Nada nos hace sentir tan bestiales como arrancar un trozo de músculo del hueso con los dientes y dejar que nuestra cara se convierta en un retrato impresionista hecho con demiglace. Las costillas de cerdo son deliciosas, pero es un platillo que rara vez pensamos en hacer en casa. Seguramente crees que es muy difícil hacerlas y mejor buscas en Yelp un restaurante para satisfacer este particular deseo carnal de roer una costillita jugosa.
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Matty Matheson, nuestro host experto en comer como un hedonista profesional (¿quién dijo pay de queso con limón y merengue?), así que es el guru perfecto para guiarnos en esta bestialmente sabrosa receta.
Lo primero y quizás más importante es la salsa. La versión mágica de Matty con melaza y granada es, bueno, mágica y hará que las costillas tengan esa consistencia pegajosa y ese sabor meloso que tanto nos gusta encontrar en las costillitas. Después, la mezcla dukka (con semillas de ajonjolí, pistaches y pepitas), el cilantro fresco, el perejil fresco, el jugo de granada, la lima, y una buena carbonizada de las costillitas en el asador. Listo.Ya solo queda pensar en unos vegetales para acompañar la carne. Acá una idea. Aunque puedes olvidarte del side dish, si quieres. Comienza a roer.
HAZLO: Costillas back-alley.