Cultivarás tu planta: el autocultivo como forma de fumar marihuana sin sangre
Plantas de mariguana tras la iluminación UV usada por un autocultivador en la Ciudad de Méxicoh

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SEMANA MARIGUANA

Cultivarás tu planta: el autocultivo como forma de fumar marihuana sin sangre

Dos autocultivadores de la CDMX nos enseñan cómo conseguir tu propia mota sin pasar por un punto de venta.

Juan y su hermano sembraron, cosecharon, curaron y fumaron sus primeras cuatro plantas de mariguana el año pasado, en un edificio entre las colonias Narvarte y Del Valle, en la Ciudad de México. El autocultivo es la alternativa de estos hermanos para conseguir mariguana para consumo personal sin tener que pasar por un punto de venta.

En México el autocultivo estaba en un rincón de la agenda hasta que la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART) ganó un amparo para cuatro de sus miembros ante la Suprema Corte de Justicia que declaró inconstitucional la prohibición absoluta del consumo de mariguana, en noviembre de 2015. Eso generó una revolución mediática y abrió la puerta legal a la discusión, pero las empresas y los usuarios avanzaron silenciosamente. En los papeles, el cultivo —que no diferencia si son cuatro plantas como Juan o cuatro hectáreas en la cima de alguna montaña— está penado con hasta 25 años de prisión en el código penal federal. Sin embargo, el giro que la legislación está dando en otras partes señala que es el autocultivo la vía más rápida que puede regularse y abastecer a miles de consumidores de mariguana sin sangre, cosechada en su propia sala.

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Por su parte, Juan —que no es su nombre real— y su hermano van por su segunda cosecha.

Autocultivador de la Ciudad de México se guía por una tabla para colocar, durante el riego, la cantidad de zinc, calcio, magnesio, fosforo y PH, según el tiempo de la planta.

Ni Juan ni su hermano superan los 30 años. Hace unos días cortaron la parte más frondosa de sus nuevas cuatro plantas, las flores que nacen en la parte de arriba, que como están más cerca de la luz, adquieren mayor tamaño. La sala es pequeña y en una esquina está el indoor: un rectángulo de unos dos metros de alto que se abre con unos cierres a los lados, apoyado de un regulador de luz y nutrientes que le aplican a sus plantas con jeringas. Dentro están las niñas: cuatro plantas que lucen algo cómicas recién podadas. Debajo, las flores pequeñitas van tomando cuerpo. A esas las dejan un tiempo más. En el primer ciclo de cultivo les tomó cinco meses tener las flores listas. Esta vez cosecharon en dos meses.

"Tradicionalmente son cinco meses el tiempo de crecimiento, pero eso puede variar. De ley, la floración lleva, según el tipo de planta, entre ocho y nueve semanas. Es el tiempo en que tarda en crecer la flor", cuenta.

Cuatro plantas de mariguana comienzan su crecimiento dentro de un invernadero para interiores. La luz UV que se les coloca es para imitar lo que podrían recibir del sol, y se intenta que los muros sean reflejantes para distribuir la luz uniformemente dentro de todo el lugar.

La floración empieza cuando a la planta se le cambia el timer: se cambia la proporción de horas de luz con la que se la alimenta. En floración llevará 12 horas de luz y 12 de sombra. Antes, durante el crecimiento de la planta, la relación es de 18 de luz y seis de sombra. Lo que cambiaron los hermanos cultivadores fue el tiempo que dejaron a la planta crecer. La primera vez la hicieron florar casi al quinto mes, cuando la planta estaba alta. Ahora la floraron al segundo mes, achicando el ciclo.

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"El cultivo indoor es muy efectivo porque puedes controlarlo todo. Eres la madre naturaleza para la planta".

Auto cultivador de mariguana en la Ciudad de México abre un invernadero de interior (indoor). La luz UV del lugar se controla según el proceso de la planta, para su crecimiento los primeros 5 meses se coloca un horario de luz de 18 horas con luz y 6 de oscuridad; para la floración es de 12 por 12 horas.

Otros elemento a cuidar, además de la luz, es el riego: "en crecimiento no exige tanta agua como en floración, un litro dos veces a la semana y luego tres veces, según exija la planta". ¿Cómo podemos saber eso? "Por la tierra, metes el dedo y ves que tan húmeda está", asegura Juan.

Para todo esto hay mucha información y muchas maneras. Juan explica que él y su hermano, los hermanos cultivadores, han hecho camino al andar, estudiando por su cuenta y escuchando los consejos de un compañero, que los introdujo en el autocultivo. "Salió la oportunidad pero no teníamos un conocimiento total de lo que había que hacer. En las pláticas para armarlo, fuimos investigando un poco. El indoor fue lo que particularmente a mí me decidió a intentarlo, porque se puede hacer algo pequeño, con lo que se puede empezar sin problemas".

Auto-cultivador en la Ciudad de México prepara el agua y los nutrientes para el riego de las plantas durante la floración. El agua se prepara con cantidades distintas de zinc, calcio, fosforo y PH en el agua según el tiempo de la planta.

La caja impermeable donde crecen las plantas pasa discreta en un rincón y también aísla el olor potente que tienen al crecer. Juan se ríe: "Es el armario de mi ropa, pero le pongo una luz especial para el cuidado de las telas".

La luz es un disco de colores tornasolados que la planta confunde con luz solar. Cambia totalmente el color de sus hojas si la luz se apaga. Un amigo suyo que cultiva desde tiempo les brindó asesoría y se lanzaron. "La teoría es muy diferente a la práctica. La planta es un ser vivo al que tienes que estar observando si no reacciona como debe ser. Si se le tuercen las hojas es porque tiene falta de magnesio, por ejemplo. El magnesio hace que la planta pueda absorber la energía de la luz".

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Juan no tiene inconveniente en usar químicos para matar plagas, como una de arañas, que podía quitar una a una, pero qué hueva, buscó el plaguicida que funcionara. Perdió las hojas, que ya no podrían usarse para aceite o mantequilla, pero salvó las flores. Sólo en las últimas semanas de la floración se les riega con pura agua, sin químicos, para limpiar las raíces. A las de la segunda cosecha les agregaron un químico llamado Sweet Berry, que le da un aroma a mora a la flor.

"Eso es a gusto del cultivador, lo demás que se le agrega, son cosas esenciales para la planta, para que se vea más bonita, más grande, la flor más resinosa. Como si le inyectaras esteroides pero sin que te haga tanto daño".

Auto cultivador de mariguana en la Ciudad de México termina el proceso floración y se prepara para cortar la flor de la planta. Durante las últimas 2 semanas de la floración, se limpian las raíces de las plantas con un aditivo, antes de sólo regarla con agua en la última semana.

Usan calcio, magnesio potasio y fósforo en cantidades de jeringa. Juan calcula que la inversión inicial, además de lo necesario para la primera cosecha, fue de alrededor de 12 mil pesos, incluyendo el indoor, las lámparas y las semillas. Ellos eligieron cultivar cuatro plantas y no diez, como permite el espacio.

Autocultivador de mariguana comienza a cerrar su invernadero de interior.

"El tiempo para que la flor esté lista varía, según el tipo de planta, entre ocho y diez semanas. Cada una tiene su tiempo, pero en el microscopio le ves los pistilos. Al salir, son transparentes, luego se ponen blancos y al final marrones. Cuando el 80 por ciento, más o menos, está marrón, están listas para cortarse".

Los hermanos cosechadores cortaron su primera tanda en diciembre de 2016, por lo que decidieron invertir tres días en el secado de las flores. Ahora, con las que cortaron hace unos días, sólo dejarán uno, porque el clima está más cálido.

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Planta de mariguana en un invernadero de interior con luz UV en la Ciudad de México.

"Nosotros no secamos la planta completa, sino que cortamos los cogollos, incluso los pequeños, y los ponemos a secar en la red. Las de ayer estarán un día o un día y medio. Luego pasan a frascos en los que hay que checar que no agarre moho ni hongos. Hay que irlos abriendo a diario para que agarren aire".

En su primera vez cosecharon 78 gramos de cuatro plantas. "Esperábamos que fuera más pero una de las plantas se nos quedó chaparrita". Las variedades que consiguieron fueron Enemy, Queen y Blue dream, a las que tuvieron acceso más rápido.

El corte de las plantas de mariguana que se limpiaran para poner a secar durante un par de días.

¿Tuvo que ver en su decisión de ponerse a plantar la discusión pública del tema en el país?

"Al principio no pensábamos en el tema público o en cómo iban los cambios en las leyes. Mi hermano fue el que se metió primero en esto, pero yo no le agarraba la emoción. Fui adentrándome de a poco, y ahora me interesa más el uso medicinal. Creo que la mariguana debería legalizarse para ambos usos, recreativo y medicinal. La planta tiene un chingo de beneficios y creo que sería algo más controlado y que provocaría menos daño que ahora".

La flor de la mariguana cosechada en un invernadero de interiores en la Ciudad de México se pone a secar sobre redes, en un lugar donde no llegue la luz durante dos o tres días.

Autocultivador retira toda la resina que deja la planta de marihuana durante su limpieza.

"Antes yo fumaba cualquier mota, la que compraba en cualquier lado. Tuvimos una plantita afuera, pero se murió porque no recibía tanta luz. Luego te vas adentrando en el tema y lo principal es que me gusta fumar, entonces atiendes la producción y el curado para fumar algo mucho mejor. Es diferente una flor cuidada y curada como es debido, que libere las toxinas. Controlas todo el crecimiento de la planta. Cuidas lo que vas a usar, lo que vas a fumar. Yo lo hago por tener un producto que haya hecho con mis propias manos. Saber al fumarla que la cosecha y el curado han sido esfuerzo mío. A veces te da temor de que te puedan agarrarnos, pero me gusta el riesgo".

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Juan termina de forjar, prende, pita, pasa y se ríe, largando el humo lentamente.

Las hojas de las plantas cosechadas en un invernadero de interiores, que se utilizarán para hacer leche, mantequilla y alcohol.

Botella con alcohol y hojas de marihuana para el dolor de huesos y músculos.

Uno de los cultivadores limpia el invernadero al terminar la cosecha.