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Comida

Por qué la comida sabe mejor con cubiertos más pesados

El hombre que tiene un doctorado en cucharas —no es broma— respalda lo que la Oxford University investigó: los cubiertos pesados hacen que la comida sepa mejor.
Photo via Flickr user dcarlbom

Cuando piensas en la Oxford University es posible que te imagines que la gente allí está rumiando sobre las complejidades sutiles de la prosa olvidada y la Big Science. Bueno, eso es cierto. Pero también están pensando en comida.

Charles Michel es chef de residencia en Crossmodal Research Laboratory de la Oxford University y acaba de terminar un estudio que ha demostrado esta maravilla académica, que sin duda ha estado preocupando a los eruditos por siglos: la comida sabe mejor con cubiertos pesados.

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LEE: Servir tu comida en platos grandes te hace comer más.

Sí. Michel puso a 130 personas en un restaurante de hotel en Edimburgo. Todos tenían comidas idénticas: trucha con puré de papas, espinacas y alcaparras y gamba a la mantequilla. A la mitad de ellos se les dio cubiertos pesados —los de lujo— y la mitad comió con cosas baratas que pesaban tres veces menos. Debieron tener algunos sociópatas con cuchillo que se colaran allí como control.

Pues bien, los sujetos que utilizaron los cubiertos pesados estaban dispuestos a pagar 15 por ciento más por sus alimentos. Pensaban que su comida tenía un emplatado más artístico y sabía mejor. Y, por primera vez en la historia académica, el experimento demostró que las personas que utilizan los cuchillos y tenedores pesados pensaban que su comida en realidad sabía mejor que los que recibieron los cubiertos ligeros.

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Michel piensa que los cubiertos pesados pueden captar más la atención de los comensales, incrementando su sensibilización y el disfrute de lo que están comiendo. Le dijo a Wired que "es interesante pensar que el peso de los cubiertos podría hacernos más conscientes, sin darnos cuenta".

Michel es considerado un gastrofísico. Este es un nuevo campo que no existía cuando Oscar Wilde estaba recostado en la cama de su dormitorio. Los profesionales en este campo, cada vez mayor, han comprobado todo tipo de hechos interesantes acerca del comer. Por ejemplo, han demostrado que la música de fondo puede influir en cómo saben los alimentos dulces, salados o amargos. Comer de tazones redondos hace que la gente se sienta más llena. Usar cucharas más grandes para servir hace que te sirvas más comida.

Michel pone este conocimiento a prueba aplicándolo al mundo real. Está trabajando con un diseñador y orfebre llamado Andreas Fabian para desarrollar platos hondos y utensilios que ayuden a la gente a comer mejor.

Fabian tiene un doctorado en cucharas. No es invento. De hecho, estamos un poquito celosos de sus credenciales. Su biografía dice: "Su doctorado basado en la práctica (Brunel University 2011) se originó en la idea de una investigación interdisciplinaria de reflexión destinada a explorar las cuestiones fundamentales en torno a lo que Andreas define como 'todo lo relacionado con cucharas'". El Pokemón que siempre cargaba una cuchara habría matado por este chico.

Bueno, gracias a Dios, las grandes mentes de nuestro siglo están pensando cómo hacer que nuestra comida sepa mejor. Los chefs tienen sus límites.