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Cultură

El legendario artista de efectos especiales Rick Baker habla sobre cómo han influido los gráficos por ordenador en su carrera

Baker es responsable de algunos de los efectos visuales más populares del siglo XX, como demuestra en "El Exorcista", "Star Wars", el videoclip de "Thriller" y "Men in Black".

Rick Baker. Foto por Justin Charles

Rick Baker cierra el chiringuito. Recientemente, el legendario creador de efectos especiales y maquillaje anunció el cierre de su estudio y la subasta de 400 de sus creaciones más populares. Baker es responsable de algunos de los efectos visuales más populares del siglo XX, como demuestra en El Exorcista, Star Wars, el videoclip de "Thriller" y Men in Black. A lo largo de 35 años, sus emblemáticos disfraces, maquillajes y accesorios marcaron un hito en la industria de los efectos especiales antes del inicio de la era de los gráficos por ordenador. El anuncio de la subasta constituye un momento agridulce en la historia del cine, el fin de una etapa, quizá no de los efectos especiales prácticos, pero sí la de la contribución de Baker al mundo del celuloide.

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Videoclip de "Thriller" (1982), por Michael Jackson. Efectos especiales y vestuario de Rick Baker

Casualidades de la vida, la subasta se celebró el día del estreno de San Andreas, una superproducción con tecnología de imágenes generadas por ordenador. En su crítica, el New York Times señaló lo obvio: "los más perturbador de todo es lo aburrido y monótono que puede llegar a ser. La generación de imágenes por ordenador permite crear escenas de desastre increíblemente detalladas… pero a la vez las despoja de todo interés o capacidad de impactar". El contraste con los efectos especiales de la vieja escuela no puede ser mayor. En Un hombre lobo americano en Londres , Baker reprodujo la transformación de un hombre en lobo ante la pantalla, escena que anteriormente se había solucionado con fundidos y cortes. El resultado final dejó boquiabierto al público. Hoy, parece que la propia capacidad de sorprender está abocada a la extinción.

Me encontré con Baker en una sala de conferencias colosal del Universal City Hilton. A sus 64 años, no ha perdido un ápice de su elegancia, amabilidad y llamativo entusiasmo. Para muchos, todo un modelo de saber envejecer. Tuve oportunidad de charlar con él unos minutos antes de que empezara la subasta.

VICE: Escuché tu intervención en la NPR el otro día y me sorprendió tu actitud nada rencorosa. Por una parte, atribuías a las imágenes por ordenador gran parte de la culpa del cierre de tu estudio y, por otra, dijiste que no te importa.

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Rick Baker: No solo han sido los gráficos por ordenador. He visto que ha pasado muchas veces. Desde lo del programa de la NPR, he recibido muchos tuits diciendo, "Fin de una era. Fin de una era". Pero lleva tiempo gestándose. Toda esta industria ha cambiado. Yo tenía un estudio de 5.500 metros cuadrados, ideal para hacer El Grinch y El planeta de los simios, pero no tan ideal para fabricar una nariz. Y fue lo que pasó. Una vez me encargaron un proyecto y tuve a un tío metido en ese edificio de 5.500 metros cuadrados solo, en verano, fabricando unos dientes. La factura del aire acondicionado fue mayor de lo que me iban a pagar por hacer esos dientes. Pero ese tipo de trabajos ya no existen. De joven, cuando empecé a conocer a gente del mundillo, me encontré con tipos muy amargados y malhumorados, y pensé, ¿Cómo pueden ser así cuando están trabajando en una industria maravillosa en la que se crean cosas geniales? En ese momento decidí que no quería convertirme en uno de ellos.

Gran parte de tu trabajo se centra en la creación de rostros, lo que resulta irónico, pues es el elemento que más cuesta reproducir por ordenador. En Avatar les salió bien, pero un año después, la fastidiaron con Tron: Legacy. ¿Crees que los artistas de efectos especiales tradicionales y de maquillaje tienen cabida en el mundo del cine creado por ordenador para cubrir esa carencia?

Sí, así es. Cuando se produjo la fiebre de los gráficos por ordenador, de repente nos convertimos en dinosaurios. Pero al cabo de un tiempo, los estudios se dieron cuenta de que teníamos múltiples capacidades. A mí, por ejemplo, me llamaron para encargarme del aspecto de control de daños en El curioso caso de Benjamin Button. Les dije que lo haría pero que no quería que se me mencionara en los créditos, porque querían hacerlo todo por ordenador. "Tú puedes modelar esto en la realidad mucho mejor que nosotros por ordenador", dijeron. Finalmente hicimos modelos reales de silicona de cabezas que luego escanearon y tomaron como referencia para crearlas por ordenador.

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Siempre esperaba que hubiera un vínculo más estrecho entre los gráficos por ordenador y el maquillaje. Llevo toda la década de 1980 haciendo diseños por ordenador, supongo que porque vi lo que se avecinaba. He hecho modelos por ordenador y me encanta. Me encanta crear modelos y dibujos digitales y hacer pruebas con composiciones digitales, pero creo que esta tecnología no es la panacea. Creo que se pierde algo.

Un buen actor, con un buen maquillaje, ha estado sentado en la silla de maquillaje y ha visto su transformación en el espejo. Cuando entra en el set de rodaje, es consciente de su aspecto y su interpretación no tendrá nada que ver con la que resultaría al generarla con captura de movimiento.

Fragmento de 'Bigfoot y los Henderson' (1987); efectos especiales por Rick Baker

Ahora que las imágenes generadas por ordenador pueden simular casi cualquier cosa, ¿crees que los cineastas han perdido la capacidad de sorprender al espectador? Lo digo pensando, sobre todo, en Un hombre lobo americano

Bueno, parece que hay mucho sobresalto con las imágenes por ordenador, y se dice que van a volver los efectos especiales de antes. Pero ya no pasa con tanta frecuencia. Me encantó Mad Max: Furia en la carretera, ver cómo un director de 70 años se queda hasta con el punk más joven. Además, hay muchos efectos especiales físicos que te dan un subidón de adrenalina distinto. Lo paso muy mal cuando voy al cine porque me fijo en esas cosas. Soy un freak de los efectos especiales, por eso estoy aquí. Ahora, veo una película y pienso, ¿Por qué me deja indiferente? ¿Por qué me estoy aburriendo tanto? Esa es una de las desventajas de los gráficos por ordenador. Puedes hacer de todo, pero, ¿es mejor? No tiene por qué. En cualquier caso, sí que creo que hay diferencia cuando sabes que algo está ocurriendo de verdad, que ese tío arriesgó la vida de verdad en esa escena. Prefiero tragarme una película de Ray Harryhausen y sufrir 45 minutos de diálogos infumables a una escena en stop-motion.

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Hojeando el catálogo de la subasta, se me pusieron los pelos de punta con los "pellejos caídos de Edgar", de Hombres de negro. Son horribles. Debe de haber un montón de caras mirándote con ojos vacíos en tu enorme estudio. ¿No te daba un poco de repelús?

Crecí en una habitación llena de cosas por el estilo desde los diez años. No me asustan.

Pellejos sueltos de Edgar', por Rick Baker. Foto por Justin Charles

Y ¿no te levantas, a veces, por la noche para ir al lavabo y te tropiezas con algo blandito y sin ojos?

No te asusta cuando es algo que ha salido de tu cabeza y lo has hecho con tus propias manos. Pero si la película está bien hecha, a veces sí me afecta. Recuerdo cuando tenía unos 20 años y trabajé en El exorcista, con el maestro Dick Smith. Yo me encargué de la mayor parte del trabajo con la cabeza ￿la cabeza y el cuerpo en la escena en que la gira completamente, así que la conocía bien. Pues cuando vi la película, me asustó tanto como al resto. Y eso me impresionó. Eso es hacer buen cine. Cuesta mucho ver una película en la que has trabajado y que te impresione.

Michael Jackson contactó contigo para que trabajaras en su vídeo "Thriller", ¿verdad?

Contactó con John Landis por Un hombre lobo americano en Londres. Lo primero que hizo John fue llamarme a mí y me dijo, "Michael Jackson quiere hacer un vídeo de rock… muy inspirado en Un hombre lobo americano . Quiere transformarse". "¿El pequeño Michael Jackson?", pregunté. "Bueno, ya no es tan pequeño", contestó.

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Me preocupaba el tema de maquillar a una estrella del pop. Pensé, Esto va a ser difícil y me va a costar trabajar con él en esto , pero estaba completamente equivocado. A Michael le encantó, pese a que fue muy caótico y a todo el trabajo que tuve que hacer en tan poco tiempo. Tuve que trabajar con artistas de maquillaje que no conocía y no sabía si serían capaces de caracterizar bien a los bailarines. Esa misma noche también tenía que maquillar a Michael, así que no paraba de correr de una caravana a otra, sin parar de decir "No, no, no…". Pero cuando se pusieron a hacer el baile, allí en Vernon [zona de mataderos], en plena noche…

Criaturas y bustos de la subasta. Foto por el autor

En aquel momento no habría mucha gente en Vernon. Debisteis de ser los únicos espectadores.

Sí. Lo peor fue que empezamos a rodar justo cuando empieza la matanza de los animales, a eso de las dos de la madrugada, así que se notaba ese olor… Fue un poco espeluznante. Yo estaba en medio de la calle, observando lo que estaba sucediendo ante mis ojos y en ese momento mi cerebro dio un giro de 360 grados. "La gente va a conocerte más por esto que por cualquier otra cosa que hagas el resto de tu carrera", me dijo Landis. Y es cierto. Cuando la gente me pregunta a qué me dedico, les digo que soy artista de maquillaje. "¿Has hecho algo que conozca?". "Sí", contesto. "¿Qué?". "'Thriller'", les digo, y se quedan como, "¿En serio has hecho 'Thriller'?".

¿A la gente le impresiona más eso que tu trabajo en la escena de la cantina de Star Wars ?

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Sí, porque sé que la gente ha visto "Thriller". Todo se reduce a hacer el trabajo. Hay mucho que hacer en preproducción y trabajas sin descanso. Pero cuando estás en el plató y caracterizas al actor, empiezas a ver cómo cobra vida tu obra. Es mágico.

Supongo que lo echarás de menos.

Voy a echar de menos una parte de esto, pero no el caos que reina en el mundillo. No me metí en esto con idea de ser un empresario, lo hice para crear cosas, y voy a seguir creando. Cada día creo algo que es justamente lo que quiero crear.

Máscara de Bigfoot creada por Rick Baker para 'Bigfoot y los Henderson' (1987). Foto por el autor

En ese momento alguien requiere la presencia de Baker. Tomo asiento en la última fila del Salón de Actos C, cerca de una mesa repleta de alienígenas y cabezas cortadas, parte de la colección subastada. En el otro extremo de la sala hay un escenario decorado con un alienígena de Hombres de negro, el personaje Grinch, una gárgola antigua y un cadáver en descomposición atado a una silla y con la garganta seccionada. Un hombre trajeado da la bienvenida al exiguo público la mayoría de las pujas se hacen por internet o por teléfono y nos pide que nos animemos "a levantar esas manos".

Le pregunto a un empleado del hotel cuáles son las dimensiones de la estancia y hago unos cálculos rápidos. El estudio de Baker es 15 veces más grande que este salón de actos. Trato de imaginar un espacio semejante repleto de extraterrestres, gorilas y monstruos en una hilera de la que no veo el final. No puedo imaginármelo. En la distancia, el subastador golpea el martillo. Una venta hecha. Solo quedan 399. Va a ser una subasta larga.

Sam McPheeters nació en Lorain, Ohio, en 1969. Es el excantante de Born Against, Men's Recovery Project y Wrangler Brutes y fundador de Vermiform Records. Sus columnas, ensayos, perfiles y relatos cortos han aparecido en American Prospect, Chicago Reader. OC Weekly, Punk Planet, The Stranger, VICE y The Village Voice . Actualmente vive con su mujer en Pomona, California.

Traducción por Mario Abad.