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Cultură

¿Por qué es tan difícil cagar cuando empiezas a salir con alguien?

Platicamos sobre los problemas y el estreñimiento que enfrentamos cuando tratamos de averiguar cómo echarnos un cake en la casa de la personas que amamos.

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

En el episodio "Momentos definitorios" de Sex and the City , Miranda está saliendo con un hombre que hace del baño con la puerta abierta. Al principio parece que va a ser capaz de superarlo porque la peculiaridad de su nuevo novio se presenta de forma cómica, mientras Miranda se está lavando los dientes y platicando. De pronto Doug se abre el pantalón y empieza a orinar frente a ella. Miranda queda impactada al principio pero decide intentarlo, esto hace sentir a Doug cómodo y adaptado, dos cosas que Miranda siempre busca. No le gusta cuando Doug la asusta mientras hace pipí pero tampoco le molesta tanto.

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Todo va bien hasta que un día Doug sobrepasa los límites. Mientras Miranda explica alegremente que le agregó canela al café para que el departamento tuviera esa fragancia agradable, se escucha cómo Doug se pedorrea y al mismo tiempo grita que "huele delicioso", refiriéndose al café. Miranda, horrorizada, se queda parada en la cocina sin saber qué hacer.


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Lo más perturbador de esta escena es que casi puedo oler la combinación de café y popó mañanera. En esencia, este episodio hace énfasis en uno de los problemas más graves de las relaciones: va a llegar el momento en el que ya no podrás ocultar que tú también cagas. Una vez tuve un novio con el que duré mucho pero la mayoría de la relación fue a larga distancia o implicaba tener que viajar. En todo ese tiempo, cada que iba con él me estreñía porque me ponía muy nerviosa. Con otro ex novio, su baño estaba justo en medio de su departamento y la puerta parecía de adorno. La primera vez que me quedé en su casa me di cuenta de lo mucho que iba a sufrir porque justo a media noche, mi ex se paró al baño y escuché con claridad el tintineo de su pipí cayendo en la taza. La digestión puede reprimir un amor floreciente sólo si lo permites; incluso si estás dispuesta a cagar con la puerta abierta –¿qué te pasa?–, a tu pareja tal vez le parezca asqueroso.

Claro, hay estrategias, aunque ninguna garantiza mantener para siempre la ilusión de que no haces caca. Puedes echar mucho papel de baño para que no suene el "plop", pero corres el riesgo de tapar el baño y contaminar el ambiente. Puedes ir al baño antes de ver a tu pareja si es que no viven juntos pero a veces no es posible porque, o no tienes ganas, o tratar de "forzarlo" te estriñe y terminas pensando en tus intestinos todo lo que el resta de la noche. Abrir la llave del lavabo es una opción popular pero, ya en serio, ¿por qué nos engañamos?

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Caro, 25 años de edad, editora ejecutiva

Cuando empecé a salir con mi novio, pasábamos mucho tiempo sin vernos porque tiene que viajar por su trabajo (tiene una banda). Cada que regresaba de una gira, pasábamos el fin de semana justos y se volvía a ir. Cuando estaba con él, no hacía del baño porque me ponía muy nerviosa.

Como sea, cuando cumplimos cinco meses, me fui con él y su banda a Japón por una semana. Tenía la sospecha de que no iba a cagar en todo ese tiempo y así fue. No evacuar una semana entera arruinó mi viaje.

No recuerdo la primera vez que hice popó en su departamento, pero tengo que ser abierta con el tema porque comemos muchos tacos.

Miguel, 24 años de edad, director editorial

Tener sexo anal con un desconocido o con alguien que no es muy cercano a ti es un gran problema. A veces, si el pene es muy grande, te provoca un sangrado, una hemorragia o que cagues con sangre. Si no te preparas antes de un anal (y con "prepararse" me refiero a AYUNAR como monje), es muy probable que su pene se embarre de popó. Puede ser desde un pedacito hasta un mojón entero. (A todos los hombres gay les ha pasado).

Pedorrearse es frívolo y debe hacerse en privado.

Lo peor es que el sexo anal siempre hace que cagues sangre y a fuerza tienes que hacer popó en su baño a la mañana siguiente. Es vergonzoso pero todos pasamos por eso. La mejor solución es tomar su colonia, perfumar el baño y abrir la regadera para que no escuche. En general funciona bien y es viable porque el cliché de que los gays tienen colonias caras es cierto. Y si no, mínimo compraron el perfume de Paris Hilton.

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Missha, 30 años de edad, colaboradora

De por sí me cuesta trabajo ir a baños públicos. Y con públicos me refiero a baños de lugares que no conozco o donde hay gente cerca. No recuerdo haber cagado una sola vez en la escuela. En la universidad sí pero era el baño de una familia y tenía privacidad. Si salgo de viaje, tengo que llevar tés medicinales, laxantes y demás cosas para poder hacer popó. Mi problema es 100% sicológico. Una vez comí muchos hongos en un campamento con mi primer novio y me aguanté seis horas sin hacer pipí porque no quería hacer en los arbustos.

Ahora que estoy casada (y trabajo desde casa cuando no salgo de viaje), si mi esposo falta un día al trabajo, todo mi horario se arruina. En general, nunca hago del baño en casa de alguien, menos si el área no está despejada (como que salgan a fumar o algo por el estilo). Abrir la regadera también funciona. Siempre traigo cerillos y toallitas húmedas en la bolsa. Cuando viajé a España hace como 10 años, no cagué en seis días.

Tampoco es como para andar por su casa pedorreándote y cagando como un ogro.

Mónica, 27 años de edad, editora general

Cuando empecé a salir con mi novio, se dio cuenta de que siempre abría la llave del lavabo cuando iba al baño en su casa. Me preguntó por qué lo hacía y le expliqué mi ingenioso plan: como siempre escuchaba todo cada que él iba al baño, se me ocurrió abrir la llave para que no supiera si estaba haciendo del uno o del dos. Tenía toda clase de estrategias, desde abrir la llave hasta ir por café en la mañana para aprovechar y echarme un cake en Starbucks. Suena feo pero apenas tenía 21 años, era muy tímida y nunca antes había vivido con un novio, algo que, según yo, significaba que la relación iba en serio. Resulta que él dejaba la puerta abierta a propósito cuando hacía pipí porque se dio cuenta de que me daba mucha pena y quería que me sintiera cómoda yendo al baño en su casa. Quería que estuviera consciente de que TODOS CAGAN.

Otra anécdota: Una vez me fui de vacaciones con mi novio, entré al baño y lo deje oliendo muy feo. Cuando salí del baño, mi novio estaba afuera esperando su turno para usar el baño. En resumen, terminamos cogiendo sólo para que él no entrara al baño.

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Anónimo, 23 años de edad

Mi novio miente cada cuando hace popó aunque haya evidencia clara (como el olor). Siempre lo regaño. También miente cuando se le sale un pedo. Hace cara de "Oh, no, me cacharon".

Otras veces, cuando quiero ir al baño después de él, se para frente al baño y no me deja entrar. Me obliga a esperar hasta que la zona esté "despejada" pero nunca dice "Aguántate porque hice popó". Normalmente solo grita "¡Noo!".

Terminamos cogiendo sólo para que él no entrara al baño.

Yo, al contrario, ya no me molesto en hacerles creer que no hago caca. Soy muy abierta con eso, les digo: "Bebé, voy a hacer popó". Es mejor eso que fingir que no haces del baño. ¿Para qué? Es natural.

Pero eso sí, nunca me pedorreo frente a mi novio. Me parece grosero. Pedorrearse es frívolo y debe hacerse en privado.

Jane-Claire, editora de fin de semana

La verdad es que no evacúo muy seguido. Sé que no es muy saludable pero no puedo hacer nada. Voy al baño una o dos veces a la semana. Por eso, cada que hago popó es una bendición y no me importa donde esté, lo hago y ya. Una vez me hice en un puente en la madrugada. No sé por qué pero me provoca cierto orgullo. En fin, cuando todavía no vivía con mi novio, nunca hice popó en su casa pero no por pena sino porque mi sistema digestivo está de la chingada.

Ahora que vivimos juntos, ya sabe de mi problema intestinal. Es muy lindo conmigo y se va a la recámara a ver tele o pone música o cualquier otra cosa, aunque, la verdad, no soy tan tímida. Pero él sí. Cada que va a hacer popó, abre la llave del lavabo, pero si sólo hace pipí, no. Por eso sé cuando está haciendo popó.

Michael, 25 años de edad, feminista

Cuando empiezo a salir con alguien y ya está claro que nos gustamos, casi siempre trato de tirarme un pedo. Según yo, sirve para hacer que la otra persona se sienta más cómoda cuando esta contigo. Si le molesta tu cuerpo y los olores que produce, entonces tal vez no es la persona indicada para ti. Tampoco es como para andar por su casa pedorreándote y cagando como un ogro. Si eres sutil y chistoso, ese proceso tan natural se vuelve tierno y quita un poco de tensión. No hay nada peor que tener que aguantarse las ganas de cagar por días.