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Bob Bradley se convierte en el primer entrenador estadounidense de la Premier League

Bradley será el primer director técnico al frente de un club que pertenece a una de las mejores ligas de Europa.

Bob Bradley tomará las riendas de Swansea City. La histórica incorporación es un hecho sin precedentes: Bradley será el primer entrenador estadounidense al frente de un club perteneciente a una de las ligas más importantes de Europa.

We can confirm the club has parted company with Francesco Guidolin, who will be replaced by Bob Bradley. — Swansea City AFC (@SwansOfficial)October 3, 2016

Aunque se trata de un momento trascendental para Bradley y el futbol estadounidense en general, el fichaje no es tan sorpresivo porque este verano un grupo propietario encabezado por los estadounidenses Jason Levien y Steve Kapla, tomó el control de Swansea.

Los detractores califican la contratación de Bradley como un caso de nepotismo entre compatriotas. Es muy probable que la nacionalidad de Bradley haya influido en la decisión, pero no de la manera que muchos sospechan. Quienes han seguido su carrera, aseguran que el entrenador se merecía una oportunidad de tal magnitud. Todo lo que ha dirigido ha acabado en éxito: Primero en el equipo de la Universidad de Princeton; después en la MLS, donde ganó dos copas y un campeonato; después con las selecciones de los Estados Unidos y Egipto; en Noruega con el Stabæk, y recientemente en Le Havre de la segunda división francesa. Al igual que el Swansea, Le Havre es propiedad de estadounidenses.

Su nacionalidad es una manera de ayudar a expandir el perfil del Swansea en los Estados Unidos.

La presión caerá ahora sobre el técnico de 58 años, ya que tendrá que demostrar a Europa que los Estados Unidos no sólo están produciendo nuevos talentos como Christian Pulisic, sino también grandiosas mentes en el banquillo.

El Swansea está clasificado en la posición 17 de la Premier League con cuatro puntos. El primer partido de Bradley será como visitante ante el Arsenal el 15 de octubre. Su éxito no está garantizado, pero sí hay algo seguro: Los estadounidenses se despertarán temprano para ver el partido.