Drag Queens nos explican por qué hacen drag

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Drag Queens nos explican por qué hacen drag

"El drag es como un traje de superhéroe. Para algunas queens, el traje es sinónimo de poder y confianza. Existen y se comportan de una manera que les es imposible cuando no traen drag".

Courtney Act, en la portada del libro "Why Drag?".

Por más de una década, el fotógrafo británico Magnus Hastings ha retratado a algunas de las queens más famosas y les ha hecho una simple pregunta: ¿Por qué haces drag? Es una pregunta que Magnus se ha hecho toda su vida, desde el travestismo durante su infancia o en sus días de fiesta salvaje en la escena de Sídney.

"De niño, cantaba, bailaba y me vestía de mujer en cualquier oportunidad que tenía. Robaba la ropa y los zapatos de mis hermanas y preparaba obras para mis padres ligeramente frustrados", explicó y aclaró que ahora prefiere apuntar un lente a ponerse tacones.

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Puede que el drag esté derribando las puertas de la aceptación cultural mainstream pero la popularidad del arte no es lo único que ha cambiado enormemente desde la época en que Magnus empezó a retratar a sus queens; también cambió la motivación. "Las queens más viejas querían encajar en la escena drag, algo que les diera confianza cuando se sentían menos que un hombre, una forma de ser parte de la gente hermosa sin necesidad de entrenar para tener cuadritos", señaló.

El drag en décadas pasadas no era solamente una excusa para disfrazarse y alocarse. Con ver el documental sobre los bailes de invertidos llamado Paris Is Burning, te das cuenta de que el drag ofrece un sentido de comunidad y salvación, claro, sin olvidar la diversión. "El drag es como un traje de superhéroe", dijo Magnus. "Para algunas queens, el traje es sinónimo de poder y confianza. Existen y se comportan de una manera que les es imposible cuando no traen drag".

"Para las queens más jóvenes, se trata de arte y libertad creativa", continuó. "El drag nuevo es más fluido y ya no se enfoca en un alter ego específico. Están probando cosas nuevas y usando su cuerpo como lienzo".

Why Drag?, con fotografías de Magnus Hastings y prólogo de Boy George, se publicó en mayo bajo la editorial Chronicle Books. Abajo puedes ver algunas de las respuestas de las queens que vienen incluidas en el libro.

@mikesegalov

"Empecé a disfrazarme a los 15 años porque me di cuenta de que mi estilo era muy diferente al de los otros chicos. Supongo que mi creatividad iba más allá de zapatos de colores diferentes y cabello verde. A los 15 años participaba en concursos como niña y nunca se dieron cuenta de que era niño. Ser algo o alguien más por un rato era muy liberador". Adore Delano Azusa, California © Magnus Hastings.

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"Primero que nada, el drag es una forma de expresar mi creatividad. Disfruto al crear un personaje que puede cambiar cada que me maquillo. También es un gran reto seguir haciendo cosas nuevas y una forma de presionarme en el ámbito creativo. Pero dejando eso de lado, siento que el drag me ofrece no sólo una plataforma para concientizar al público sobre los problemas de la comunidad LGBTQ, sino que me obliga a usarlo. No imagino cómo sería mi vida sin él". Kizha Carr, Nueva York © Magnus Hastings.

"Empecé en el teatro. Era actor y me encargaba de los disfraces, las pelucas y el maquillaje; tenía todo para ser drag. Era algo inevitable. ¿Qué más puede hacer un marica tras bambalinas? Siempre crees que puedes interpretar mejor el papel que la persona que lo está haciendo. Evolucionó y se volvió un negocio para mí. Es algo que me apasiona pero es secundario en comparación con los disfraces y la habilidad que requiere. Para mí, el drag es cometer un asesinato y salir impune. Si no traigo peluca, me tachan de marica amargado; si traigo peluca, me tachan de histérica". Bianca Del Rio, Los Ángeles © Magnus Hastings.

"El drag no tiene mucho sentido: acapara todo tu tiempo, consume la mayoría de tu dinero y te expone al ridículo más extremo del planeta. Me imagino que es igual que ser monja o sacerdote; una vez que te llama lo divino (o Divine) no tienes otra opción y quedas atrapado de por vida en el drag. Hasta los que tiraron los tacones y renunciaron al vestido, la verdad perdura: bajo la superficie hierve la reina interna". Alaska Thunderfuck, Los Ángeles © Magnus Hastings.

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"Llegó a mí tras lo que parecía un accidente. El arte del drag es intrínseco a lo que soy. La habilidad de crear lo que quiera sin apegarme a las reglas es lo que más amo del drag. Es creativo, expresivo y subversivo. Poseer y entender el poder de una mujer es algo tan increíble que ninguna mujer es capaz de comprender porque no sabe cómo es la vida sin él. Pero no todo el drag se trata de crear la ilusión de una mujer y también me encanta esa parte. El drag es libertad de expresión, arte e ilusión. Cuando el público ve mi acto, lo entretengo y al mismo tiempo le doy algo en qué pensar. Este acto de creación me hace sentir poderoso. El drag me enseñó que tengo el control sobre mi imagen. Cuando aplico esta noción a toda mi vida, no solo me hace fuerte, también me transforma". Courtney Act, Los Ángeles, cortesía de Sydney © Magnus Hastings.

"Para mí, el drag es una expresión artística increíblemente satisfactoria. Me mudé a la ciudad de Nueva York para actuar y escribir música y el drag se presentó solo como el medio para hacerlo sin tener que cambiar mi apariencia o estilo de actuación para adaptarme a la visión cerrada de alguien más. Tengo la oportunidad de mostrarle al mundo lo que hago mejor (al menos hasta que el resto de la ciudad lo entienda). Pero lo mejor es el apoyo. Gran parte de la vida comunidad gay de la vida nocturna muestra su apoyo durante mis parodias y mis presentaciones nada tradicionales. Es justo eso lo que impide que me quite la peluca, los tacones y las pestañas cuando voy camino al antro". Kareem McJagger, Nueva York © Magnus Hastings.

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"Cuando le explico a mi familia por qué soy drag, les digo que es una forma de arte. Es una gran forma de resumir todas mis experiencias. Cuando era niño y vivía en una granja, veía celebridades glamurosas en la televisión y en las revistas. Sentía que había nacido para algo grande y quería brillar igual que esas representaciones de glamour. El drag es una forma de atraer la atención de ojos en todo el mundo y ahora que tengo la atención del público, quiero ser una inspiración para cualquiera que se haya sentido invisible, ignorado o maltratado. El drag me da la oportunidad de extender mi amor, mi creatividad y mi valentía a cualquiera que esté dispuesto a escuchar, en especial a la juventud LGBT. Me gusta ser glamuroso y brillar en un lugar lleno de gente pero lo que en verdad vale la pena es tener un impacto en este planeta". Miss Fame, Nueva York © Magnus Hastings.

"Nací en Alemania Oriental y ahí no había nada de cosas drag o gay en público. Nadie hablaba sobre eso. Y desde que tengo memoria, siempre quise ser niña. Me encantaban las películas viejas. Todavía me gustan. Mi actriz favorita es Sophia Loren. Por mucho tiempo creí que era transexual y quería ser igual de hermosa que Sophia. Tenía un lado muy femenino y quería ser niña. Por eso salí en "drag" para el carnaval de la escuela. Y claro, por años me puse los zapatos de mi mamá al llegar de la escuela hasta que mis pies crecieron tanto que ya no cabían. Después cayó el muro y empecé a salir dentro de la escena gay nocturna. Me di cuenta de que había lugares donde mis sueños podían hacerse realidad y podía vestirme como yo quisiera, por eso empecé a hacer drag. Mis modelos a seguir siempre fueron las divas clásicas de Hollywood. Todavía me fascinan y todavía quiero ser como ellas". Melli Magic (derecha) y Mataina Ah-Wie-Suss, Berlín © Magnus Hastings.

"Mi drag nació del activismo. Me uní a las Hermanas de la Perpetua Indulgencia en 1987 para cambiar el mundo. Mi maquillaje solía ser muy tribal —casi como pintura de guerra— pero pronto aprendí que la gente responde mejor a la belleza. Con los años, mi apariencia evolucionó para ser más glamurosa pero es imposible no reconocer el rostro blanco, el maquillaje llamativo y las pestañas enormes de mi orden. La gente me pregunta con frecuencia si soy una Hermana o una drag queen. Y respondo que las dos porque estoy orgullosa de ser una Hermana y tengo el honor de ser drag queen. Con cada beso con brillitos, estamos cambiando el mundo". Sister Roma, San Francisco © Magnus Hastings.

"Todos los niños estadounidenses sueñan con estar en una tarjeta de beisbol. Por otro lado, todos los mariquitas sueñan con ser supermodelos. Creía que podía ser abogado porque era muy bueno para discutir con la gente. También creía que iba a ser caricaturista porque me gustaba dibujar y hacer voces. Terminé la preparatoria a los 16, me salí de mi casa y empecé a trabajar como drag queen porque me pagaban mejor que en cualquier otro trabajo normal. Para mí el drag empezó como una forma de sobrevivir. Seguí actuando porque empecé a escribir y no lograba encontrar a alguien tan pervertido como para interpretar mi material. Me gusta imaginar que soy hijo de John Belushi y Ann-Margret. También me di cuenta de que lo único que quería era estar en el top del ranking de comedia Billboard (y lo logré). Además, me encantan las cosas que brillan". Willam Belli, Los Ángeles © Magnus Hastings.