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VICE World News

Así es como Obama podría tomarse en serio el cambio climático — y sin ninguna nueva ley

Grupos ecologistas afirman que 450 mil millones de toneladas de contaminación de dióxido de carbono podrían evitarse si el gobierno frenara el arrendamiento de tierras federales a las compañías de combustibles fósiles.
Imagen por Jonathan Ernst/Reuters

El gobierno de Estados Unidos está sentado sobre una mina de carbón, petróleo y gas natural que podrían producir más emisiones de carbono que las emitidas por el mundo entero en la última década.

Barack Obama — o su sucesor en la Casa Blanca — podría conservar todo ese carbono atrapado bajo tierra con una sola palabra: No.

Al menos ese es el argumento en el que se basa un nuevo informe realizado por grupos ecologistas el cual dice que renunciar a futuras perforaciones y a la minería en tierras federales sería un gran paso para acorralar la amenaza del cambio climático.

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"Tenemos una gran herramienta disponible sobre la mesa ahora mismo, llega el momento de hablar de verdad acerca de la preservación de carbono en el suelo, donde es incombustible, y no simplemente doblando la curva de las emisiones", dijo Michael Saul, abogado senior del Centro para la Diversidad Biológica y uno de los autores del informe.

Los analistas del Centro para la Diversidad Biológica, de Amigos de la Tierra, y de la empresa de consultoría ambiental EcoShift estiman que existen suficientes combustibles fósiles bajo las tierras de propiedad federal y la Plataforma Continental Exterior como para liberar el equivalente a 450 mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, si todos fueran consumidos. En comparación, la producción de gas de efecto invernadero de todo el mundo en el 2014 fue de 35 mil millones de toneladas, según la Agencia Internacional de Energía.

Gran parte de esa reserva tendría que mantenerse al margen para que el mundo logre mantener al calentamiento dentro del objetivo internacional de 2 grados centígrados. En enero, investigadores británicos estimaron que más del 80 por ciento de las reservas de carbón del mundo, la mitad del gas natural, y alrededor de un tercio del petróleo deben ser clasificadas como "incombustibles" para alcanzar esa objetivo.

Y sin aprobar nuevas leyes, el presidente Obama podría dejar de aprobar nuevos contratos de arrendamiento de tierra federal mañana mismo, afirma Saul.

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"La ley del Congreso es bastante clara sobre cuándo, dónde y cómo se deben arrendar los yacimientos", asegura. Y en alta mar, el presidente puede cortar los arrendamientos "en cualquier momento y por cualquier razón".

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Pero un alto funcionario de la Alianza de Energía Occidental, que representa a los productores de petróleo y gas en los estados de las Montañas Rocosas y las Dakotas, consideró al análisis como de "mala calidad" y "poco serio".

"No es una discusión seria. No es un punto de vista serio", afirma Kathleen Sgamma, vicepresidente del grupo para asuntos gubernamentales y públicos. Los combustibles fósiles proporcionan alrededor del 80 por ciento de las necesidades energéticas de Estados Unidos, y quienes entonan el "consérvalo bajo el suelo" ofrecen poco en la búsqueda de reemplazos, afirma.

"Grupos como el Centro para la Diversidad Biológica hablarán de energía eólica y solar", asegura Sgamma. "Las energías eólica y solar son muy buenas, excepto que sólo tienen que ver con la generación de electricidad, pero no cubren al transporte o la calefacción. Es sólo electricidad, y es sólo una parte muy pequeña de la electricidad ahora".

Además, dice, la principal razón por la que Estados Unidos ha reducido su producción de gas de efecto invernadero ha sido el boom del gas natural barato, que está desplazando al carbón como fuente de combustible para las plantas de energía y produce cerca de la mitad de las emisiones de carbono. Y, según Sgamma, el tipo de acción que el informe plantea iría en contra de la ley federal, que autoriza la exploración en tierras federales.

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"Si el gobierno federal quiere retirar tierras de arrendamiento, hay un proceso que pasar que requiere la aprobación del Congreso. No es una de esas cosas que el presidente puede decir de manera unilateral 'simplemente no vamos a arrendar más'".

Pero Saúl dice que los opositores que quisieran revocar una decisión presidencial tendrían que reunir los 40 votos para romper una maniobra obstruccionista del Senado, o las dos terceras partes de ambas cámaras necesarias para anular un veto.

También hay dinero y puestos de trabajo en juego ante cualquier esfuerzo de Estados Unidos por dejar de depender de los combustibles fósiles. Sgamma afirma que sus miembros emplean a casi 270.000 personas. Y el Departamento del Tesoro dice que los arrendamientos existentes generan casi 10 mil millones de dólares al año por rentas.

En marzo, el secretario del Interior Sally Jewell dijo que el gobierno federal necesita modernizar esos gravámenes para asegurar que los contribuyentes obtengan "un rendimiento justo" de las tierras públicas. Saul opina que esas concesiones no tienen en cuenta los costes que generan de manera efectiva en el público — como las emisiones de carbono que afectan al cambio climático — y las cantidades involucrados son "sólo la punta del iceberg" en comparación con lo que está todavía sin explotar.

En cuanto a si el actual presidente tomaría las medidas que prevé, Saul expresó: "uno siempre puede tener esperanza".

"Lo veo de la siguiente manera: él tiene hijas relativamente jóvenes", dice Saúl. "Él va a pensar qué tipo de mundo les dejaremos a ellas cuando sean adultas. Tengo que preguntarme si él piensa que en unas pocas décadas futuras, sus hijas le preguntarán por qué no actuó si tuvo la oportunidad".

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Sigue a Matt Smith en Twitter: @mattsmithatl