El kirchnerismo en crisis por un torbellino de escándalos de corrupción en Argentina

El caso de un ex ministro arrestado después de haber tratado de entregar bolsas llenas con cerca de nueve millones de dólares a monjas ancianas, es un símbolo de la desintegración del alguna vez poderoso movimiento kirchnerista.

José López fue nombrado secretario de Obras Públicas en 2003 por el entonces recién elegido presidente Néstor Kirchner. Se mantuvo en el poder hasta que la esposa de Kirchner, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, dejara la oficina en diciembre del 2015.

Detenido el mes pasado, el exministro ahora es investigado por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.

Esta semana, un juez negó la posibilidad de una fianza a López para evitar una posible fuga. El juez también dijo que el hecho de que López dispusiera de fajos de dólares, euros, yuans y riales de Qatar, además de relojes de lujo y una arma, sugiere que aún tiene los medios económicos para financiar un escape.

"La cosa con José López fue un golpe al intestino", dijo la expresidenta esta semana en una larga y enredada entrevista en el canal argentino C5N. "Me siento indignada".

Cristina Fernández también fue desafiante. Pidió una auditoria para saber de dónde sacó el dinero López, e insistió en que tanto ella como su marido habían dejado un innegable legado positivo en infraestructura pública.

El primer golpe importante a los kirchneristas llegó cuando el candidato elegido por Fernández, Daniel Scioli, perdió las elecciones presidenciales en diciembre ante el exalcalde derechista de Buenos Aires, Mauricio Macri.

Aún así, no fue sino hasta que las investigaciones judiciales por presunta corrupción cometida por los altos mandos se acercaban, que los observadores comenzaron a descartar la idea de que el kirchnerismo fuera tan poderoso, que sería capaz de volver a escena en las siguientes elecciones de 2019.

Y ninguno de estos casos ha probado ser tan difícil de manejar como los aparentes esfuerzos desesperados de López para deshacerse de los millones de dólares dejándolos en el monasterio Nuestra Señora del Rosario de Fátima, en Buenos Aires.

El convento es hogar de tres monjas, unas de las cuales, Inés, declaró al programa televisivo Periodismo Para Todos que ella le abrió la puerta a López cuando él comenzó a tocar a las 4 de la madrugada.

Informó que cuando el hombre le dijo que tenía algunas donaciones ella pensó que se trataba de comida y lo envió a la cocina. Recordó que al enterarse de que era dinero, y después de escucharlo decir que era robado, la madre superiora dijo que "si es robado, no lo queremos".

El impacto del caso de López también ha sido reforzado por fotografías en donde él es llevado entre las audiencias de la corte luciendo asombrado y portando casco y chaleco antibalas. La ropa de seguridad sugiere que podría ser un blanco por haber acumulado información 'dañina' sobre otros trabajadores ya retirados durante sus años de servicio público, así como dinero.

"Es un caso complicado para el Estado", dijo el investigador federal Federico Delgado, quien ha estado investigando a López por presunto enriquecimiento ilícito desde 2009. "Es complicado porque se trata de una persona que estaba acumulando mucho dinero, y el sistema judicial no se enteró durante ocho años, hasta que esta persona lo dejó en un convento".

Mientras el caso de López llama la atención, la amenaza directa más grande para Fernández viene de una investigación por presuntas estafas que involucran al magnate de la construcción Lázaro Báez, el caso que ha llevado a la expresidenta a la corte.

Báez estableció una constructora llamada Austral Construcciones, justo diez días después de que Néstor Kirchner se convirtiera en presidente en 2003. La compañía rápidamente comenzó a recibir contratos del ministerio de obras públicas a cargo de López.

El día de hoy, Báez se encuentra en prisión, acusado de sacar ilegalmente 55 millones de euros fuera del país a través de una compleja red de compañías. También se ha hablado de los 66 millones de dólares que posee en propiedades.

De igual manera, han sido tiempos difíciles para otros socios, entre ellos el antes ministro de transporte, Ricardo Jaime, quien ya ha sido declarado culpable de haber aceptado sobornos. La líder de la agrupación barrial Tupac Amaru, Milagro Salas, se encuentra en prisión por presuntamente embolsarse millones de dólares destinados a la vivienda social.

La semana pasada, la policía arrestó a Esteban Pérez Corradi, el hombre acusado de haber ordenado el asesinato de tres empresarios en 2008 para encubrir una red de tráfico de efedrina — un compuesto necesario para cocinar otras drogas ilegales —, manejada desde el gobierno. El jefe de gabinete de Fernández de Kirchner, Aníbal Fernández, ha sido acusado en repetidas ocasiones de estar involucrado en esa red.

Mientras tanto, otro juez ha iniciado investigaciones de las cuentas de lavado de dinero en la campaña que llevó a Cristina Fernández a la presidencia por primera vez en 2007.

"El kirchnerismo como tal, se acabó", afirmó a VICE News un antiguo miembro del gabinete de Fernández, quien pidió mantener su nombre en secreto. "El es fin de fin de un ciclo".

Sigue a Gastón Cavanagh en Twitter: @gastoncavanagh

Sigue a VICE News En Español en Twitter:_ _@VICENewsEs