Por favor no me toques: Una guía de un neurótico para ir al club

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Por favor no me toques: Una guía de un neurótico para ir al club

Estos son algunos tips de etiqueta para el club nocturno que deberían estar muy marcados en tu mente.

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Este artículo se publicó originalmente en THUMP EUA.

Seamos honestos: los clubes nocturnos son pesadillas, especialmente si eres un neurótico. Un cuarto oscuro y caluroso saturado de cuerpos borrachos y danzantes es una cámara de tortura para gente como nosotros. Llegas sintiéndote como bebé recién salido del útero. Te vas sintiéndote como un cadaver que acaba de salir de un ciclo de lavado, cubierto de diversos fluidos desconocidos y de malos olores.

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Me gusta creer que el renombrado verso de la canción "Too Close" de Next—"Estás bailando demasiado cerca, me lo estás haciendo complicado"—no tratase de generar una erección y si de un grupo de bailarines que cada ves se cierran más y más en tu espacio personal. Sí, me lo estás poniendo muy difícil, porque el vello de tu axila acaba de rozar mis labios y me llega tu respiración directo a mi odio interno.

Me preparo para una noche de la misma forma en que un boxeador se prepara para una pelea: mis amigos me animan, me palmean la espalda y me dicen que puedo lograrlo. Invariablemente, sin embargo, terminó noqueado con el vaso de vodka que alguien derramó sobre mi al golpearlo con su codo.

Estos son seis tips de etiqueta para el club nocturno que deberían estar muy marcadas en tu mente, justo como la política de no-cámaras en Berghain. Recuerda, un extraño en tu vida sigue siendo un extraño en la pista de baile.

1. No me toques

Los círculos de baile son, sin dudas, lo peor que puede pasar en este planeta. Si tuviera un dólar por cada ocasión por cada ocasión que he enfrentado un golpe casi mortal en la cabeza porque un fan de Oscar G decidió espásticamente lanzar su pierna al aire gritando "WEPA", aún así no sería capaz de pagar una botella de agua en algún club de Manhattan. La gente que forma parte de estos anillos de muerte son ladrones de oxigeno, tanto como la gente que forma una línea de Macarena para acercarse más al DJ. No me importa que tan alto, hermoso o famoso seas, pide "Por Favor". Todo mundo debería tratar a la gente a su alrededor como tratarían a Giorgio Moroder si le hubieran practicado una colonoscopia: con amor y cariño.

O incluso mejor: trata a todos como si hubieran sido diagnosticados con Ebola y estuvieran sangrando de cada orificio. En otras palabras, sólo no los toques.A menos que alguien vista una señal de "abrazos gratis", no pases tus brazos alrededor de mi torso o acerques tus labios a su cara. ¿En qué mundo es agradable alguien transfiriendo gérmenes de su boca a tus cachetes dejando embarrada su saliva? No toquen la cara o cuerpo de los demás bajo ninguna circunstancia, a menos que estén ahogándose con seis pastillas de éxtasis y necesiten RCP inmediatamente.

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2. Asume que hueles a mierda

El ser ahogado en agua es menos doloroso que ser sofocado por el hedor del sudor fermentado que flota de la persona a tu lado en la pista de baile. Cada año, cuando soplo mis velas de cumpleaños, pido que se reduzca la lista de invitados y que más gente tome ventaja de los desodorantes. ¿Crees que te pusiste suficiente antitranspirante? No, no lo hiciste, nunca es suficiente.

Antes de dejar tu departamento, además de pregúntarte si llevas tus llaves, cartera y teléfono, agrega: "¿Mis axilas huelen como un pañal con diez días de descomposición que acaban de sacar de una coladera? Si es afirmativo, agarra el Old Spice más cercano o tu Dove con esencia de pepino y atáscate. Eres un waffle belga y el desodorante es la miel de maple tratando de encontrar su camino en tus rincones y grietas más olorosas.

Pro tip: cuando metas tu nariz a tu camisa, no debe oler como un hippie de Lightning in a Bottle que ha estado jugando hula hula por tres días seguidos.

3. Mantén tu trasero lejos del espacio del DJ

Si usas el flash en tu cámara cuando tomas fotos sin sentido del rostro del DJ, eres un sociópata tan malo como Ted Bundy. Si tu teléfono muere, sólo una persona loca se metería a la cabina del DJ para tratar de cargarlo—con un carajo, sólo compra un cargador portátil. No te le metas al DJ durante su set para pedirle un saludo o interrumpir con una aburrida historia sobre la ocasión en que conociste a su pareja en el lounge de artistas de un festival en Europa. ¿Te has dado cuenta que los DJs no te dan un sincero visto bueno ni se quitan los audífonos cuando hablas con ellos? Significa aléjate de mi. Si sólo estás flotando por la cabina para poder gritar el nombre del track que están tocando, eres la peor clase de persona. La otra noche, no te miento, alguien levantó su teléfono y dijo "he tenido esta canción en mi correo por meses". Esta clase de humanos comparten un lugar especial en el infierno con aquellos que no dejan propina a sus baristas.

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4. Cepíllate los dientes

Somos suficientemente suertudos, como civilización avanzada, para tener esta brillante creación llamada cepillo de dientes. Puede que hayas escuchado de él. Así es cómo se usa: primero, ponle pasta de dientes a tu cepillo y luego mueve tu mano en movimientos circulares por tu boca, y no tragues la pasta. Súper fácil, ¿cierto? Entonces, ¿Por qué carajo la mayoría de gente no lo hace? Tu aliento a ajo me da una embolia pulmonar cada ocasión que gritas en mi oído a mitad de un intenso set de techno. Al menos mastica un chicle o chupa una menta mientras entras al lugar; se lo debes a la gente a tu alrededor.

5. Mantén tus horribles pies en tus zapatos

Bajo ninguna circunstancia debes remover tus zapatos en el club. Tus pies descalzos no son bohemios y tus uñas astilladas no son lindas. No estás en una clase de yoga con deep house, ni en tu sillón. ¿Conoces a esos degenerados que se sientan en el baño en una fiesta de bodega o ponen cejas al frente de un Volwswagen Beetle? Estás en ese nivel de terrible.

Legítimamente estás asustando a todos a tu alrededor, parado sólo en la esquina con tus ojos cristalinos y tus sucios zapatos que te quitaste algunas horas atrás tristes junto a tu cuerpo sin vida. Eres más una casa de los horrores que un ser humano. Pareces un disfraz que puedo comprar en una tienda. Si estás muy borracho, muy drogado o simplemente ya no puedes bailar en tus tacones de veinte centimetros, es hora de ir a casa.

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Pro tip: Tu camisa también debe quedarse puesta; el acné de tu espalda de los años en que usaste esteroides no es algo que nadie quiera sentir.

6. Deja de llorar, a nadie le importa

Hay muchos lugares aceptables para llorar, y el club no es uno de ellos—a menos que hayas traido a tres amigos y sólo tengas un +1. Pero el lloriqueo debe terminar en la puerta. Dentro del club no es un lugar para sollozar. Si el DJ comienza a tocar tu canción favorita de Kaskade, que te lleva de vuelta al EDC Las Vegas 2010, cuando la vida era un sueño y te podías drogar sólo con una melodía (y un montón de pastillas, sé realista)—bien, puedes sollozar, pero por favor sólo una lagrima.

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