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Comida

Derribando el mito de que la comida sana es muy cara

El estudio comparó el costo de una dieta sin carne versus una dieta basada en vegetales y este fue el resultado.
Bild via Imago

¿Recuerdas cuando la oh-tan-continental Gwyneth Paltrow fracasó en el #FoodBankNYCChallenge de Mario Batali, viviendo durante una semana con un presupuesto de estampillas de comida de $1.38 dólares por comida, tras tan solo cuatro días aparentemente horrendos con antojo de pollo y sin regaliz? Ella y muchos otros querían dejar claro un punto presumiblemente bien intencionado: comer sano no es barato.

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Sin embargo, aunque ciertamente no elegirías vivir con un presupuesto de $1.38 dólares por comida (como deben hacer los 45 millones o más de estadounidenses que subsisten con SNAP) un nuevo estudio dice que comer sano no cuesta tanto como pensamos.

El estudio, realizado por el Rhode Island Community Food Bank y The Miriam Hospital en Providence, Rhode Island y publicado en el Journal of Hunger & Environmental Nutrition, comparó el costo de más de siete días de una dieta basada en vegetales que incluye desde aceite de oliva hasta la versión de la dieta MyPlate con más bajo costo del USDA.

María Flynn, una nutricionista de investigación en el Miriam Hospital e investigadora principal del estudio, se había estado preguntando acerca de la veracidad de la sabiduría recibida de que una dieta basada en vegetales es más cara que una dieta llena de carne. Claro, nos dice: "Se piensa que el aceite de oliva extra virgen es caro, pero sospechamos que es la carne la que hace que una dieta sea cara, y el aceite de oliva extra virgen es más barato que incluso pequeñas cantidades de carne". La conclusión resultó ser la siguiente: "Nuestra dieta basada en vegetales fue sustancialmente más barata, y contó con una mayor cantidad de frutas y verduras y granos enteros", dice Flynn.

La dieta MyPlate del USDA, con la que se comparó la dieta basada en vegetales con aceite de oliva de Flynn, cuenta con 50 por ciento de frutas y verduras, un cuarto de granos y las proteínas (es decir, pollo, carne o pescado) componen el resto.

Los investigadores encontraron que la inclusión de carne en una dieta realmente incrementa el costo de una comida. Al recurrir a una dieta menos intensiva en la carne, la gente puede ahorrar dinero y evitar enfermedades desagradables (diabetes tipo 2, enfermedad del corazón, cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de colon) con las que está relacionado el consumo alto de carne. Éstas son razones suficientes, dice Flynn, a favor de una dieta basada en vegetales y aceite de oliva.

Los hogares de bajos ingresos se han creído el mito de que la comida sana es cara, gastándose su dinero de despensa (o procedente de SNAP) primero en carne, huevos, cereales y productos de panadería, dicen los investigadores. Flynn señala que los productos congelados y en conserva pueden ser una manera de minimizar el costo, manteniendo el contenido de nutrientes. De hecho, dice Flynn, los estudios muestran que los productos congelados y enlatados tienen un mayor contenido de algunos de los componentes de lucha contra el cáncer que se encuentran en los productos frescos.

Andrew Schiff, director general del Rhode Island Community Food Bank e investigador en el estudio, dijo: "Nuestros hallazgos con este estudio van en contra de la creencia general de que una dieta saludable debe ser cara. Incluso usar una dieta basada en vegetales y aceite de oliva extra virgen es mucho menos costoso y cuenta con muchas más frutas, verduras y granos enteros. Esto es realmente una buena noticia para las personas atendidas por el Food Bank, pues muestra que comer sano con un presupuesto ajustado es posible para todos".

Por supuesto, si debes comer melones japoneses raros o aceite de oliva Lamda de Grecia (supuestamente el más caro), se retiran las apuestas. Puede que Gwyneth tenga algunas recetas que compartir si se las pides.