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Música

El nuevo disco de Fucked Up es la hostia

El nuevo monstruo de 80 minutos de Fucked Up, David Comes to Life, salió ayer en Matador y se trata de un álbum conceptual que cuenta la historia de David Eliade, un joven trabajador de una factoría que encuentra el amor. Y entonces ella muere. Y pasan...

El nuevo monstruo de 80 minutos de Fucked Up, David Comes to Life, salió ayer en Matador y se trata de un álbum conceptual que cuenta la historia de David Eliade, un joven trabajador de una factoría que encuentra el amor. Y entonces ella muere. Y pasan más cosas. Eso es, más o menos, el resumen de la historia.

La trama principal es absurda. Como sabe cualquiera que se haya pasado las noches de instituto intentando encajar las partes del The Wall , los álbumes conceptuales normalmente carecen de sentido. Incluso con la página davidcomestolife.com abierta, con la letra delante, resulta muy difícil descifrar con exactitud qué escupe la boca del entusiasta vocalista y surfero de públicos Damian Abraham. Pero lo cierto es que importa poco. La música es tan hermética, las letras tan poéticas, las ideas que presentan son tan universales que podemos decir que se trata del mejor trabajo de la banda en sus diez años de historia.

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Charlamos con Damian y con el guitarrista principal, Mike Haliechuk, sobre su nuevo álbum, su historia y sobre su póliza de seguros de vida.

VICE: ¿Qué resulta más difícil a la hora de hacer un “álbum conceptual” frente a un LP de toda la vida?

Mike Haliechuk: Para mí la verdad es que fue bastante fácil. Pudimos dar un paso más allá y encajar una serie de cosas. La frase “álbum conceptual” se supone que lo hace todo más grande, mas duro, más pretencioso. Pero si piensas en cualquier proceso -ya sea en el arte o en los negocios- si lo haces sin ningún concepto, acabará en desastre. Hacer una grabación con conceptos es más fácil, porque sabes que lo estás haciendo desde el principio.

Damian Abraham: Cuando escribimos los singles y otros álbumes, sencillamente pones música en una pletina -y luego en un reproductor de CDs y ahora en un iPod- y te pones a escribir a lo largo del día. Pero esta vez, desde que planificamos una historia y un concepto, tuve que hacerlo en mi escritorio, siguiendo notas. Nunca fui un buen estudiante, ni si quiera en los mejores tiempos, y soy un tremendo holgazán. Y desde que he descubierto la marihuana, me he vuelto incluso más dejado.

Las letras en este disco son muy densas y personales. ¿Las escribisteis juntos, o cada uno hizo sus propios cambios?

Mike: Nunca escribimos juntos las letras. No creo que fuésemos capaces de hacerlo. Sería demasiado raro.

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Parecen un montón de palabras insanas que memorizar.

Damian: [ risas ] Sí, me temo que habrá partes algo más improvisadas en la próxima gira. Memorizar las canciones es un proceso muy largo. Y pillar las letras de Mike y adaptarlas a algo más fácil para mí a la hora de cantarlas es un trabajo arduo, porque son incuso más densas que en la grabación. Con mis canciones es distinto, porque cuando las escribo puedo imaginar lo que voy a cantar en directo. Pero con Mike no es el caso. Él imagina a otro cantándolas, por lo que parece.

Las letras son muy importantes para un álbum como este. Tiene algo de fascinante escuchar el disco mientras lees las letras e intentas resolver el puzzle de esta historia.

Es divertido. Hablaba con el tío con el que trabajo sobre un rapero, y le dije que no me enganchaba porque las letras no son precisamente mi rollo. Y me dijo “No me importa, sólo me va el tempo”. Y yo le digo “¿De verdad?”. Nunca he sido fan de la música instrumental. Las canciones de Mogwai, por ejemplo, pero las canciones con letra siempre me han gustado. Nunca me ha gustado la música instrumental. La encuentro muy aburrida. Necesito palabras. Siempre he sido un gran fan de [la banda de hardcore] Integrity, porque tienen todas esas letras raras y ese simbolismo que yo no entiendo a la primera. Parte de la gracia era buscar la raíz de las letras y las etimologías, y todo eso.

Para una banda que empezó haciendo singles, ¿cómo lo hicisteis para llegar donde estáis -desarrollando álbumes conceptuales?

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Bueno, imagino que es parte dela ventaja de estar ahí y ver qué pasa, pero parece que ha habido un cambio lento en la banda. Han pasado diez años, ¿cierto? La cosa no es que nos levantásemos un día y dijésemos “vamos a ponernos a hacer algo totalmente distinto a lo que hacemos siempre”. Simplemente ocurrió. De forma orgánica.

Mike: hemos esperado cinco o seis años desde que hicimos nuestro primer disco largo, y a causa de ello nos sometimos a mucha presión. “¿Cómo va a ser nuestra primera grabación después de todos estos años?”. El primero es también largo, así que ese es ahora nuestro tema. Cuando haces un disco largo, tiene que ser de verdad grande.

Pero si echamos un vistazo a dónde estáis ahora, ¿cómo describiríais el cambio en la banda?

Damian: No me gusta decir que hemos crecido. No me gusta dar a entender que lo que hacemos ahora es mejor que lo de antes. Nunca diría que “The Other Shoe” es mejor canción que “Baiting the Public” o “Police”. Son canciones distintas. Eso ha sido lo que de verdad ha marcado la diferencia siempre para nosotros -una vez que hacemos algo decimos “Vale, la próxima vez haremos algo distinto”. Porque carece de sentido hacer lo mismo una y otra vez. Te destruirá. Destruirá la banda y toda tu creatividad.

¿Vais a empezar a usar este enfoque a partir de ahora?

Creo que es el fin de esta etapa de la banda. No quiero sonar como otro tío aburrido en la banda, sino que intento sentirlo como lo que es, como que va a ser mi último disco con la banda. Y no digo que no vaya a hacer singles o 12 pulgadas o cosas así. Pero creo que la próxima vez que Fucked Up haga un LP habrá otra gente involucrada, o me convertiré en una especie de… No digo que vaya a dejar la banda. Si quieren que haga otra cosa, la haré. Pero confío en que la banda transmute en algo diferente.

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¿Alguna vez os han dado por culo los ejecutivos de las discográfica por llamaros Fucked Up?

Mike: Nunca. Fue un dilema cuando empezamos a tener más audiencia, pero creo que la gente lo aceptó sin más. Ya ni si quiera es un tema. Quiero decir que hemos salido en la radio. Pero al mismo tiempo somos una especie de banda punk que nunca sonaría en la radio. Algunas tiendas no aceptan nuestros discos, y alguien escribió una carta a The Guardian la semana pasada quejándose del nombre. Así que hay pequeñas cosas, pero no tenemos que pactar con nadie nada.

¿Os habéis inspirado en algún otro disco conceptual?

No. Me aseguré de que no nos influenciase ningún otro disco. Podríamos haber leído How to Write Scripts , o algo así, pero pensamos que era más importante hacerlo como un disco actual y no como uno de esos guiones que siguen pautas literarias.

Damian: Para mí, The Mumps. Son esa banda de Nueva York liderada por Led [Loud], que fue la estrella del primer reallity show de la televisión, llamado An American Family en PBS. Además fue la primera celebridad abiertamente gay de la tele. Salió del armario en ese programa. Y montó esa banda llamada The Mumps, y hacían ese impresionante power-pop mezclado con el estilo de Gershwin. Creo que eran brillantes. Es una banda que intentó tender puentes entre dos estilos. Y “Lori Meyers” de NOFX está claro que inspiró “Queen of Hearts.” Play-wise, Our Town era grande. Tenía a aquel manager de sala que podía hablar con la audiencia e interactuar con los personajes, y eso a mí siempre me pareció cool. Así que Octavio está basado más o menos en eso, salvo por el mal. Y en cosas como el libro de David Peace GB84 , que trata sobre la revuelta de los mineros durante la Inglaterra de Margaret Thatcher, esa era mi idea -unificar toda la energía de esa era.

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¿Entonces fue una decisión premeditada?

Sí. fue el último periodo interesante de la historia, porque musical y culturalmente fue la caída del Do It Yourself -por primera vez la producción quedaba en manos de la juventud. Antes, el contenido siempre lo generaba la juventud, pero la producción quedaba en manos de una élite. Así que el punk era un factor muy democrático. Y también la cantidad de disturbios masivos laborales que ocurrían en ese periodo de Thatcher en Inglaterra fueron una gran influencia: se extendieron a la América de Reagan y también a Canadá, pero aquí de una forma mucho más segura, más amable, más edulcorada, cosa típica en Canadá. Tuvimos que girar hacia la derecha, y pienso que aún vivimos en esa era.

Me gustaría hablar del directo. Es una experiencia muy intensa…

Siempre he querido que el directo sea así, incluso aunque no te guste la banda aún te puedes ir con el recuerdo del concierto. Nunca podremos recrear los discos a la perfección en los directos. Tenemos demasiadas pistas de guitarra grabadas -cosa que no funciona en directo. Así que ¿por qué no hacerlo de otra manera? Esa es mi filosofía -hacer un concierto visceral. Así, si no te importa la música o la banda, aún te entretienes. Esa gente está sacrificando su dinero y su tiempo y siento que les debemos un espectáculo, tanto si les gustamos como si no.

¿Cuándo te pusieron puntos por última vez?

Justo antes de volver a Inglaterra, hace dos semanas, en la presentación la novela de un amigo. Empezó a ir a los conciertos en 1974 porque quería hacer fotos de las bandas, y ahora tiene fotos impresionantes de Blondie y de los Ramones y todos esos grupos. En la fiesta había una banda local que acompañaba a diferentes vocalistas que se subían al escenario y cantaban canciones. En la mía decidí invocar al espíritu de la leyenda de Toronto Steve Leckie, gran rompedor de vasos. Así que me rompí uno en la cara. Necesité algunos puntos. Volvíamos a Inglaterra al día siguiente, así que pasé mi última noche en Toronto en la sala de emergencias cosiéndome los puntos.

¿Las salas de emergencia son ya parte del equipaje esencial de la banda?

Nadie me hace pagar por algo así. Por suerte, tenemos seguros de vida cuando estamos en Estados Unidos. En Canadá -y que Dios les bendiga por ello- existe la seguridad social. Así que a la banda nunca le ha costado nada.