviada con un llamativo body de cuero artificial gris metálico que le deja los pechos al descubierto y al que se han practicado varios recortes en forma de óvalo que cuelgan del propio mono por un hilillo. "Hola", saluda la chica del mono. El novio de Caro se guarda el móvil en el bolsillo y responde al saludo. "Hola. ¿Cómo va la vida por Marte?". Ella sonríe. "Bien, volveré dentro de cinco años". Todos los presentes ríen a carcajadas. Caro guiña un ojo a su novio y se aparta un poco para dejarle ligar con la chica de Marte. Junto a ellos, el jacuzzi burbujea sin parar.* Algunos nombres se han cambiado, aunque otros son reales.