FYI.

This story is over 5 years old.

Comida

Refugiados ayudaron a construir un sistema sustentable de comida que está alimentando a las Ciudades Gemelas

Desde 2010, las Mesas Comunitarias proporcionan herramientas, educación y orientación a los agricultores africanos y latinos de las Ciudades Gemelas.
Photo via Flickr user Natalie Maynor

Habiendo crecido en la década de los 60 en Georgia, Collie Graddick estuvo expuesto al cultivo y la organización cooperativas en igual medida. Su familia era dueña de una granja de carne de 200 acres donde también cultivaban vegetales.

Luego de que el padre de Graddick firmó un contrato con un agente de ventas, quien ayudó a la familia a vender la producción sobrante de vegetales, y así, a que la familia se embolsara un poco más de dinero —«que mi padre usaba para ayudarnos a ir a la universidad», recuerda Graddick—, se percató de cómo podía aumentar su bajo salario y cómo sus vecinos (la mayoría negros) podían hacer un mejor uso de sus tierras: sembrando. Comenzó visitando comunidades aledañas e instando a la gente a cultivar vegetales y eventualmente fundó la Cooperativa de Campesinos de Georgia Occidental [West Georgia Farmers Cooperative] en 1968. A partir de esta estructura, los residentes aprendieron a sembrar su tierra y luego vender su producto para obtener un ingreso suplementario que les ayuda a escapar de la pobreza en la que muchos de ellos nacieron.

Publicidad

Graddick se mudó a Minnesota para trabajar en manejo de pesticidas para el departamento de agricultura del estado, pero nunca olvidó lo que aprendió del trabajo de su padre. El trabajo de Graddick lo puso frecuentemente en contacto con la enorme población Hmong de las Ciudades Gemelas, un grupo étnico provenientes de China, Laos, Vietnam y Tailandia. Miles de Hmong llegaron a las Ciudades Gemelas como refugiados al comienzo de la Guerra de Indochina y ahora componen la más grande población Hmong urbana en el mundo. Muchos Hmong cultivan para mantenerse y Graddick se dio cuenta de que aunque eran capaces de cultivar grandes cantidades de vegetales, tenían problemas para insertar esos productos en el mercado debido a barreras lingüísticas. Enormes cantidades de vegetales producidas por los Hmong se estaban yendo a la basura y las ganancias potenciales que podían obtener de ellas, también.

Graddick decidió recurrir al trabajo de su padre y ayudar a la población Hmong a contactarse con algunos mercados de los que posiblemente no tenían noticia, como los CSAs. Graddick los instó a trabajar procesando vegetales tomando en cuenta el bajo salario que recibían en las Ciudades Gemelas y la juventud en peligro. El proceso de vegetales requería encurtir, enlatar y congelar el producto para venderlos durante todo el año. El proceso se llama «valor añadido». Con este sistema cooperativo, pensó Graddick, los agricultores podían trabajar juntos, mantener el dinero dentro de su comunidad y proveer trabajo y educación para los jóvenes. Graddick, junto con otras personas que compartían su punto de vista, fundaron la Mesa Comunitaria.

Publicidad

Ningún individuo u organización puede sobrevivir por sí mismo; debe ser propiedad de la comunidad para que esa comunidad se mantenga a sí misma.

Hoy, el trabajo de la Mesa Comunitaria va más allá de la comunidad Hmong. Proporciona herramientas, educación y orientación a los agricultores africanos y latinos de las Ciudades Gemelas.

«Estamos ayudando a las personas a crear negocios que se opongan a los empleos de salario mínimo», me dijo Graddick recientemente. «Le estamos enseñando a la gente habilidades de negocios para que puedan hacerlas suyas, replicarlas y utilizarlas para mejorar su situación».

Sigue leyendo para saber más acerca de la misión de la Mesa Comunitaria para crear oportunidades y aumentar los ingresos de los agricultores de las Ciudades Gemelas.

MUNCHIES: La Mesa Comunitaria busca crear un «sistema local viable de comida». ¿Es un sistema distinto? ¿Es de cultivo local? ¿Es libre de sustancias químicas? ¿Es menos contaminante? Collie Graddick: Es todo eso. Además, tratamos de construir el sistema basado en los valores de la comunidad. Si algunos de los agricultores quieren certificarse como trabajadores orgánicos, tenemos un programa que les ayuda a conseguir los permisos. Hay otros que cultivan vegetales tradicionales o transitorios. Ellos no son dueños de la tierra, por lo que no podemos obtener certificados, pero no usan sustancias químicas, así que son libres de productos químicos. Tenemos la mayor cantidad de agricultores Hmong, quienes están intentado de instaurar el sistema corporativo. Ahí es donde yo trabajo con mis pautas del Departamento de Agricultura. Les enseño a cultivar convencionalmente —usando pesticidas, pero usándolos de manera segura.

Publicidad

Intentamos contratar gente que vive en la comunidad. Lo que no queremos es que venga gente de afuera y hagan dinero, porque eso es lo que está sucediendo ahora, el dinero no se queda en la comunidad. Entonces, nuestro objetivo es intentar mantener el dinero dentro de la comunidad, que circule entre sus miembros tanto como sea posible antes de que salga de ella.

CT_youth

Mesa Comunitaria

Bueno, por ejemplo, estamos trabajando con la universidad de St. Thomas en cuanto a la distribución de los vegetales a algunas «tiendas de la esquina» de la ciudad en barrios negros. Debido al reto de obtener un modelo de negocios para esto, el financiamiento viene de la universidad. Entonces, toda la ganancia va a ir de vuelta a la universidad de St. Thomas, que es una universidad de blancos y liberales en Minneapolis. Mientras que las ganancias regresen a la comunidad, entonces estoy bien con que ellos sean parte del desarrollo de este sistema. Pero si las ganancias van a salir y acabar en los fondos de la universidad, y si ellos toman esas ganancias y las usan para su beneficio, entonces sí, han traído comida saludable a la comunidad negra, pero las ganancias de la comida no se está quedando en la comunidad.

Es interesante trabajar con personas que nunca han administrado dinero y luego hacerlos administrar el dinero en un nivel de negocios. Ese es el tipo de cosas que estamos tratando de enseñarle a la gente.

¿Qué tipo de campesinos están interesados en formar parte de la Mesa Comunitaria y qué tiene la organización que los atrae? Trabajamos con gente de diferentes culturas y razas cultivando todo tipo de vegetales. Creo que lo que es atractivo es la organización comunitaria. No llegamos y decimos «únanse a nuestro programa de entrenamiento y vamos a enseñarles como ser agricultor». Básicamente decimos «tenemos oportunidades para ustedes».

Creo que la mejor forma de verlo es que no somos una organización paraguas, somos una organización fundacional. En una organización paraguas sólo puedes ascender tan alto como el paraguas; pero en una organización fundacional el cielo es el límite. No dejaremos que bajen de cierto nivel. Podemos, con suerte, prevenirlos del fracaso. Así que, donde sea que esté el fondo, tienen por seguro que no irán más abajo de él.

Estoy particularmente interesado en la diversidad de las Ciudades Gemelas y, por lo tanto, de los agricultores con los que trabajas. Es interesante cuando trabajas con comunidades migrantes y de refugiados. Estas comunidades están aquí por los programas gubernamentales de los países que dejaron. Están aquí porque sus países los corrieron, entonces trabajar con ellos significa construir confianza. Y eso es lo que la Mesa Comunitaria hace, somos capaces de trabajar con todos. Ningún individuo u organización puede sobrevivir por sí mismo; debe ser propiedad de la comunidad para que esa comunidad se mantenga a sí misma. Si alguien más es el dueño, entonces los dólares serán drenados fuera de esa comunidad y siempre serán dependientes.

¿La Mesa Comunitaria ha afectado las relaciones entre los agricultores? Creo que lo que aportamos al movimiento alimentario es el modelo cooperativo para que las personas trabajen juntas, en vez de competir unas contras otras. No necesitamos competir unos con otros; tenemos que cooperar unos con otros, porque todos tienen que comer.

Gracias por hablar conmigo, Collie.